CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

jueves, 12 de mayo de 2022

CHORRERAS DEL TORMES

Hermosa y aconsejable jornada de senderismo desde la localidad abulense de HOYOS DEL ESPINO en busca de un agradable paseo entre la gran masa pinariega que cobija un territorio fluvial estremecedor. Es día 5 de mayo de 2022 y ésta nuestra aventura.

Nuestros pasos comienzan bajo el Reloj de la Escuela y junto a la Fuente de la Plaza Mayor,
atravesando sus estrechas callejuelas que irradian ese sabor de la típica arquitectura rural y
que alcanza la sencilla y campechana espadaña de la Ermita y capilla del Sagrado Corazón.
Una vez analizados todos los datos del itinerario en el enlace CHORRERAS DEL TORMES
y tras cruzar el Arroyo de la Cacera, el camino toma decididamente dirección sur para admirar
el maravilloso entorno montañoso que nos ofrece el Parque Regional de la Sierra de Gredos.
Una amalgama de colores y tonalidades rojizas se mezclan entre las frescas temperaturas de
la mañana y el relente que exhalan los verdes prados que recorremos, obligándonos a trotar
con las energías al completo y disfrutando del buen semblante que nos produce la travesía.
Metros y mas metros de vallados de piedra nos van encauzando y orientando hacia la zona
de confluencia de los Arroyos de la Honda y Bajoncillo, abandonando la confortable vereda
para pasar a convertirse en un anegado derrotero con las primeras trabas y contratiempos.
Vadeamos como podemos sus desbordados caudales, escuchando una monótona corriente
que se va perdiendo entre la fragosidad y espesura de un trepidante bosque de pinos con  
vistas a un hermoso valle que muestra y enseña la dulzura y galanteo propio de un cortejo. 
Caminamos con la sensación de que éste es un buen sitio para recuperar la tranquilidad y la
calma, además de alojarnos en una hermosa estancia colmada de atemperada austeridad.
Acompañamos el estilizado hilo de agua del Arroyo de la Honda por este radiante valle hasta
muy cerca de su desembocadura y desenlace en el Tormes, dando un giro a la izquierda y
penetrando en el sugestivo pinar de Prado Molino que escolta y custodia nuestro primer
contacto con la corriente del protagonista y actor principal del itinerario propuesto para hoy.
Empezamos a remontar de forma tranquila y sosegada la belleza y frescura del río Tormes
por el Cordel del Barco de Ávila al Puerto del Pico, unas veces alejados de sus riberas y en
otras aspirando toda la belleza e integridad que emite este tierno y delicado rincón abulense.
Diferentes y ocultas veredas de pescadores aparecen ante nuestros ojos y nos acercan a la
orilla del río para disfrutar de sus cristalinas y transparentes aguas entre idílicos rincones.
La ruta deambula entre algún claro del bosque y praderas muy empapadas y encharcadas,
obligándonos siempre a retornar junto a la pureza de este prodigioso rincón de la naturaleza.
Nos separamos de la corriente para poder admirar el alucinante y sobrecogedor horizonte
que dibujan las cercanas y nevadas cumbres de Gredos, creando una postal de suma belleza.
Alcanzamos el área recreativa con asientos y barbacoas para realizar un descanso y tomar
un "tentempié" mientras escuchamos el relajante sonido del agua descendiendo por el pinar. 
El maravilloso poder de atracción del Tormes y su despiadada claridad nos conducen hasta 
las inmediaciones del Puente del Duque situado en un paraje y entorno de gran belleza y por
el que cruza la carretera que sube a la Plataforma en pleno corazón de la Sierra de Gredos.
En el Caño del Puente podemos saborear el frescor y la frialdad del agua de la sierra y en lo
mas alto del viaducto escucharemos la entusiasmada melodía con la que desciende el río y
también su atenuación y debilitamiento en la medida que se pierde en el interior del bosque.
Nos mezclamos entre las exuberantes notas de color que florecen entre la hierba junto al
Pino del Rey, lugar de acampada del rey Afonso XIII en sus cacerías por el monte y la serranía.
