domingo, 30 de junio de 2019

FÁBRICAS TEXTILES DE BÉJAR

El siguiente itinerario comienza en el extraordinario jardín renacentista de El Bosque, continuando por la orilla del río Cuerpo de Hombre junto a la portentosa arquitectura industrial del que fue el mayor centro de elaboración textil del interior peninsular. Estamos en Béjar (Salamanca) y es día 12 de junio de 2019. Pincha en "play" y comenzamos.
Comenzamos la marcha en el Bosque de Béjar, una preciosa villa renacentista del siglo XVI cuyo protagonista es el enorme y atractivo estanque y su maravilloso cenador romántico.  
El agradable paseo nos conduce entre varias exedras, fuentes
y largas escalinatas que evocan una influencia hispanomusulmana, pero sobre todo flamenca.
La Fuente de la Sábana luce esplendorosa su coronación barroca con el escudo de los Zúñiga y Sotomayor perteneciente a los nobles Duques de Béjar.
El Palacete se asoma a los cuidados jardines 
en el que aparecen varias fuentes cobijadas
bajo la sombra de altas coníferas y sobretodo a la descomunal sequoia que extiende sus brazos por la mayor parte del vergel.
Por último visitamos una preciosa galería en donde la altísima calidad de sus flores y plantas
desprenden y desatan un intenso aroma por el que nos hace rememorar y deambular entre caballeros, duendes y princesas. Todas las fotos de El Bosque de Béjar en el siguiente enlace: EL BOSQUE DE BÉJAR 
 Bajamos hasta el casco urbano de Béjar entre los siguientes datos del recorrido, listo para poder ser descargados enFÁBRICAS TEXTILES 
Cruzamos el Puente Congosto, internándonos en el Parque de la Aliseda hasta el Puente de la Feria, donde las primeras chimeneas de ladrillo nos indican la dirección de la ruta.
La carretera a Ciudad Rodrigo atraviesa los últimos barrios de Béjar
repostando agua en alguna de sus fuentes, 
logrando llegar hasta la fresca y excelente confluencia de los ríos Riofrío y Cuerpo de Hombre.
La Pesquera de la Luna empieza a hilvanar un encandilado paseo
junto a la fábrica de Rafael Díaz, incrustada bajo los edificios bejaranos,
siguiendo las decrépitas naves abandonadas de las familias industriales Munóz, Izard y Cascón.
Cruzamos el Puente de los Izares
reforzado por el buen gusto y la distinción,
escondiendo en sus entrañas el ánimo adecuado para disfrutar de un paraje lleno de armonía y placidez.
Una larga pasarela va cosiendo y rematando
el corazón de un salvaje bosque de ribera
que juguetea con los brillos y destellos que va dibujando la corriente del río Cuerpo de Hombre.
Saltamos erguidos la Pesquera de los Caballos
teniendo que doblar nuestras rodillas bajo los arcos 
del viejo y anciano Puente Zamacuco.
Camino y río se unen en una perfecta ecuación empapada y ornamentada por una tenaz vegetación de ribera
en la que notamos la brisa y el frescor 
de las bravías e indómitas aguas con las que fluye el río.
Se asoman a nuestros pasos alargadas torres sin humos
y veteranas fachadas que conforman singulares postales entre aromáticas y olorosas plantas, 
saliendo de la espesura del río 
hasta el Puente de San Albín, con una bella perspectiva de la torre de la iglesia de Santa María en la parte mas antigüa de Béjar.
Hacia el oeste se extiende un océano de naves y tejados que surcan los aledaños del río
y hacia el este disfrutamos del Puente del Ferrocarril enmarcado en la magestuosa Sierra de Béjar.
Volvemos al lecho del río introduciéndonos en sus intimidades
escuchando su singular copla y estribillo
y admirando su perfecto ritmo y equilibrio.
Atravesamos el esbelto arco ojival del Puente San Albín 
muy cerca de la Pesquera de Gilart, modificada para facilitar el remonte y progreso de los peces.
El camino se estrecha entre la tenacidad y el trabajo de la naturaleza
engullidos en un profundo tajo entre la roca y las fábricas 
en el que el río salpica e irriga
un bosque de alisos, fresnos y álamos.
Avanzamos despacio y con cuidado entre compuertas
y viaductos metálicos
que contrastan con hermosos matices
y con la infinita serenidad que se respira,
únicamente rota por un cercano, pequeño y trepidante salto de agua.
Seguimos el reguero de fábricas que dieron fama a los tejidos y paños bejaranos
en el que un notable silencio se escapa entre sus fracturados ventanales
dejando insólitos interiores sumidos en la mas profunda decadencia.
Recuperamos el ánimo entre la vivacidad y el dinamismo del río
acariciando la mampostería del Puente de los Moros
en las que erguidas y erectas chimeneas aparecen y afloran entre la abundante vegetación.
Escuchamos los ecos de molinos, batanes y motores "tejiendo a todo trapo"
resonando entre las imponentes paredes de granito
el intenso bullicio de curtidos, lavaderos, fábricas de paño y lanas peinadas.
El río escapa a través de la naturaleza del monte
entre delicados detalles
y el colorido de las flores.
El camino, por su parte, huye por un robledal
entre grandes rocas graníticas y numerosas encinas 
alcanzando la fábrica de Francisco Gómez-Rodulfo, una reliquia industrial de hace tres siglos.
Decimos "adios" a este impetuoso Cuerpo de Hombre desde el Puente de Don Paco
ascendiendo hacia Béjar por un camino paralelo a la carretera de Aldeacipreste 
fijándonos en pequeñas particularidades
y en las ajadas edificaciones invadidas por la vegetación y el paso del tiempo.
El calor va haciendo mella en nuestro caminar
intentando disiparlo entre el aire puro que respiramos 
y las enigmáticas vistas que nos ofrece la Sierra Bejarana.
La tranquilidad de una mariposa
y las fragancias de la correhuela
nos introducen en el Parque de la Corredera, después de haber asistido al rastro de las fábricas textiles que marcaron la pujanza de una industria actualmente desaparecida.
Podeís ver un amplio reportaje de la ciudad de BÉJAR 
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
ÁLBUM DE FOTOS: FÁBRICAS TEXTILES DE BÉJAR 

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