CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

viernes, 29 de junio de 2018

ACANTILADOS DE LANGRE

Llegar a la Costa Cantábrica supone un cúmulo de enormes sensaciones para todos nuestros sentidos y aprovechando la época estival vamos a recorrer un precioso tramo por los Acantilados de Langre, entre las localidades de Loredo y Galizano, dentro del municipio de Ribamontán al Mar. Es 25 de junio de 2018. Pincha en "play" y comenzamos.
El Santuario de Nuestra Señora de Latas es el comienzo de nuestros pasos en la población de Loredo, pudiendo analizar todos los datos del itinerario enACANTILADOS DE LANGRE 
La Playa de Loredo nos regala una magnífica panorámica de toda la Bahía de Santander
y las primeras protestas por la arena que se cuela en nuestros pies.
Vamos ganando metros junto al aliento salado del mar,
galopando sobre la superficie dunar
y disfrutando del colorido paisaje que se reparte generosamente aquí y allá.
Evitando las rocas que dificultan el paso por la arena,
subimos hasta el segundo "mejor banco del mundo", el primero lo acapara el "Banco de Loiba" en Galicia, en el que se puede contemplar la totalidad de la bahía santanderina.
En suave ascensión, tomamos el sendero de costa para admirar
la isla de Santa Marina, el islote mas extenso del litoral cántabro,
quedando retratados frente a su silueta.
No hay rincón en esta costa que no resulte entretenida, mientras vamos imaginando la espectacularidad y agresividad cantábrica en los días de temporal.
La brisa continúa besando nuestros rostros
mientras disfrutamos con el colorido del entorno,
aspirando en silencio el aroma de las flores
entre embriagadoras fragancias que se esfuman y desvanecen entre la luz del Cantábrico.
El trazado nos lleva por el verde praderío 
para alcanzar los altos y bravíos acantilados
donde la capacidad del agua va modelando el paisaje con diferentes formaciones geológicas llamadas karst,
creando una espectacular y grata recompensa ante nuestras miradas.
Caminamos ahora, por un tranquilo y suave paisaje
siguiendo las simultáneas hileras del joven maizal 
mirando hacia el territorio interior
y descubriendo en la distancia las pequeñas motas de nieve que se asoman desde los cercanos Picos de Europa.
Como dicen por estos parajes "junio brillante, añu abundante",
continuamos entre los balsámicos maíces 
alcanzando los maravillosos brillos y destellos que se observan desde el Cabo de Galizano
y la extraordinaria, paradisiaca y sensacional Playa de Langre.
Apresuramos la marcha
para bajar entre frescas hierbas y henos
hasta el hermoso mirador,
realizando su acceso por unas escaleras que engendran una estupenda postal.
Proseguimos entre reposada charla
hasta el siguiente mirador
que nos invita a una sucesión de recompensas, donde la naturaleza brilla absolutamente espléndida
entre la agresividad de las Puntas Canaluca y Rodico 
hasta la Punta Galizano, conformando una de las playas mas bonitas de toda la Comunidad.
Tras asomarnos a estos grandiosos cortados nos sentimos como si estrenáramos mundo
y como si fuéramos los primeros hombres que pisamos la tierra.
Un ancho camino nos aleja momentáneamente del mar,
transitando por una fértil campiña en la que sestea el ganado
y la que nos descubre el puzzle de tejados de Galizano.
La senda nos conduce entre la docilidad de algunos animales,
la tranquilidad del pasto al borde del mar
y el nerviosismo de estas simpáticas gallináceas.
Cruzamos el atractivo Arroyo de Aguas Rondas
para llegar a la Ría de Galizano
y su pequeña y formidable playa.
La carretera CA-441
nos introduce en el caserío de Galizano
alcanzando la portada clásica 
de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Abandonamos el pueblo, entre enormes casonas restauradas
y aromas de hortensias,
por el hermoso Camino de San Miguel.
Mientras nos sacudimos la pereza, vamos desvelando el umbral de la Cantabria interior,
paseando entre los rodales y paquetes de paja 
y atrapando la pequeña iglesia de Langre.
Curiosos retazos de un paisaje lleno de luminosidad y frescura
nos asaltan en la zona de Usera y Venta de Langre,
en la que las gaviotas aprovechan cualquier residuo de comida resultante de las labores agrícolas que se ejercen en la zona.
Tras finalizar la ruta en Loredo, nos acercamos hasta el arenal de Somo
para administrarnos una buena dosis de sensaciones cantábricas
y refrescarnos  con el disfrute de un buen y relajante baño.
Entre el sabor salado del Cantábrico, las estupendas vistas de la bahía y la relajante melodía del agua, despedimos esta maravillosa aventura por las audaces tierras de Trasmiera y la Costa de Langre.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Hasta una nueva aventura.
ÁLBUM DE FOTOS: ACANTILADOS DE LANGRE 

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