viernes, 10 de diciembre de 2021

PUEBLOS ABANDONADOS (SEGOVIA)

Tras el éxodo rural hacia las ciudades en busca de mejoras económicas y un deseado bienestar, muchos pueblos de España se vaciaron, quedando un desolador paisaje en muchísimas zonas de la Península. El relato de hoy 10 de octubre de 2021, constituye un paseo evocador con una sensación de tristeza por estas cuatro aldeas segovianas. Empezamos.

Desde la localidad segoviana de Sebúlcor, diferentes trochas y caminos nos introducen en el
seno del Parque Natural de las Hoces del Duratón, en el que las aguas del río San Juan
refrescan el rincón frondoso donde emergen los restos y ruinas de SAN MIGUEL DE NEGUERA.
La hermosa luz del día penetra entre el declive y decadencia de deslucidos muros y dinteles 
e ilumina los soportes y apeos que sujetan las fachadas de la construcción mas noble del pueblo,
la casa solariega de los González de Sepúlveda, fundada en la tercera década del siglo XVI.
Robustas techumbres de madera se combinan entre los versos de neófitos y nóveles poetas,
quedando atrapados entre un océano de tapias de piedra y casas desiertas y deshabitadas.
La visita hace que nos invada un profundo y hondo sentimiento de añoranza y melancolía 
al notar el aislamiento y la terca soledad que recorren con ligereza sus achacosas calles 
y donde un largo desfile de desnudez deja "en cueros" sus diáfanas y ruinosas viviendas.
Aun conseguimos atravesar su laberíntica e intrincada fisonomía entre cardos y abrojos,  
para asomarnos por ventanales en el que ambos lados miran y contemplan el nítido azul del cielo
y donde tejados y cubiertas no soportaron las duras y prolongadas inclemencias del tiempo.
El sigilo y el silencio nos alejan de este lugar en el que se lleno de vida en épocas pasadas,
trasladándonos, entre una alegre sintonía otoñal, hasta la localidad de SAN PEDRO DE GAÍLLOS 
por donde continuaremos la aventura por otras tres aldeas y PUEBLOS ABANDONADOS.
El reloj de la Casa Consistorial nos señala las diez horas de la mañana y nos empuja para
acercarnos hasta la Iglesia Parroquial de San Pedro situada en el corazón de la localidad,
presentándonos un sencillo ábside de sillería con tres pequeños ventanales que muestran varias aves zancudas y animales alados bien esculpidos.
En el alero de canecillos superior podemos observar motivos de aves, animales y personas
y frente a su portada meridional se erige un elemental y humilde crucero de cemento
que contrasta con la original belleza de sus arcos en resaltados y sobresalientes baquetones.
En esta galería porticada destacan también los hermosos capiteles adornados con flores de aro, varias arpías, guerreros y distintos episodios bíblicos.
La maravillosa puerta de entrada al templo esta ornamentada con motivos ajedrezados y un rico simbolismo solar,
por contra, los dos capiteles de sus columnas se encuentran muy dañados y deteriorados.
Tras disfrutar del delicioso repertorio escultural, salimos hacia el norte en busca de tres cruceros
por una campiña cerealista, repleta en esta época, de agostados y marchitos girasoles,
alcanzando en muy poca distancia los primeros y solitarios edificios del pueblo de ALDEARRASO.
Piedra, adobe, madera y teja son los elementos que arropan y visten este delicado mundo rural
en la que sus últimos habitantes, debido a la pobreza y la falta de trabajo, emprendieron la huida hacia las ciudades.
Aquí solamente quedan los recuerdos, las evidencias y los restos de un brutal naufragio  
representado por un desolado ambiente de cuadras, establos y pocilgas abandonadas a su suerte,
en un espeluznante catálogo de fotografías de la tan denominada y oída "España vaciada".
Ante la imposibilidad de su reconstrucción, nuestro itinerario se convierte en una agradable
caminata llena de encanto y hermosura por una tierra regentada y dirigida por un eterno silencio,
cuyas estampas y detalles se han quedado petrificados e inamovibles en varios lugares del pueblo.
Surge un nuevo océano de piedra con muros desconchados entre una agreste maleza,
brotan los perfiles de las casas y las paredes carcomidas con aspectos fantasmales,
todo ello con la sensación de que una ligera brisa pudiera derribar en cualquier momento lo que aun queda en pie.
Aquí ya no vive nadie y nadie nos espera, solamente se escucha el sonido del viento
y el contoneo de zarzas y cambrones que van engullendo y devorando lo que queda de este pequeño caserío.
