Partimos hacia tierras zamoranas en busca de rincones y pueblos situados en plena Sierra de la Culebra por una de las zonas mas desconocidas y agrestes de nuestro pais. Es 20 de marzo de 2019. Pincha en "play" y comenzamos esta interesante aventura.
Nuestros pasos comienzan en el municipio de Villardeciervos, junto al emblema mas representativo del pueblo, el Monumento al Ciervo, paseando entre su delicada fragancia etnográfica
declarada Conjunto Histórico Artístico y constituyendo un bello ejemplo de arquitectura rural propia de las comarcas de Aliste y Carballeda.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es el edificio mas relevante de Villardeciervos,
repasando todos los datos del itinerario en el mapa y en el siguiente enlace: SIERRA DE LA CULEBRA
Salimos del pueblo por un camino en dirección sur
con la belleza y complicidad de un paisaje adusto
entre las fragancias y aromas de infinidad de brezos
y los rutilantes colores de los primeros días de la primavera.
Avanzamos al compás que nos ordena la tecnología GPS
llegando hasta las frescas aguas de la Fuente Valdesicoso.
Tras cruzar la carretera ZA-912, van apareciendo numerosos pinos de repoblación
con abundantes nidos de procesionaria, la cual se alimenta de sus agujas y brotes.
Recuperamos el paso por este duro y arisco paisaje
mirando a nuestro alrededor y descubriendo algunos refugios y tenadas para el ganado,
abordando el Puente de la Ribera
sobre las cristalinas aguas del Arroyo de las Ciervas.
Abandonamos un pequeño tramo de carretera
para incorporarnos a una pista que cruza el Arroyo de las Fraguas
y asciende levemente entre un cielo levemente moteado y salpicado por pequeñas nubes.
El ritmo ágil y sostenido de nuestro caminar
va incorporando una suavísima y ligera brisa en la que abunda el aire puro,
propagado y difundido por un colosal ejército de coníferas.
Hemos dejado la pista principal para desviarnos a la izquierda por un camino donde encontramos los simpáticos y juguetones canes pertenecientes
a este amable avistador de ciervos que circulan por la Sierra de la Culebra,
con una cuidada información acentuada sobre los excrementos del lobo.
A medida que progresamos
el camino asciende y se endurece,
aunque la sensación de bienestar físico y el goce de cada respiración
nos hace disfrutar de este magnífico paisaje.
Un maravilloso bosque nos acoge en su seno
mientras las rampas se fortalecen junto al robledal
y en el que la mirada atrás pone en escena un colosal oasis de naturaleza.
El desnivel se acentúa con intensidad
por un brutal y despiadado cortafuegos
que entre fragancias de resinas
nos sitúa en la base de la punta de Miño Cuevo.
Acometemos la breve ascensión con el seguimiento de varios hitos de piedra
y alguna pequeña trepada
que alcanza los 1207 metros de altitud
del impetuoso vértice geodésico del Miño Cuevo.
No hay nada mejor al llegar a una cima que sentarse tranquilamente para admirar el fastuoso y sensacional paisaje que nos rodea,
empaparnos de toda la armonía y equilibrio que desprende
y experimentar esa enorme gratificación de todos y cada uno de los sentimientos que entran en juego.
Tras el inmenso placer recibido en estas latitudes
descendemos despacio y con sumo cuidado,
fijándonos en los bonitos destellos que surgen entre las rocas,
asegurando y garantizando cada paso que damos
entre las caóticas y anárquicas contorsiones del terreno.
De la arriesgada subida pasamos al relajante paseo
entre un luminoso y joven pinar
en la que la tranquilidad y sosiego del suave descenso
nos asoma a estupendos balcones sobre la sierra.
La sombra del Miño Cuevo a nuestras espaldas
empuja una agradable y entretenida charla
siguiendo un cómodo y placentero camino hasta la carretera.
Una vez cruzada, aparecen viejas y destartaladas edificaciones muy cerca del Molino de las Peñas.
El último tramo de la ruta se convierte
en un fabuloso mirador del Monte Lleira
donde se alimenta y sestea una copiosa cabaña de ganado vacuno,
entrando en el pueblo de Ferreras de Arriba
y finalizando nuestra ruta junto al Ayuntamiento del municipio.
Un taxi nos devuelve a Villardeciervos para comer un suculento menú en el Restaurante Remesal
para después dar una vuelta por el pueblo y conocer todas sus fuentes.
Nuestro colofón al día de hoy es el maravilloso entorno del Embalse de Valparaíso,
donde las aguas del río Tera se enternecen y la tarde declina entre la cariñosa brisa,
dejando atrás un reguero de pueblos y gentes en una tierra casi olvidada.
Saludos de "COMANDO SENDERISTA" a tod@s caminantes.
ÁLBUM DE FOTOS: SIERRA DE LA CULEBRA
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