Iniciamos ruta por el fabuloso estuario del río Sor en el límite provincial de La Coruña y Lugo,
sobre el magnífico Puente de O Barqueiro, conocido también como "A Vella Ponte" y donde
Nuestros sentidos van despertando al ritmo que impone la mañana en la Playa de Arealonga del municipio de O VICEDO,
admirando la tranquilidad, el sosiego y la calma de los trabajos y artes de pesca que tienenlugar junto a la Playa de Fomento, donde un rústico asiento nos ofrece los dulces instantes de un beso entre la neblina del mar.
Pasada la Playa de Vidreiro, alcanzamos las finas arenas y las aguas cristalinas de la Playa de Caolín
bajo las ruinas y restos de la antigüa y vetusta fábrica de salazones que asoma entre la espesura del bosque.
La bonita arquitectura popular del Barrio de Santo Estevo nos impulsa definitivamente hasta
las sensacionales y asombrosas dunas que protegen y salvaguardan la bella Playa de Xilloi
que mantiene conexión directa con las conmovedoras imágenes del Cabo de Estaca de Bares, el mas septentrional de la Península.
Entre bosques de eucaliptos llegamos al Mirador Tixoso, asomándose a una cala donde las gaviotas son sus moradoras
y un poco mas adelante nos topamos con el Mirador de Moreiras con la niebla cubriendo el entorno de la Ría de Viveiro.
La Cruz de San Román preside desde las alturas la playa del mismo nombre que se abriga
entre las dunas para defender un virtual paisaje lunar formado por pequeñas rocas y acantilados.
El Camino Natural del Cantábrico nos muestra la entrada de la niebla en la Punta Socastro
que nos ciega con su largo manto uno de los lugares mas visitados de la Mariña Occidental,
anulando nuestra ruta de senderismo por Fuciño do Porco. Una dolorosa decepción, otra vez será....
Tras la desilusión y el desencanto, descubrimos la Playa de Abrela que nos devuelve la sonrisa, el entusiasmo
y las ganas de conocer y caminar hasta el amplio y fino arenal de la extraordinaria Playa de Covas.
El Puente del Tren nos acerca a la villa marinera de VIVEIRO y como en el juego de la oca
saltamos hasta abalanzarnos sobre el escultural y primoroso Puente de la Misericordia que
mira con ímpetu e intensidad la hermosa y plateresca Puerta de Carlos I de España y V de Alemania.
Su acceso nos emplaza entre los blancos balcones y galerías de la Plaza Mayor, subiendo
por la Calle Teodoro Quirós hasta la misma base donde se encuentra la Iglesia Parroquial de Santa María del Campo.
El paseo adquiere tintes medievales a nuestro paso por las murallas en la Puerta del Valado,
convirtiéndose en renacentistas en el entrañable, íntimo y coqueto Claustro de San Francisco.
Subimos hasta el Mirador de San Roque con vistas increíbles e inauditas de VIVEIRO y en el
que podemos ver la cueva en la que apareció el santo y la ermita en honor al patrón de la villa.
Las luces del atardecer acondicionan la Playa de Area para darnos un buen "chapucón",
terminando esta primera jornada en el precioso y encantador caserío de San Xiao de Faro
en cuyo monte se encendía fuego para avisar a los navegantes de la cercanía de la costa.
La nueva jornada comienza en el municipio de XOVE, junto a la Iglesia de Santo Estevo de Sumoas,
acercándonos los suaves sonidos del oleaje que lame las finas arenas de la Playa de Esteiro
separada por los espectaculares e imponentes acantilados que forman la Punta Campanario
de la salvaje Playa de Muiñelo, formada por un blanco arenal y una zona de cantos rodados.
Los pequeños tañidos de la "esquila" de la Ermita de San Pedro Fiz se disipan entre algunos
de los numerosos hórreos que nos regala esta hermosísima pedanía, perdiéndonos por sus
maravillosos rincones y recovecos que destilan una gran tranquilidad y un abundante sosiego.
La escarpada y abrupta costa de Xove hizo necesario levantar el faro de Punta Roncadoira
que domina el bello litoral con unas vistas tan vertiginosas y sobrecogedoras que nos quedan fascinados.
Acometemos la profundidad y la umbría de un aromático bosque de eucaliptos que atropella
literalmente las ruinas prerrománicas de la deslucida y deteriorada Ermita de San Tirso.
Bajamos hasta el maravilloso enclave rodeado de árboles de la Playa y Puerto de Portocelo,
prolongando el camino hasta Porto de Morás, uno de los principales puertos balleneros de la Costa Lucense
y donde podremos ver los gigantescos "dolos" empleados en los espigones del Puerto de Alcoa.
El viaje "traquetea" por los firmes raíles que alcanzan los cercanos muros cementados de la
Iglesia de Santa María de Lieiro, cuyos rayos solares se suben a su erguida espadaña para
poder alumbrar y aclarar las sombreadas y oscurecidas aguas de la Fuente de la Sacristía.
