CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

jueves, 24 de enero de 2019

CHIVITEROS Y MOLINOS DE TORREGAMONES

21 de enero de 2019. Nos dirigimos a la provincia zamorana en la comarca de Sayago y en concreto hasta el municipio de Torregamones para descubrir sus pequeños Chiviteros y sus hermosos molinos, constituyendo un precioso entorno natural y una atractivo pasado etnográfico. Pincha en "play" y comenzamos esta interesante aventura.
La Iglesia Parroquial de San Ildefonso es el punto ideal para el comienzo de nuestros pasos, una vez repasado todos los datos en el mapa y descargado el itinerario en: CHIVITEROS Y MOLINOS 
Aunque estamos en pleno invierno y las temperaturas han caído bruscamente la noche pasada, el sol luce con fuerza en los primeros momentos de nuestra marcha
obligándonos a pasar junto a la soterrada Fuente de los Consumos.
Las calles de Torregamones nos van enseñando su poderosa arquitectura rural
creando un rústico y maravilloso espacio dominado por la piedra.
Terminamos la Calle Santo con una nueva y sepultada fuente
y un reluciente pilón-abrevadero 
que nos expulsan a campo abierto por el Camino de los Arrieros.
Pasamos por el manantial de la Fuente Carrimiranda con sólidas piedras y rodeada de pilas de granito, sirviendo para el abastecimiento doméstico y como bebedero de ovejas, vacas, cabras y burros.
Seguimos nuestro camino guiados por las señales blancas y amarillas
encauzados entre ordenados vallados y custodiados por varias encinas,
en un relajante paseo y entretenido diálogo
que alcanza la Fuente Vallanjo y su cortejo de pilones para el abrevadero de los animales.
Atravesamos un estupendo camino montaraz que nos empuja
para divisar en el horizonte las nevadas cumbres sanabresas. 
Largas y amplias zancadas van resonando
por un paisaje Arribeño que descubre pequeñas majadas, tenadas
y corrales, representando un entorno despoblado, aislado y solitario
en una naturaleza sencilla, simple y llena de pureza.
Con la ciudad portuguesa de Miranda de Douro en lontananza
iniciamos la subida al Pico Robledo de 749 metros de altitud,
atrapados entre una vibrante y colorida colonia de uces y retamas
que alegran y motean nuestra llegada
al Corral de los Chiviteros, en el que la primera impresión es que hemos llegado a un poblado africano de pigmeos.
Estos Chiviteros fueros construidas por los cabreros para guarecer a los chivos del frío y de la posibilidad de ser atacados y agredidos por los depredadores de los Arribes, como lobos y zorros.
Junto a ellas, los pastores y cabreros se refugiaban en cabañas adosadas
con corrales y vallados de piedra
que armonizan un peculiar y hermoso conjunto en el que quedamos retratados.
Abandonamos una arquitectura sencilla creada con lo que se tiene a mano, situada en el lugar preciso en función del sol, los vientos y los pastos.
El Camino de los Arrieros continua entre el encinar
para descender hasta el encuentro del GR-14 que nos devolverá a Torregamones.
Antes del regreso bajamos a visitar el Molino de los Lucíes,
comenzando nuestra ruta por los recursos etnográficos de molinos, aceñas y batanes 
de la denominada Rivera de los Muriegos que recorre el Arroyo Fenoya.
Hasta ahora, la mañana y el radiante sol de enero
iluminan un fantástico e imaginario rincón 
transitando por un rudo y tosco armazón de encinas
y por las viejas y vetustas lajas de piedra del puente sobre el Arroyo Forcas.
El sol se esconde y el hielo permanece en las aguas del Arroyo de las Azureras
que rodea el estanque y canaleta del Molino de los Domingos.
Sin perder el sendero, 
contemplamos como el agua del arroyo va labrando y esculpiendo un bonito valle
hasta el siguiente Molino de Matarranes.
Junto a sus rodetes y muelas
paseamos por un mundo gélido y congelado,
 en el que azud y molino forman una austera estampa en este adusto recodo de los Arribes.
Seguimos compartiendo el camino
por verdes y frescas praderías
hasta llegar a las piedras y rodeznos del Molino de los Palleros.
Un espectacular berrueco se refleja en las cristalinas aguas del Azureras
creando un delicioso lugar para poder descansar.
Retrato del grupo senderista 
que continua entre el jugueteo de la luz solar 
por la arquitectura acuática 
y el paisaje fluvial
hasta el Molino de la Zurera,
reconociendo su interior
desde la puerta de entrada al molino.
Atrás dejamos un pasado histórico y cultural muy arraigado en esta hermosa comarca sayaguesa 
continuando entre aromas de tomillo y romeros
por los que pastan tranquilos rebaños de ovejas
y un tropel de agitadas cabras.
La última parte de la ruta se convierte en una tranquila excursión
por bellos e intensos paisajes, 
reapareciendo los cercados de piedra
por un entorno agropecuario típico de la zona de Sayago.
Ya vemos las casas de Torregamones
y una espléndida y sensacional laguna con preciosos brillos y destellos
que obligan a un carrusel fotográfico
para captar y reproducir
esta maravilla natural.
Un cielo moteado acompaña la entrada al pueblo
entre rústicas fuentes,
espigados cigüeñales 
y rodeados por un mundo de piedra 
que termina al calor de la iglesia del pueblo, tras haber realizado un viaje por la sencillez y austeridad de los Chiviteros y recorriendo una vida entregada a los escasos recursos que atesoraban estas nobles tierras de Sayago.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes, hasta una nueva aventura.
ÁLBUM DE FOTOS: CHIVITEROS Y MOLINOS 

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