domingo, 31 de mayo de 2020

ALTO SANABRIA

A Porto no se llega por casualidad, hay que decidir ir hasta allí. Desde la A-52 entre las poblaciones de A Canda y Vilavella tomamos la ZA-102 que nos llevará, remontando el Valle del río Bibey, hasta una de las localidades mas remota y extrema de la provincia zamorana. Esta ruta es una reedición de la realizada el día 1 de junio de 2011. Pincha en el "play" y comenzamos esta maravillosa aventura.

Desde la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción comenzamos nuestros pasos y gracias a su recóndita localización, Porto ha sabido conservar unos rasgos etnográficos muy peculiares
en el que su casco urbano es digno de visitar transportándote hasta otras épocas, mientras ofrece un montón de bellas imágenes y rincones espectaculares.
Calles apretadas para defenderse de los duros inviernos,
molinos donde los rodeznos no paraban de girar
y donde la estrofa del agua inundaba todo su entorno natural.
Alguna de estas casas conservan hornos particulares
y en otras existen pequeñas alacenas donde guardar el heno y la paja para el ganado,
todo ello enmarcado dentro de una arquitectura en piedra, pizarra y madera.
En la Fuente y pilón del centro del pueblo
repasamos todos los datos del itinerario: ALTO SANABRIA 
y abandonamos Porto admirando el grandioso Embalse de San Sebastián.
El camino jalonado de postes indicativos no tiene pérdida, ya que se trata de remontar hasta el Embalse de Vega del Conde por la pista que utilizan los operarios de las instalaciones de Red Eléctrica.
Nuestra primera fuente nos relaja con un buen trago de agua fresca y nos aporta la fuerza necesaria 
para alcanzar la zona conocida como El Campo,
desviándonos unos metros hacia la derecha hasta el Refugio de Valdesirgas
para observar el pequeño y llamativo embalse del mismo nombre
que nos deleita con multitud de pequeñas florecillas y nos transmiten un suave frescor.
Nos acompaña una exuberante vegetación
que adorna y embellece los aledaños de un camino que apunta hacia el cielo
y que se entrelaza con varios arroyos y praderías
donde se sustenta y alimenta una enorme cabaña ganadera.
Alcanzamos la Fonte do Campo entre pequeños prados, renovando nuestras reservas hídricas 
y pudiendo disfrutar de las intensas y penetrantes tonalidades
de un multicolor tapiz de brezos y piornos,
escuchando unicamente el lejano sonido de los reactores de algún avión que cruza el cielo azul.
Avistamos las Lagunas de la Lastra
desde la Fuente de la Zamorana,
para llegar mas adelante hasta el Embalse de Puente Porto
donde la intensa belleza y la relajación se funden en un singular y exclusivo sentimiento de armonía.
La pista se retuerce como una serpiente en Peñas Blancas
ascendiendo hasta el coqueto y presumido Embalse de la Playa,
un lujoso lugar de aguas limpias y cristalinas 
con refugio adosado en sus riveras.
Encontramos la energía y el vigor de diferentes plantas y flores
que con sus portentosos matices van alegrando nuestros pasos y hacen mas ameno este paseo.
A través de Valderreiqueso nos topamos con el gran Embalse de Cárdena,
un pequeño océano de agua entre las rocas
que luce y destaca con todo su esplendor.
Desde la presa de este embalse obtenemos unas panorámicas inigualables del Lago de Sanabria. 
El camino se endurece con alguna rampa y piedra suelta
hasta llegar a la preciosa Laguna Roya
quedando enamorados de su entorno.
En sus alrededores podemos ver otras pequeñas lagunas
a la que se asoman tiernos y delicados bellezones
que hacen las delicias del mas avezado y experimentado botánico.
La senda nos muestra una gran apertura sobre el Embalse de Garandones
muy menguado y limitado de agua
pero rebosante de color en alguna de sus márgenes.
Nada mas cruzar la presa del Embalse de Garandones giramos a la derecha para visitar la bonita Laguna de Payón
donde la serenidad y la quietud son sus señas de identidad,
además de permitirnos acercar hasta el Pico del Fraile para divisar el entorno del Lago de Sanabria a vista de pájaro.
Regresamos a la pista original ascendiendo hacia Sextil Alto y Cabezo San Martín
navegando junto a pequeños sistemas lagunares llenos de encanto y hermosura,
alcanzando el Refugio y Aprisco de la Zamorana
donde tranquilamente pasta y sestea este gran rebaño de vacunas.
Comienza un trepidante y espectacular descenso por la grandiosidad del valle que conforman los Embalses de Vega de Tera y Vega del Conde.
Desde Las Moreruelas vamos obteniendo unas fabulosas imágenes de Vega de Tera
y a medida que nos acercamos la ceremonia va creciendo en belleza y espectacularidad.
Lugar evocador en un mar de tranquilidad
donde se escuchan los gritos de un silencio demoledor,
en la que resuenan los ecos de la tragedia ocurrida la noche del ocho al nueve de enero de 1959 en la que esta presa, mal construida y mal cimentada,
reventó por las lluvias caídas y las bajas temperaturas, arrasando y destruyendo todo a su paso, llevándose por delante el pueblo de Ribadelago. 
Vestigios que desde este ángulo nos dan una idea del zarpazo que el río Tera 
sacudió sin piedad sobre la presa, cercenando la vida de casi centar y medio de personas. D.E.P. todas las víctimas.
Continuamos la senda junto a las resplandecientes laderas que suben al Moncalvo
acogiendo distraídas y joviales acémilas yeguares 
que disfrutan del maravilloso paraje de Las Veguitas.
Nos saluda el Embalse de Vega del Conde
su fuente en los aledaños
y su refugio de libre pernoctación. Hasta aquí hemos consumido 34 kms. Hay opciones de pernoctar en el refugio o haber alquilado previamente un 4por4 que nos suba a recoger.
Nos queda el placer de recorrer despacio sus orillas
sintiendo la placidez y el sosiego que desprende este hermosísimo lugar
y captando toda la magia y los secretos que se esconden en él.
En el regreso desandamos lo andado entre el piorno
y un sinfín de detalles vegetales que van pululando 
y mezclándose entre un entorno adusto y lleno de delicadeza.
El Parque Natural del Lago de Sanabria
nos va dejando evidentes muestras de su pletórico esplendor
con escarpadas laderas por donde se precipitan los arroyos
que inundan de frescura las praderas por donde pace el numeroso ganado
y que hacen suyos los caminos.
La riqueza de su flora y vegetación
contrasta con un buen número de fenómenos glaciares
donde se depositan pequeños lagos y lagunas
situados en parajes de difícil acceso y con escasa alteración humana.
Terminamos refrescándonos y recuperando el aliento
bajando entre las estupendas vistas  que nos permite la espesura del bosque
para llegar a Porto, punto de entrada y salida de nuestro viaje.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. Hasta una nueva aventura.
GALERÍA DE FOTOS: ALTO SANABRIA 

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