CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

domingo, 14 de julio de 2019

SENDA LITORAL DEL MONTE

Son las 6,30 horas de la mañana del día 10 de julio de 2019. Hemos quedado para ir a Santander a recorrer el tramo de la Senda Litoral entre el Faro de Cabo Mayor y San Juan de la Canal. Pulsa en el "play" y comenzamos el paseo.
 Antes de comenzar, disfrutamos de los hermosos alrededores del FARO Y CABO MAYOR   para seguidamente apuntar todos los datos del itinerario enSENDA LITORAL DEL MONTE 
Tras bordear el muro del aparcamiento, descendemos por una senda marcada entre la hierba
dejando a nuestra derecha un torreón a los pies del faro,
mientras a nuestra espalda, las alturas del promontorio se despeñan con verticalidad en el Cantábrico entre las suaves neblinas marinas.
Nos acercamos hasta un monolito y crucero en memoria de tres boy scouts que se llevó una ola en estas rocas de Cabo Mayor,
mientras un cuarto se desplomó al abismo haciendo prácticas de montañismo.
El sendero de la línea de costa nos desciende hasta el nivel del mar entre un relajante oleaje que mece la infinidad de rocas de la costa.
En un continuo sube y baja, vamos alcanzando estupendos miradores naturales
para admirar este colosal despliegue amurallado
llegando hasta una pasarela de madera que nos deja contemplar y examinar
el Puente del Diablo, un puente de piedra natural que el paso del tiempo se llevo por delante.
Nuestros pasos siguen el rasgo apoteósico y cautivador del paisaje,
cruzando decrépitos viaductos de madera
que ponen a tiro una pequeña capilla junto al acantilado
y donde las vistas se desbordan hasta el confín de nuestro recorrido.
El Panteón del Inglés es un monumento erigido como recuerdo de amistad
en memoria de William Rowland que murió mientras montaba a caballo,
pudiendo ver también una pequeña placa con inscripción sobre la roca.
Entre el laberinto rocoso de La Congria
nos asomamos al penetrante y altivo Cabo de Lata,
caminando por la serenidad de sus prados
y acercándonos a los Bajos de Malasmañas.
En la Punta Vergajo el rostro de la naturaleza se aspereza,
aunque los pescadores en esta zona disfrutan de su pasión con gran entusiasmo y fervor.
El camino no tiene pérdida y múltiples senderos 
se van acercando al borde de este maravilloso Cantábrico,
discurriendo entre las rocas
y ganando pequeños montículos para disfrutar del mar.
En alguna de nuestras pausas nos da tiempo de deleitarnos
del derroche y luminosidad que atesoran estos lugares
llenos de una tersa y delicada frescura que nos persigue y acosa junto a nuestros pasos.
Atravesamos un pequeño escuadrón de rocas que nos guían
entre la abundante y decorada rasa marina
que cruza una accidentada y escabrosa costa
entre un caos y desconcierto granítico
lleno de una trepidante belleza y hermosura.
Sutileza y fragosidad se mezclan en el paisaje
que nos ensalza hasta un nuevo puente de madera
que advierte las profundas y penetrantes hendiduras del terreno.
Vamos descendiendo hasta El Bocal
que dibuja un entretenido y apasionante rincón
colmado de pequeños entrantes y playas dispuestas para un agradable "chapuzón".
Rodeamos este pequeño golfo entre aromas de margaritas,
para acercarnos entre dos puentes y pasarelas de madera
al extraordinario mirador donde se divisa la mole del Ruco Grande
y las profundas cicatrices que el mar Cantábrico ha cincelado con el paso del tiempo.
Vuelve la tranquilidad y el sosiego entre agradables estampas
que recomponen nuestros nervios y nos arrancan una sonrisa
entrando junto al Centro de Interpretación del Litoral en La Maruca.
La presión urbana se nota recorriendo la bonita Ría de San Pedro del Mar
llena de pequeñas y coloridas embarcaciones que pespuntean el atractivo puerto.
Seguimos el paseo de la playa y como tenemos marea alta debemos ganar altura bordeando el parque,
para bajar mas adelante hasta el Puente del Molino de las Mareas 
donde el Arroyo de la Tejona engendra unas atractivas marismas
que adornan y componen esta atractiva ría de La Maruca.
De nuevo vamos ascendiendo sobre la Punta Pinquel, efectuando un amplio giro hacia la izquierda
sobre el Cabo Cabezón de San Pedro, en el que los pescadores lanzan sus cañas sobre el acantilado.
Los matices de la Punta de la Mesa
abren un camino rectilíneo por esta hermosa costa en la que somos
observados y examinados constantemente por el numeroso ganado vacuno de la zona.
Desde la Punta de las Muelas percibimos la cercanía de la Isla de Virgen del Mar 
aprovechando unos instantes para el descanso y el retrato del pequeño grupo de hoy.
Mas adelante entramos en el municipio de San Román de la Llanilla
donde encontramos el templo y ermita de la Virgen del Mar
que guarda y atesora la ilustre patrona de Santander.
Abandonamos esta preciosa atalaya
junto a los riscos y peñascos que forman el Pico del Sol
que se muestran y reflejan sobre las azules y cristalinas aguas.
La encantadora temperatura de este día de verano satura y abarrota la Playa de la Casuca en San Juan de la Canal
que enseña pintorescos y paradisiacos rincones en su extraordinario entorno.
Atrás dejamos el puente de madera que nos dio el acceso
para involucrarnos en este maravilloso y fascinante final de ruta 
que nos ha purgado ante un paisaje indómito pleno de grave y agreste belleza.
Un gratificante baño para que los músculos adquieran esa agradable laxitud y relajación
proponiendo un nuevo itinerario que continua por la brutal y portentosa COSTA QUEBRADA 
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. 
ÁLBUM DE FOTOS: SENDA LITORAL DEL MONTE 

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