Se abren las puertas de la localidad de SAN CIPRIÁN a través de las aguas del río Covo que
besan y acarician los muros sin techo de la vieja y antigüa fábrica de salazón, cursando su
derrotero hasta poder saludar a la ninfa marina Maruxaina que vigila celosamente la tranquila
y acogedora Playa del Torno, extendiendo el distinguido arenal hasta su pequeño puerto.
A estribor nos acucian y apresuran las pacíficas y reposadas aguas de la Playa de Cubelas,
ascendiendo mas adelante hasta la Punta Atalaya donde podemos ver el Faro de San Ciprián
y el moderno y novedoso Mirador Atalaya que divisa los islotes A Baixa y Los Farallones,
terminando esta entretenida visita en la Ermita de San Ciprián y San Cornelio guardada celosamente entre sus callejuelas.
El lujo y la ostentación de la cerámica y la loza la encontramos en la localidad de SARGADELOS,
aunque quedan en nuestras retinas las fantásticas ruinas de la vieja fundición, las viviendas
de los operarios y los magníficos y monumentales restos de los cuatro hornos de calcinación.
Toda la zona está dominada por un sombrío bosque que alberga la evocadora Fonte da Tella
atravesada por la insinuante y sugestiva corriente fluvial del río Xunco, emplazándonos en el
corazón de la hermosa arboleda diseñada para esbozar el lindo Paseo de los Enamorados.
El toque romántico del sendero nos conduce junto al canal de agua que abastecía la fábrica
hasta la bulliciosa y trepidante cascada artificial que retiene las aguas y el cauce del río Xunco.
Volvemos a la inmensidad del Cantábrico en la Playa de A Marosa en la localidad de BURELA,
disfrutando de un enérgico oleaje que rompe con dureza contra los acantilados rocosos y
cuyos ecos llegan al puerto pesquero, referente cantábrico en capturas de Bonito del Norte.
La última hora del día nos depara un sinfín de sensaciones ante un digno y sublime atardecer
que dibuja una maravillosa creación para alcanzar la plena felicidad de cualquier ser vivo.
Las luces de la Playa de Portelo nos animan y estimulan para ir a descansar y cerrar esta espléndida jornada.
El brillo y la claridad de un nuevo día nos desperezan y obligan a abrir los ojos para comenzar una
nueva etapa entre las aguas turquesas de las Playas de Areoura y la Playa de los Alemanes,
aspirando y notando desde los altos acantilados la suave brisa del mar en nuestros rostros.
El sol con su resplandeciente luminosidad irriga de bellas tonalidades la Playa Area da Fame
mientras nos vamos asomando a un caótico y quebrado relieve de calas en la Punta do Mógaro.
Repican las campanas de la Iglesia de San Xulián de Nois y sus tañidos languidecen cuando
sobrevuelan la deslumbrante y pedregosa Playa de Area Longa, encontrando excavado en
su esquina el Castro de Fazouro que nos transporta y traslada hasta los siglos I y III d. C.
Nuestras miradas siguen clavadas en los brillantes destellos de un mar que nos enamora y
nos prepara para asistir a la desembocadura del río Ouro que baja con prisa desde la Sierra
del Gistral, terminando de completar su camino en una Zona de Especial Conservación (ZEC).
Justo al lado encontramos la Playa Pampillosa entre un mar y océano de piedras, (valga la redundancia)
y un poco mas adelante asaltamos uno de los paraísos del "surfing" en esta costa de Lugo,
la estupenda y lozana Playa de Peizás, que nos propone cabalgar y galopar por sus incesantes olas.
Atravesamos los serenos y apacibles seles de los Prados os Bois donde el ganado se puede
asomar a la belleza salvaje y el aura indómita que nos expone y exterioriza la Playa de Llas.
Entramos en FOZ con la mirada fija en los roquedos de Carrao y Os Cairos que anticipan y
adelantan las vistas sobre la enorme y emblemática Playa da Rapadoira, donde el murmullo
de la gente alcanza también la pequeña Playa de Tupide alojada junto a las embarcaciones de Portochico.
Abandonamos el formidable y colosal espectáculo natural formado por la atractiva Ría de Foz
para dirigirnos hacia el interior a conocer la BASÍLICA DE SAN MARTÍN DE MONDOÑEDO, considerada la catedral mas antigüa de España.
En sus inmediaciones podemos saborear las aguas de la Fuente de la Zapata e interactuar
entre algunos hórreos que reflejan el rico patrimonio histórico y etnográfico que sigue vivo en la provincia de Lugo.
El Puente San Lázaro sobre la corriente del río Valiñadares nos otorga el paso a la ciudad de
MONDOÑEDO, cuna del literato Álvaro Cunqueiro que brindó sobre la monumental Fonte Vella
y en la que su efigie mantiene atenta mirada a la portentosa Catedral Basílica de la Asunción.
El tiempo no dio para mas y tras visitar la solemne heráldica del Hospital San Paulo y San Lázaro,
finalizamos este gratificante viaje con la sensación de haber paseado por el paraíso. Solamente hay que buscarlo, cuidarlo y disfrutarlo.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
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