Termino con una merecida tregua y descanso, aprovechando esta ideal y magnífica solana, 
mientras disfruto y aspiro todos los aromas y fragancias de este recién estrenado otoño
entre las fabulosas y extraordinarias vistas de SAN PEDRO DE GAÍLLOS en la lejanía.
La cercana Sierra de Guadarrama se avista desde estos desérticos y desvastados poblados,
rodeándose por los lánguidos rastrojos de esta inmensa y descomunal campiña segoviana
que alcanza el decorado perfecto que forman las primeras casas del pueblo de VENTOSILLA
Nos deslizamos entre los maravillosos vestigios y reliquias que conformaron el municipio,
mientras percibimos la huida de una pareja de mochuelos que moraban en este chiquero.
Viejos edificios que se han aprovechado como corrales y apriscos para encerrar el ganado
y desde donde dedicamos una mirada que une el pasado con un presente triste y doloroso.
Retumban nuestros pasos entre el silencio clamoroso que transita entre sus calles y edificios solariegos
y brillan los dinteles labrados con inscripciones nominadas y apuntes anuales de la época.
Nos fijamos en los adornos y aderezos que se distinguían y se reconocían en sus fachadas
y en los elementos protectores de planchas de hojalata que preservaban algunos elementos constructivos.
Se siente el tremendo desamparo y el bullicio de la gente que un día dieron vida a estos maravillosos lugares, 
despidiéndonos y ausentándonos con la vista puesta en el nexo de unión de todas estos pueblecitos, SAN PEDRO DE GAÍLLOS.
Volvemos a los caminos vencidos y conquistados por una colorida maleza y un animado matorral, 
admirando estas tierras cercanas y observando sus amplios campos de belleza natural
en donde se combina una extensa y dilatada superficie cerealista para crear y engendrar
interminables páramos y terrenos esteparios por donde corre la recelosa y tímida avutarda. 
Junto a las cunetas del sendero surge y desfila una hilera de chopos y álamos que nos guían
hasta la carretera que nos llevará irremediablemente hasta la entrada de ALDEALAFUENTE.
Un ejército de ortigas saludan y se inclinan a nuestro paso en un peligroso recibimiento, 
mientras vamos penetrando por el marcado trazado de su calle y avenida principal.
El pueblo exhibe y enseña una aterradora nostalgia y melancolía entre un silencio atronador
y a medida que te acercas, observas que las casas en realidad son una auténtica ruina.
En alguna vivienda nos permitimos una somera mirada entre sus laberínticas habitaciones  
en las que se cuelan esos rayos de luz que rememoran el calor, las risas y el cariño que se vivieron en el pasado.
Deambulamos entre verdaderos fantasmas y espectros de piedra que se asoman a la calle
para presumir y alardear de la fortaleza y resistencia que todavía creen tener, sin saber que
tarde o temprano, la vegetación, la luvia y los hielos terminaran con sus muros por los suelos.
La excursión destapa un profundo deterioro que recuerda los huesos de un montón de cadáveres
y continúa por arruinados establos y corrales en los que ni siquiera se acerca el ganado.
Nada, nadie para conversar, tan solo escombros, miseria, abandono y aislamiento conforman
la evidencia de esta Castilla hueca, de esta España vaciada, que ve como se apagan las luces
mientras brilla un rayo de esperanza para poder desempolvar los recuerdos y la memoria de estos pueblos.

Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. ÁLBUM DE FOTOS: PUEBLOS ABANDONADOS

4 comentarios:

  1. Que lástima de patrimonio abandonado. La iglesia de San Pedro es una preciosidad del románico, como no podía ser menos en Castilla-León.
    Saludos.
    https://elbarrigueta.blogspot.com

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    1. La verdad es que es una verdadera pena y efectivamente, la Iglesia de San Pedro de Gaíllos es una auténtica joya románica. Muchas gracias por tu comentario, recibe un saludo cordial.

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  2. Que pena ver nuestros pueblos y nuestras raíces así. Sin duda es un reportaje muy inspirador. Enhorabuena 👏

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    1. A mi personalmente, se me cae el alma al suelo, por otro lado me encanta el paseo tranquilo y la calma que se respira en el ambiente misterioso que emerge en estos pueblecitos. Gracias por vuestra valoración. Como siempre recibir un saludo cordial.

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