jueves, 20 de junio de 2024

VUELTA AL LAGO DE SANABRIA

El Lago de Sanabria es considerado el lago natural mas grande de la península Ibérica y el mayor de Europa de origen glaciar con alrededor de 3 kilómetros de largo, 1,5 kilómetros de ancho y 56 metros de profundidad. Es día 13 de junio de 2024, comenzamos una preciosa ruta que rodeará un extraordinario paraje natural único en la Península 👇👇👇

La Plaza de España de la localidad zamorana de Ribadelago Nuevo es el preludio del camino
y el origen de nuestros pasos, tomando la carretera hacia Galende que pasa entre los restos 
del campanario trasladados después de la tragedia ocurrida por la rotura de la Presa de Vega de Tera.
Una vez apuntados y analizados todos los datos del itinerario 👇👇👇la carretera ZA-104 se

erige en la plataforma de lanzamiento para alcanzar la bella y paradisiaca playa de Rocas Negras, una playa que empieza a describir este lugar tan maravilloso.
Ni que decir tiene, que en este tramo de carretera habrá que tomar la prudencia y la cautela
pertinente para que el paseo se convierta en una terraza para contemplar las vistas del lago.
Junto al muelle y embarcadero del Crucero Medioambiental de Sanabria se encuentra una de
las playas mas pequeñas del lago, la Playa Custa Llago, que ya tiene todo preparado para la
campaña de verano y cuyos patines, canoas y kayaks surcarán y navegarán entre la pureza 
y virginidad de las aguas transparentes y diáfanas de este impresionante territorio zamorano.
Volvemos un momento a la carretera y en menos de cien metros nos desviamos a nuestra
izquierda para entrar bajo la cúpula de un frondoso y fértil robledal, anunciándonos la llegada
a la magnífica y espléndida Playa de Viqueira, también llamada Playa Grande y cuyo entorno
conforma la mayor de las distintas playas y arenales que hallamos en el Lago de Sanabria.
Tras disfrutar de su soledad y contactar con la naturaleza única del lugar, seguimos camino a
través de su zona recreativa, cruzando entre la preciosa luminosidad del bosque de robles y
ascendiendo un pequeño repecho hasta abordar el monolito en el que Alfonso XIII, allá por el
año 1907, creó el Cuerpo de Guardería Forestal especializado en la custodia de los montes.
Avanzamos hasta la cercanía del Camping Los Robles, rodeándole por una estrecha senda
que nos facultará para atrapar una amplia atalaya con bellas imágenes del entorno del lago,
siguiendo las deliciosas señales y el intenso rastro de algunas florecillas que con sus aromas
y sus bonitos colores nos ayudarán a encontrar el antigüo e inmemorial Balneario de Bouzas.
Las ruinas de esta vieja hospedería languidecen entre la vegetación, evocando un pasado de
esplendor entre la desolación y la decadencia de sus bañeras diseminadas en su alrededor.
Abandonamos la melancolía del lugar para sumergimos entre la claridad y brillantez de este
portento natural que nos hace vibrar y estremecernos a cada paso, lanzando nuestra vista a
a su interior para deslizarnos por su lámina de agua entre algún incondicional del paddle surf.
Nos espera un tortuoso y serpenteante sendero bajo la dulce penumbra de las laderas y las
cuestas de las Peñas Longas y Ballesteros, aunque su agradable frescor y su gratificante umbría
nos guiarán en un entretenido paseo hasta el ancho y espacioso puente por donde desagua
la corriente del río Tera, un lugar ideal para disfrutar de la delicada armonía que transporta 
desde su nacimiento en las faldas de Peña Trevinca hasta su entrega y muerte en el río Esla.
La pista asfaltada cruza los pagos de La Choza y Los Lagonallos y nos empieza a descubrir
pequeñas calitas y sugestivas ensenadas que llenan de belleza nuestras miradas, llegando
mas tarde a la Playa de los Enanos, un arenal que te atrapa y te enamora con una rapidez 
endiablada y cuyas vistas conforman un relajante oasis que nos hacen gozar de su genuina
majestuosidad en un auténtico paraíso en el que reina una atrayente y placentera tranquilidad.
Aprovechamos el mobiliario natural para recuperar fuerzas y energías, continuando nuestra
andadura por los llamados Arenales de Vigo, pequeñas y frescas praderías donde podremos
aspirar los aromas y fragancias de un gratificante ecosistema con bellos atributos naturales.
Mas adelante nos topamos con la clara y nítida Playa del Folgoso, un hermoso y encantador 
recoveco que origina imágenes exclusivas e irrepetibles, la verdadera postal por excelencia y
una perla de tonalidades y sensaciones que se pierden entre la sugerente belleza de sus horizontes.
Empezamos a ascender el mayor repecho y una de las considerables dificultades del día a
través de un empinado zigzagueo entre los robledales de La Amallada y del Alto de Don César,
pasando de los 1000 metros a orillas del lago hasta los 1273 m. de San Martín de Castañeda.
Esta preciosa localidad nos saluda con un gran nido de cigüeñas con sus pollos y cigoñinos,
además podremos sentir la viveza de los versos de "San Manuel Bueno Mártir" de Miguel de
Unamuno, inspirada en los escenarios del lago y del Monasterio que se alza en sus faldas. 
