La Iglesia de Santa María del Castillo está situada en un precioso balcón sobre el Duero cuyo edificio fusiona los artes góticos y románicos de los siglos XII y XIII.
Una espadaña de ladrillo con dos campanas y un pequeño rosetón coronan una portada apuntada en su fachada occidental,
mientras en su luminosa fachada sur encontramos otra portada de semejantes características
decorada con una gran variedad de temas y motivos florales
que alcanzan las ventanas y los arquillos ciegos trilobulados bajo el alero de su bello ábside.
El parque municipal de La Muela nos obliga a contemplar la tremenda espectacularidad,
la gran dimensión y la sinuosa amplitud del enorme meandro
que dibuja el río Duero a su paso por Castronuño.
Antes de continuar repasamos el mapa y todos los datos del itinerario en el siguiente enlace: SENDA DE LOS ALMENDROS
En este altozano de La Muela también podemos curiosear las numerosas bodegas perforadas en la tierra,
la escultura de "La Cantarera", dedicada a las mujeres que con su esfuerzo hicieron posible el desarrollo de las familias y nuestra sociedad
y una señal con la distancia a diferentes puntos del mundo.
Un numeroso condominio de almendros rodean el particular Mirador del Teso,
descendiendo por un sendero con escaleras de tierra y troncos de madera
por el que disfrutamos de los hermosos colores y tonalidades
y las agradables y suaves fragancias que arrojan estos admirables árboles.
Durante el paseo vamos aprovechando los "marcos incomparables"
y las vistas panorámicas dispuestas para el disfrute de la fotografía,
además del deleite que produce la sensación de caminar por este magnífico paraíso natural.
Abandonamos esta estupenda atalaya para seguir el descenso
entre el hechizo y la magia de este primoroso ejército de "prunus dulcis"
cuyos contrastes relucen y se propagan por toda la ribera del río.
El Duero se amansa entre los almendros que miran a la Presa de San José y el carrizal de la Dehesa de la Rinconada,
bajando por unas pasarelas de madera que nos ayudarán a aterrizar junto al nivel del río
entre la frescura de un bosque de de chopos, álamos y saucesque confrontan con los estupendos cañaverales de la orilla opuesta
y donde podemos examinar los nidales y el vuelo de la cigüeña blanca.
Nos acoge y nos solapa un extraordinario bosque de ribera
del que cuelgan varias cajas-nidos para que las aves o los murciélagos aniden en su interior.
La gran inmensidad del Duero se despliega a nuestros pies
cuando alcanzamos un observatorio de aves
en el que, sigilosamente y con resignación, podremos avistar zambullines, azulones y alguna garza real.
Llegamos a la zona conocida como El Puerto
por el que tiene continuidad una pasarela de madera que dirige nuestros pasos
hacia un descansadero y mirador en el que antigüamente atracaban las pequeñas embarcaciones utilizadas para la pesca.
Entre una vistosa coloración de líquenes cruzamos el Arroyo del Puente,
dirigiendo nuestros pasos hacia la senda de los pescadores,
paralela a la carretera, en la que podemos regocijarnos con las estupendas vistas del Duero
engalanadas y ataviadas por los principales protagonistas de este hermoso viaje.
A nuestra izquierda bajan las laderas del monte San Lázaro
saturadas con una brisa de suave sabor de almendras
y rebosando una encantadora luminosidad que enciende toda la ribera.
Con mucha precaución cruzamos la carretera, abandonando los pespuntes ribereños
para tomar el sendero junto al Arroyo Mucientes que en un pequeño repecho hacia la izquierda
nos conducirá hasta el Mirador del Pinar con formidables horizontes de este monumental entorno.Tras atravesar varios campos de cultivos, el camino nos devolverá a las laderas de La Muela,
alcanzando la carretera para entrar de nuevo en la senda que nos retornará hacia Castronuño.
El regreso nos revela nuevas imágenes y un nuevo punto de vista de este bello territorio,
siguiendo el acecho y el examen de las numerosas anátidas que se dejan ver por el lugar.
El itinerario sigue sorprendiéndonos con hermosos colores
entre los dulces bálsamos que desatan las flores de los almendros,
internándonos por un fantástico túnel vegetal
por el que se van cribando los cañizos y cañaverales que escoltan la corriente del río.
Abandonamos por momentos esta placentera franja vegetal
para ascender el pequeño repecho por la escalinata que se dirige
hacia el Mirador del Teso que a esta hora el sol alumbra con elegancia y distinción.
Entre la clara exuberancia y multitud almendrera,
tomamos la denominada Senda de los Negrillos
que va rodeando la parte inferior del parque de La Muela
y se desvía en una profunda bajada hasta la frescura de la Fuente de la Salud.
Desde la fuente, una estrecha y empinada escalerilla nos reintegra en la senda
a la que se asoman una gran cantidad de bodegas y despensas
ornamentadas con los matices de los intérpretes y estrellas en el día de hoy.
Las calles de Castronuño se llenan de sosiego y tranquilidad
y nos encaminan hacia el final de nuestra aventura en la fortaleza y ermita del Santo Cristo
donde las vistas se disipan sobre la maravillosa lámina de agua de este Duero portentoso.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. ÁLBUM DE FOTOS: SENDA DE LOS ALMENDROS
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