La Plaza Mayor de Hontoria del Pinar es el comienzo de una aventura cuyos pasos nos van
a llevar hasta su Ayuntamiento, entre medias de una bella arquitectura con grandes casonas
solariegas, dejándonos en las inmediaciones de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
y junto al capitel corintio que decora la parte superior de su extraordinario Rollo Jurisdiccional.
Tras analizar todos los datos del itinerario, el camino avanza por la actual y reciente Vía Verde
que soportó el tráfico ferroviario de la línea Santander-Mediterráneo entre 1929 y1985.
Abandonamos los viejos edificios de la estación de trenes flanqueados por numerosas tierrasde labor que rodean la pequeña colina del Castro, alcanzando en pocos metros la entrada al
cañón a través de un puente de madera de bella factura para salvar las aguas del Río Lobos.
El Parque Natural del Cañón del Río Lobos nos abre sus puertas, donde comienza también la
Senda PR SOBU-65, la ruta principal que se adentra cañón abajo hasta la localidad soriana de Ucero.
El sendero pasa junto a la rocosa Fuente de los Agüelinos y se convierte en una búsqueda
sin tregua para alcanzar unas bonitas pasarelas donde admirar la poderosa armonía del río.
El pinar, en concreto el pino pudio o laricio, se erige como una de las unidades ambientales
mas importantes del espacio protegido, acompañando en todo momento la corriente del Río
Lobos y aportándonos ese aura de tranquila serenidad que inunda esta maravillosa caminata.
Atravesamos el Sendero Don Miguel, cura párroco de Hontoria que en los años 1953 y 1966
y acompañado por los niños de la escuela, acondicionó la senda hasta la "Cueva Pellejeros".
El adorable paseo nos convierte en los términos de una ecuación, en las notas de un acorde
que nos ciñen entre los profundos relieves de un paisaje kárstico con gigantescos cortados
verticales que caen hacia el río, dando lugar a una bella y caprichosa geología que escucha
su seductora melodía para atravesar uno de los parajes mas espectaculares de la Península.
Alcanzamos unas enormes piedras que nos ayudan a vadear la corriente para contemplar un
Continuamos por el corazón y el entorno privado de un pinar iluminado por los rayos del sol,
engullidos en todo momento por la exuberante y frondosa vegetación de un bosque en el que
sus sombras nos recuerdan y nos acercan a los compactos bosques de coníferas de Canadá.
Enseguida alcanzamos el majestuoso encajonamiento fluvial conocido con el nombre de Las
Hoces, apreciando la grandeza de sus paredes calizas disueltas por la acción de la corriente.
Nuestro caminar junto al Río Lobos forma un binomio y una pareja inseparable para lograr
atrapar el sosiego y la placidez del paraje donde el río Laprima derrama sus últimos suspiros,
continuando una acrecentada amistad y una enorme camaradería para enamorarnos con su hechizo.
Seguimos la marcha para llegar al paraje conocido como Las Raideras, un anfiteatro calizo
horadado por miles de grietas y fisuras por las que surge el agua en épocas de grandes lluvias.
La profunda y serpenteante garganta sigue desafiándonos entre sus gigantescos farallones,
empezando una gran serie de amplios meandros y dilatadas revueltas para asentarnos en la
Hoya de los Lobos, cuyo tránsito nos hace experimentar la comunión total con el entorno y
donde recolectamos los frutos de las variedades de pino, como el pino albar y pino resinero.
La coloración de las aguas se visten con tonos ferruginosos en el instante que alcanzamos la
Peña de la Colmena, en el cercano lugar de La Isla y donde la señalización nos aparta del río
para iniciar una leve ascensión por los tupidos pinares que conforman el Vallejo de la Sierra.
Algunos resaltes rocosos van rompiendo la monotonía y la homogeneidad de un pinar cuya
brisa va meciendo y recorriendo el bosque con sus ligeros jadeos y sus delicados suspiros,
para en lo mas alto fundirse en un beso perpetuo e interminable bajo la limpia cúpula del cielo.
Situados en la zona de los Tres Vallejos, las larvas y los nidos de oruga van dando paso al
inicio de una perfecta transición hacia la nueva magnitud ambiental del bosque de sabinas y
enebros, una extensa y estupenda masa arbórea bien repartida y venteada por la paramera.
Nuestros pasos alcanzan la pista del Alto del Hocino, para en pocos metros desviarnos hacia
la izquierda por una senda pedregosa que constituye un soberbio y colosal balcón y mirador
de la localidad de Hontoria del Pinar, invitándonos a una exhaustiva observación del océano
de pinares que conforman el Parque Natural de la Laguna Negra-Circos Glaciares de Urbión
y donde asoma destacada la mítica y legendaria cima de 2228 m. de altitud del Pico Urbión.
Varios zigzags por la ladera este del Alto de las Cabezas, nos conducirán hasta una especie
Durante el descenso, nuestros pasos retumban entre medias del silencio y del brillo del sol,
aterrizando en un pétreo paisaje por el que transcurre el empedrado de la calzada romana y
terminando en el emplazamiento de la Fuente de la Raposa entre las colosales vistas de Hontoria.
Nos disponemos a cruzar el Puente Campanario, conocido en el pueblo como Puente Romano,
un puente que permitía el paso sobre el Río Lobos de la Calzada Romana del Norte, uniendo
la Vía Augusta del este peninsular con la Vía de la Plata situada al oeste y pasando por las ciudades de Numancia, Clunia y Uxama.
Decidimos realizar un último esfuerzo para subir hasta la bella ermita románica de San Juan
del siglo XI, con una sencilla portada que ejerció de templo religioso durante la Edad Media.
Una corta, pero dura ascensión, es lo que nos queda para alcanzar los 1083 metros en los
que se sitúa la Cruz de San Juan, un bonito y privilegiado mirador desde el que podremos ver
los preciosos y encantadores sabinares que se extienden por la paramera Mata de la Cueva,
la fabulosa y formidable Vega del Río Lobos desplegada hacia el pueblo de Navas del Pinar
y las entrañables imágenes a vista de pájaro de todo el casco urbano de Hontoria del Pinar.
Aunque podríamos dar por finalizada la ruta, nos disponemos a cerrar el circuito andariego
entre las enormes casonas pinariegas y la admirable "Fuentona Romana", volviendo a cruzar
el Río Lobos por el cercano Puente del Lavadero y tomando la dirección hacia El Castro.
Una vez atravesado el espacio disponible para las Autocaravanas, seguimos de la mano del
Río Lobos por su margen derecha y entre las agradables temperaturas de este invierno, que
mas parece primavera, nos iremos acercando al Área Recreativa del Castro. En muy pocos
metros cerraremos este magnífico itinerario sobre el nuevo Puente de los Agüelinos, desde
donde decimos "adiós" y un "hasta pronto" a un Río Lobos que nos hizo vibrar y emocionarnos.
Bien avanzado el mediodía y entre una atmósfera de tranquila imperturbabilidad volvemos a
penetrar por las calles del pueblo, pasando junto a la Ermita de San Roque y admirando los
grafitis que se han ejecutado sobre la enorme pared del Frontón Municipal, finalizando este
inspirador viaje junto al memorial de todos aquellos que trabajaron resinando los pinares del entorno.
Tras la comida, disfrutamos de un buen paseo por la cercana localidad soriana de San Leonardo de Yagüe.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todas las fotos de la ruta en: SENDA DE HONTORIA
Bonito reportaje.. les dejo nuestra página de komoot https://www.komoot.com/es-es/tour/842558824
ResponderEliminarMuchas gracias, recibe un saludo cordial.
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