domingo, 11 de agosto de 2019

CALBLANQUE

El Espacio Natural Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila está ubicado en la Región de Murcia, entre el Cabo de Palos y Portmán, constituyendo un paisaje de playas salvajes, prácticamente vírgenes, y una gran variedad de flora y fauna en un entorno paradisiaco. La ruta fue realizada en varios días de septiembre de 2018. Pincha en "play" y comenzamos.
El mar Mediterráneo comienza a desperezarse entre la tenue y sutil luminosidad
que logra encender y alumbrar la delgada hilera de hoteles y apartamentos que conforman la Manga del Mar Menor
avistados desde nuestro punto de partida el Cabo de Palos.
 Todos los desplazamientos los efectuamos en coche, salvo los del Parque Natural que los recorremos a pie con los siguientes itinerariosCALBLANQUE 
Los primeros pasos se llenan de colores y tonalidades
que se van mezclando con el sabor salado procedente del mar,
un mar que cambia de aspecto y semblante a cada paso que damos.
La playa de Calafría, a pesar de su nombre,
nos invita a probar sus aguas cristalinas
y desde su promontorio podemos admirar el maremágnum de calas y playas de esta parte del litoral.
Un agradable paseo nos enfila entre las retorcidas 
y contorsionadas Calas del Muerto,
dejándonos estampas inesperadas y asombrosas.
Grotescos e inhiestos peñones surgen del mar 
en la extraordinaria bahía del Cabo de Palos que nos muestra en la lejanía el conjunto de montañas que forma Calblanque.
El desordenado y anárquico litoral murciano se deja sentir
entre las rocas y plantas que aderezan 
la coqueta Cala Reona
y los muros infranqueables del Cerro del Atalayón.
Los vestigios de un torre marcan la entrada al Espacio Natural de Calblanque, delimitado entre La Manga y Cartagena
accediendo a pie únicamente, tras haber dejado el coche en los aparcamientos autorizados.
Penetramos en un entorno paisajístico ocupado por distintas formaciones montañosas
que protegen la celestial y paradisiaca Playa de Calblanque, una de las playas de la costa española que se conserva casi virgen,
siendo los primeros en llegar y sintiéndonos las personas mas afortunadas del mundo.
La calma y la tranquilidad son nuestras compañeras
a través de un excepcional entorno semidesértico
con pequeñas y vibrantes dunas
que alcanzan el magestuoso balcón de Punta Blanca.
Continuamos por un profundo y magnífico erial despoblado y solitario
que nos conduce hasta la Salinas del Rasall
acondicionadas para la producción de sal
a partir del agua del mar bombeada desde un pozo escavado en la duna fósil que asegura el agua a las salinas.
El Cabezo de la Fuente y del Horno
emergen sobre la áspera y escabrosa duna fósil
que se acerca a los provocativos reflejos del mar
dentro de un ambiente enmarcado en una profunda calma y una serena imperturbabilidad.
El aire hormiguea claro y fresco como un cristal
moviendo la arena alrededor de las flores y plantas que logran habitar 
entre las fauces de la duna
que va acaparando un territorio inhóspito y desolado, 
pero de gran belleza y hermosura,
combinándose con los estupendos arenales de sus playas.
Continuamos el paseo hacia el sector este con las vistas del Atalayón
transitando por Cala Arturo y Cala Magre
hasta la Cala de los Déntoles entre Punta Negra y Punta Espada.
La flora y matorrales costeros se van adaptando y acomodando
a la aridez de sus suelos, creando diferentes ambientes con auténticas joyas botánicas.
Para terminar el día nos acercamos hasta el Mar Menor para disfrutar de sus únicos y exclusivos atardeceres. Un auténtico placer.......
La relajante alborada apunta un nuevo día
para volver de nuevo a Calblanque y visitar el sector occidental
dejando atrás hoteles y chiringuitos para disfrutar de este maravilloso edén.
De nuevo volvemos a ser los primeros en llegar 
disfrutando de la suave temperatura
y la extraordinaria sensación de conexión con la naturaleza en estado puro.
Seguimos atrapados entre la esterilidad de las dunas
y las portentosas montañas
dibujando un entorno idílico de ensueño.
La insólita y excepcional Playa Larga engendra una poderosa perspectiva
hacia el Monte de las Cenizas formando un lugar increíble, asombroso e inverosímil. 
Distintas pasarelas de madera 
nos van acercando hasta las Playas de Negrete y Parreño
observando en el horizonte la obscura y portentosa mole del Cabo Negrete.
Toda esta riqueza natural se basa en los colores y reflejos del mar,
largas playas de arena dorada y ocre,
calas desiertas y solitarias,
y una atractiva vegetación dunar y montaraz
que contrasta con la delicadeza y distinción de este Mediterráneo fascinante.
Con esta secuencia de imágenes 
y el relajante rumor marino
nos apostamos sobre el arenal, 
contemplando la cadencia y el compás de las olas
mientras sentimos el ritmo de un apabullante entorno natural
que nos deslumbra con sus sensibles acordes de magia y armonía.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
ÁLBUM DE FOTOS: CALBLANQUE 

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