sábado, 20 de enero de 2024

SENDA DE LA MITOLOGÍA LEONESA

La carismática Montaña de Riaño rodea el magnífico entorno de la localidad leonesa de Carande, un pequeño pueblo que combina su excepcional naturaleza entre la magia de sus cuentos y leyendas. Es día 12 de enero de 2024, una espectacular jornada para conocer la Senda de la Mitología Leonesa 👇👇

Antes de alcanzar nuestra ruta, el río Esla y las montañas que lo rodean nos van dibujando el
magnífico escenario por el que vamos a transitar, aderezado además entre unas condiciones
de calidad y naturaleza dignas de estas tierras. Todos los datos del itinerario en 👇👇👇

Abandonamos la carretera N-621 junto a la parada de bus, en la misma desviación hacia la
localidad de Carande, dejando el coche en un pequeño parking antes de entrar a la localidad.
En poco mas de cinco minutos la niebla desaparece por completo y el ambiente se despeja
para estrenar nuestra aventura por la senda tipificada como SL-LE 7 de la Mitología Leonesa.
El amplio Camino de Valcayo se funde con las nieves que tapizan las Praderas de Raposeras
en donde un pequeño grupo de caballos se afana en la búsqueda de su dieta y manutención.
Escoltados y protegidos por la maravillosa silueta del Pico Gilbo, el sendero cruza el pontón
que salva las aguas del Arroyo Revollicos y tropieza con una enorme fuente y abrevadero en
la que sus dos caños entonan y armonizan la delicada sintonía que se escucha en el lugar.
El día soleado hace que la nieve genere postales de ensueño mirando en cualquier dirección,
mientras, con paso firme y seguro, nos iremos acercando en un confortable paseo hasta las
inmediaciones de uno de los brazos del Embalse de Riaño sumido entre el velo de la niebla.
Este precioso rincón de la Cordillera Cantábrica presume con la dulzura propia de un cortejo
y transmite una adorable sensación para olvidar y desconectar de todos nuestros problemas.
Tras cruzar un "paso canadiense" alcanzamos una rústica "empalizada" de madera utilizada
para realizar distintas labores de sujeción, vacunaciones y carga del ganado bovino y equino.
Continuamos la marcha observando en la lejanía el paso fugaz de alguna hembra de ciervo
mientras nos vamos acercando al suave repecho que supone alcanzar la espléndida Collada
de la Carrizosa envuelta por la sedosa cortina de niebla que difumina el Gilbo y Peñas Pintas.
Junto al conglomerado de colmenas y abejeras, giramos a nuestra derecha para descender 
hacia la masa boscosa del magnífico Valle de Valdecolina, alojándonos en su bonita guarida
en compañía de la música de sus arroyos que bajan cantarines hacia el Embalse de Riaño.
La cantidad de nieve caída dificulta nuestros pasos, haciendo desaparecer el demonio del frío
y gozando de la increíble luminosidad que hace imperar una lujosa y atemperada austeridad.
El bosque nos saluda bajo una preciosa cúpula de avellanos y entre sus arcos naturales nos
emplaza a las puertas de un estupendo y fabuloso hayedo por el que corre en libertad el aire
puro y la brisa de la montaña, abriéndonos un delicado umbral para toparnos con la primera 
figura mitológica, la Vieya´l Monte que representa a la madre naturaleza y es portadora de los
alimentos y frutos con los que agasaja a las personas, viviendo en armonía con los animales.
Con la nieve amontonada a nuestro pies, seguimos ascendiendo por el corazón del hayedo y
del robledal, cuyos troncos y musgos brillan irisados con perfectos e impecables contraluces.
Las laderas y faldas boscosas de Valdecolina siguen apretando la senda y nos encauzan al
vadeo del arroyo entre las señales blancas y verdes coloreadas en los guijarros del reguero.
El aliento del aire hormiguea claro y seco como un cristal, enfilando hasta darnos de bruces
con el Trasgu, un pequeño duende con forma humana que suele ser cojo y le encanta hacer
bromas, burlas y travesuras, aunque a la vez es un ser muy simpático, agradable y laborioso.
Toca realizar una dosis extra de esfuerzo para remontar el repecho mas duro de la jornada y
estar especialmente precavidos en la umbría, ya que los rayos del sol brillan por su ausencia.
En la subida nos topamos con la Güeste de Ánimas, una bella procesión espectral de almas 
