CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

viernes, 21 de febrero de 2014

ACEBEDA DE PRÁDENA

Después de la procesión de borrascas atlánticas que han estado cruzando la Península Ibérica durante dos meses, en una pequeña tregua aprovechamos para desempolvar nuestras botas y afilar los bastones para acercarnos hasta el municipio segoviano de Prádena y visitar su acebeda. Pincha en "play" y comenzamos.
Es 19 de febrero de 2014, y nuestro itinerario parte desde la Iglesia Parroquial de Prádena para subir hasta el Puerto de la Acebeda regresando por el extenso bosque de acebos del Sistema Central en la cara norte de la Sierra de Guadarrama.
Todos los datos de la ruta en: PRÁDENA-PUERTO DE LA ACEBEDA-PRÁDENA
Tras dejar las calles de Prádena, cruzamos la N-110 para llegar hasta el Área Recreativa El Bardal. 
En dirección sureste vamos ascendiendo por el camino que, al lado del Arroyo del Cuarto Perdido
nos sitúa en la zona denominada "Descansadero de Prádena" donde un panel nos informa del Espacio Natural de la Acebeda.
Al ir cogiendo altura, la hermosa Sierra de Guadarrama inunda nuestros ojos
en el momento que cruzamos la Cañada Real Soriana que transita por estas latitudes.
Mientras seguimos avanzando nos damos cuenta que la niebla va acaparando territorio por la falda norte de la sierra.
A la altura de El Pampinar encontramos una cancela con puerta giratoria para en pocos metros
cruzar el cauce del Arroyo Cuarto Perdido y seguir ganando altura de forma suave,
permitiéndonos entrar en el bosque de acebos mas importante de España y posiblemente mas septentrional de Europa.
Las hojas del acebo son, en la parte baja de la planta, de borde espinoso como un elemento de defensa natural.
En cambio las hojas de las ramas de la copa son suaves y grandes para proteger el interior del árbol.
Nos internamos en sus bellas profundidades
al abrigo de su temperatura y cálida frescura, transmitiéndonos grandes sensaciones sensoriales.
Después de recorrerlo de un lado para otro, recuperamos el camino donde la niebla nos planta un "muro" tenue con el que vamos a tener que lidiar.
Pequeñas cascadas despliegan sus encantos
a medida que subimos hasta encontrar
un monolito con una cita de Carlos Usua que dice textualmente: "Aunque reposes perdido en este Cuarto Perdido, yo jamas te olvidaré, pues para el bien perdido no cave olvido y nunca te perderé porque te ame como si te tuviera que perder y te perdí como si te tuviera"
Las estupendas palabras nos introducen por un gélido ambiente,
empezando a discurrir por tramos en los que la nieve hace acto de presencia.
La temperatura cae en picado azotando nuestros rostros, mientras la brisa se convierte en un "relente" que deja sus huellas patentes sobre la alambrada
y las diferentes plantas que se cruzan en nuestro camino.
La niebla se vuelve mas densa recorriendo la Loma de los Arrieros
y decididamente la ruta se tiñe de blanco.
Disfrutamos con el crujir de nuestros pasos por la nieve
por un paisaje único en este entorno singular,
en el que el frío dibuja estampas de una belleza bestial,
alcanzando la zona de El Cerrillo en la Cuerda de las Tiesas y conquistando
el Puerto de la Acebeda, divisoria entre las provincias de Segovia y Madrid.
Es el momento del tributo y recuerdo a nuestro compañero Álvaro, "Siempre en nuestros corazones".
El sol lucha por imponer su poderío
en el momento que regresamos para descender por el camino de subida.
La niebla se va retirando poco a poco con el "rabo entre las piernas" fulminada por la fuerza del sol,
cuando cogemos una oculta senda hacia la izquierda y hacia el oeste, que nos situará en el paraje de Mina Mora.
El descenso entre pinos, buscando las lenguas herbosas
para ir abandonando este ambiente de hielo a medida que se va retirando la pesada niebla por la falda de la vertiente norte de esta maravillosa Sierra de Guadarrama.
Seguimos bajando con la vista puesta en la llanura segoviana
atravesando los últimos matices glaciales
para cambiar a tonos verdes mas templados.
Tras cruzar el Arroyo Cerrillo
nos situamos en el camino que nos conduce en dirección norte hacia Las Pisaderas.
Traspasamos el Arroyo de la Silleta decorado con enormes "chupiteles"
y colonizado con pintorescas plantas acuáticas
que se asoma a este privilegiado balcón donde podemos ver en la lejanía el municipio de Prádena
y a nuestras espaldas la inmensidad de los bosques y montañas de la sierra.
Llegamos al lugar donde encontramos el monolito esta mañana y en las "zetas" volvemos en dirección suroeste hasta poco antes del Arroyo Palancares.
Giramos a la derecha por una senda y camino que nos introduce en La Dehesa
para entrar de nuevo en la Acebeda por su vertiente oeste, disfrutando de los primeros ejemplares,
algunos de gran porte y antigüedad.
Entre soleado y nublado el acebo luce su mejor puesta en escena
compartiendo espacio con un sotobosque de serbales, mostajos y robles.
Seguimos recorriendo este maravilloso bosque mixto por la valla que delimita el Acebal de Prádena
por un tramo en el que desfilan una nutrida muestra de estos hermosos árboles, que aunque desnudos aún en esta época del año,
constituyen un estupendo y prodigioso paseo.
Aprovechamos para conseguir varias fotografías encaramados en sus robustas ramas
en individuos de inmensa talla y monumentales formas.
Podemos disfrutar de un paisaje de ensueño
atravesando zonas donde se mezclan robles y acebos con la luz que a estas horas el día nos ha deparado, en una simbiosis casi perfecta y espectacular.
La presencia del acebo esta condicionada a la existencia de una elevada humedad, rehuyendo climas continentales
y es raro que forme bosques en los que sea la especie dominante, siendo habitual que se integre en melojares, abetales, pinares y bosques mixtos.
Los 1300 metros de altitud en los que está situado
ocupan cinco hectáreas
en un hábitat idóneo en esta zona de umbría de la sierra segoviana.
Mas fotos al lado de excelentes y modélicos ejemplares.
En nuestro descenso van apareciendo pequeñas sabinas
para mas adelante admirar reproducciones "in crescendo" con tintes y tonos casi primaverales.
Un paisaje digno de admiración para esta pequeña excursión
que en sus últimos pasos nos deja grabados en nuestra retina
lugares que nos devuelven la tranquilidad, el sosiego y la calma necesaria
para afrontar los próximos días con una inusitada decisión y con "las pilas" bien cargadas.
En el horizonte surge el perfil de la bella localidad de Prádena de la Sierra
y junto a su Ermita de San Roque finalizamos este hermoso recorrido por la Acebeda de Prádena en los confines de la paradigmática Sierra de Guadarrama.
Un clásico "catering" para reponer fuerzas
y la siesta obligatoria bajo el cálido sol del mediodía.
La segunda parte de la jornada nos trasladamos hasta la localidad de Navafría para disfrutar del Chorro de Navafría: CHORRO DE NAVAFRÍA
Saludos de COMANDO SENDERISTA para tod@s caminantes.

1 comentario:

  1. Que gran ruta. Parece que hayais pasado por las cuatro estaciones del año en un día... Bonita ruta, bonito arbol el acebo.

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