Esta Sanabria mágica sigue sorprendiéndonos con intensos y apasionados colores justo a la
entrada del Barrio Pralaba del pueblo, ofertándonos el exquisito sabor de guindas y cerezos,
así como ofreciéndonos un interesante y seductor paseo entre una acomodada arquitectura
típica sanabresa con enormes casonas de piedra de tejados de pizarra y galerías de madera.
Con firmeza y solidez accedemos al Monasterio Cisterciense de Santa María fechado en los
siglos XII y XIII, descrito y definido por M. Gómez Moreno como " un monasterio que difícil
podrá verse plantado en sitio mas rebosante de hermosura, a media ladera de la sierra, cara 
al sol, entre huertas, praderas y bosques y teniendo a sus pies el inigualable Lago de Sanabria".
Finalizamos el recorrido por el municipio, ascendiendo entre sus peculiares y características 
viviendas techadas de pizarras y entre los infinitos acopios de leña para los duros inviernos.
Atrás queda la imperturbabilidad y el sosiego vivido entre las entrañas de un bosque salvaje,
alcanzando en pocos metros el sensacional y llamativo Mirador de Neveira, un espectacular
balcón y el mejor lugar para contemplar la hermosura y la belleza del lago y todo su entorno.
Este privilegiado enclave se asoma al maravilloso territorio protagonizado por este agraciado 
océano sanabrés y sus excepcionales vistas quedarán grabadas para siempre en nuestra memoria.
Antes de abandonar definitivamente las calles de San Martín, podremos calmar nuestra sed
junto al Caño de Estal y entre los adornos y ornamentos que decoran la Fuente del Castro.
Las duras faenas y el trabajo de la huerta nos acompañarán unos 150 metros por la ZA-103
hasta cruzar por un camino bajo la carretera donde se inicia la famosa Senda de los Monjes,
una vieja trocha utilizada por los cistercienses del Monasterio de Santa María que desciende
con bastante pendiente hasta encontrar, en un claro del bosque, una estupenda y formidable
plataforma rocosa donde todos nuestros dispositivos móviles y cámaras fotográficas inician
una secuencial cadena de disparos ante las nuevas e impresionantes panorámicas del lago.
No dejamos pasar estas inmejorables perspectivas para reafirmar nuestros pasos por estos
indómitos parajes que apuntan hacia la pequeña Isla de las Moras y Ribadelago Nuevo, así
como la pequeña población de Ribadelago Viejo clavada en el valle bajo los Picos de Bubela.
En todo momento seguimos la buena señalización de este magnífico itinerario, continuando 
la bajada por un suelo bastante irregular con tramos de pendiente pronunciada que alcanzan
otros de mayor suavidad y tersura totalmente engalanados con estimulantes matices y coloridos.
Un rústico puente de lajas de granito nos permite cruzar las bravas y enfurecidas aguas del 
Arroyo de Sorribas, disfrutando enormemente con sus habilidades y acrobacias naturales.
Tras un largo y complejo descenso, la senda da un giro hacia el oeste buscando los senderos
del áspero e intrincado desfiladero que forma el Cañón del Tera, asomándonos al promontorio
de La Carbonera, donde ya tenemos a "tiro de piedra" el  casco urbano de Ribadelago Viejo.
Finalmente la señalización nos encauza por terreno prácticamente llano, atravesando un par
de callejones rocosos con abundante vegetación y cuyo camino desemboca en los aledaños 
del Naval del Pozo, otro de los lugares mágicos de Sanabria. Sus riberas jaspeadas por una 
alfombra de hierba, su entorno montañoso y la caricia glaciar del agua hacen las delicias de
un reparador baño en uno de los rincones mas inspiradores y edificantes creados por el río Tera.
Al final de esta maravillosa poza hay un puente de madera que enlaza con la ruta del Cañón del Cárdena
Ribadelago Viejo nos trae a la memoria los fallecidos en la tragedia del 9 de enero de 1959 en la que unos 8 millones de metros cúbicos de agua de la Presa Vega de Tera se tragó a 144 vecinos del pueblo. Solo se recuperaron 28, el resto descansan para siempre en el fondo del lago.
Mientras caminamos por el pueblo nos damos cuenta de la lenta y dolorosa agonía que sufre
este delicioso patrimonio arquitectónico, cuyas viviendas estaban en sintonía con los oficios  
y ocupaciones como la ganadería y la agricultura, presentando en la actualidad una dejadez
y una encantadora soledad que no logrará salvar del aislamiento y el abandono el precioso entorno de estos pueblos.
La agradable y acogedora Vega del río Tera nos expulsa de la localidad en un tranquilizador
y reconfortante paseo donde las gentes del lugar terminan de cultivar sus huertas y regadíos,
acelerando nuestro paso en los últimos metros ya que los estómagos comienzan a protestar.
Un último gesto y un aliciente mas tras haber disfrutado de una bella escapada al corazón de
una tierra mágica y misteriosa, una tierra denominada Sanabria, que es mucho mas que un lago.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todas las fotos de la ruta en: LAGO DE SANABRIA 

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