en pena ataviadas con mortajas que recorrían sendas y caminos en las noches de noviembre.
Los rasgos mas cautivadores del paisaje empiezan a percibirse en una de las espectaculares
Colladas de Riosol, donde la luminosidad del día vuelve a aparecer para atiborrar de claridad
la extraordinaria y maravillosa Campa de Pelencinos, dando paso al excelente Valle de Salio.
A medio día el sol despliega una suntuosidad sin parangón y el brillo intolerable de la nieve
intensifica las panorámicas de los picos Yordas y Cabezas por encima del Bosque de Hazas.
Bajo el azul purpúreo del cielo y el blanco albino de la nieve descendemos unos metros hasta
la solitaria Fuente de Pelencinos, cuya cadencia y armonía ha labrado una gélida estampa de
hielo y frio en la que sus carámbanos han originado imprevisibles y fortuitas composiciones. 
Volvemos sobre nuestros pasos para retomar el itinerario afrontando una corta y breve subida 
que dejará a nuestras espaldas el poderoso contorno y la enérgica silueta del Pico Espigüete.
El impresionante hayedo de Fuente Venero nos abre todas sus puertas y nos convida a bajar,
entre los coloridos estigmas y los brillantes estímulos de algunos acebos, hasta las cercanías
de una pequeña laguna donde nos espera la Mora o Xana, un espíritu de la naturaleza con
forma de mujer que vive en fuentes y cursos de agua, protegiendo tesoros que entregarán al que logre desencantarla 😃
Seguimos disfrutando entre las sombras del hayedo hasta alcanzar muy pronto la estatua del
Diañe, que aunque representa al diablo, no es un ser malvado, pero si un bromista de mal gusto. 
El distendido y apacible paseo alcanza el punto mas alto de toda nuestra travesía y se asoma
a la hermosura del ilustre Mirador de Reñuberu que muestra la autenticidad natural del lugar.
El Reñuberu es un personaje de la mitología leonesa al que se atribuyen la furia y el enojo de
las tormentas encarnado por un viejo enfadado de barba y sombreo que habita en las nubes.
Disfrutamos de un escenario de definición cegadora, con el pico Yordas liderando un precioso
desfile en el amplio y maravilloso decorado que describe la presuntuosa localidad de Riaño,
reflejando en las aguas del embalse la enorme calidad y los poderosos atributos del entorno.
La procesión montañosa acaba y finaliza con los horizontes nevados de la Sierra de la Reina
y con las imponentes cumbres y cúspides de Peñas Pintas, Pico Llerenes y Peña Serrones.
Iniciamos un descenso directo y vertiginoso a través del regio y señorial Hayedo del Canto de
la Cerra donde nos espera el Cuélebre, una serpiente alada que custodia tesoros y doncellas,
advirtiendo del generoso trabajo del artista soriano José Llorente tallando con su motosierra todas las obras de la ruta, ¡¡chapo!! por él 👌
Salimos del bosque de cara al Gilbo y Peñas Pintas, continuando la bajada hasta el cercano
portón de madera que cierra el paso de ganado en las proximidades del pico Piedra del Agua.
Seguimos desenmascarando este asombroso y turbador pasadizo cuyo valor confecciona un
elocuente y conmovedor plató que quedará grabado con solidez en el polvorín de nuestra memoria.
Unas últimas revueltas y varios zigzags nos ayudan a traspasar el Arroyo de los Revollicos, 
dejándonos suavemente y de manera tranquila a las mismas puertas del pueblo de Carande.
El paseo por la localidad de Carande alcanza la iglesia Parroquial en honor a San Pedro y va
descubriendo su típica y tradicional arquitectura popular, creando y despertando un sinfín de
emociones y sentimientos que contrastan entre la seducción y el silencio apagado de la nieve.
Las bajas temperaturas y las intensas heladas manifiestan su sello en forma de "chupiteles",
témpanos o carámbanos, rematando el entretenido viaje andariego por la Mitológia Leonesa.
La tranquilidad y despreocupación experimentada en estos admirables y fantásticos parajes 
nos siguen incitando y espoleando para seguir conociendo y disfrutando de esta península maravillosa.
Saludos de "COMANDO SENDERISTA" a tod@s caminantes, hasta una próxima ruta.
Álbum fotográfico: SENDA DE LA MITOLOGÍA LEONESA

No hay comentarios:

Publicar un comentario