Una infinidad de fincas y cercas metálicas nos coaccionan para tomar la vereda asfaltada que
nos vuelve a sorprender con las tonalidades y matices de una soberbia y prodigiosa floración 
y en cuanto el terreno nos lo permite volvemos en busca de la plateada corriente, para seguir
descubriendo los magníficos rincones y enclaves únicos que guarda esta fabulosa arboleda. 
Todo está preparado para gozar de la tranquilidad y placidez de un elocuente escenario que
combina a la perfección el silencio de un imperturbable paseo entre estos gigantes arbóreos
que van amparando y cortejando el asombroso pasadizo dibujado por el devenir del Tormes.
De repente brota el armazón de un viejo molino devorado y engullido por el paso del tiempo
en el que los aromas de las harinas se han permutado por el relente y la humedad del río.
El ritmo de la caminata nos depara y proporciona una nueva y actual secuencia de imágenes
sin olvidar el placer y la sorpresa que nos proporcionan estas maravillosas praderías que
derrochan naturaleza por los cuatro costados y suponen una fuente de puras inquietudes.
Ya escuchamos en la cercanía los acrecentados acordes y la gran musicalidad del paraje
donde se encuentran las Chorreras del Tormes, ejerciendo con autoridad y hegemonía ese
poderoso influjo en el que el agua y la naturaleza se unen para seducirnos e hipnotizarnos.
Disfrutamos a lo grande de un entorno casi paradisiaco entre la intensa efusividad del agua
de sus tres cascadas, invitándonos a la relajación y a una correcta simbiosis con el entorno.
El afán de descubrir nos lleva a penetrar entre los callejones graníticos que permiten el paso
hacia nuevos planos y perspectivas del abrupto despeñadero, guiándonos sin remedio hasta
el salto superior de la Chorrera, donde el agua estalla y retumba para deslizarse y resbalar
por el intrincado y escabroso cauce fluvial producido por la actividad erosiva de la corriente.
Precaución y mucho cuidado con los resbalones, es un lugar para admirarlo y disfrutarlo.
Después de tan deliciosas sensaciones, continuamos la marcha por las laderas de El Batán,
alcanzando con la vista el Campamento Santa María de Fátima que pone el punto final a 
la amistad y simpatía adquirida después de navegar y surcar por este fantástico río Tormes.
Del cielo claro de la mañana hemos pasado al flirteo de las nubes, unos ratos al sol y otros a
la sombra, produciendo un moteado paisaje que nos irá acompañando para realizar con brío
el mayor esfuerzo de toda la travesía, alcanzando la cima de 1538 metros del Cerro Herrero.
Desde la cota mas alta de este paseo, iniciamos una pronunciada bajada entre el pinar,
llegando a un cruce de caminos donde existe una "portela" metálica que debemos cruzar y
cerrar, entrando a una inmensa campera con varias caballos pastando en las proximidades. 
Tras el arduo y laborioso vadeo por varios regatos del Arroyo Mesegoso, salimos indemnes
y sin mojarnos, dispuestos a recrearnos con el enorme equilibrio atesorado en estos prados.
Sentimos la suave brisa del aire mientras reflexionamos sobre las vicisitudes de este viaje
que despierta la inspiración en la exclusiva arquitectura natural de este espectacular territorio.
A la entrada del pueblo hemos tomado la Avenida del Venero hasta la Fuente del Cántaro,
terminando la marcha en el cerro donde se sitúa el Santuario de Nuestra Señora del Espino,
cuya torre y espadaña de muy poca altura se haya separada de la nave que forma la iglesia.
Tras la comida, nos acercamos hasta la cercana localidad de Navacepeda de Tormes para
visitar uno de los rincones mas increíbles, prodigioso y llamativo de toda la provincia de Ávila.
Se trata del POZO DE LAS PAREDES, una profunda poza de aguas cristalinas entre dos gigantescos muros graníticos
por el que discurre la corriente del río Barbellido muy próximo a su desembocadura en el Tormes.
Un majestuoso Puente Medieval de un solo arco y gran alzada se eleva sobre las serenas
aguas de esta escarpada e infranqueable piscina natural y que una vez traspasado podemos
advertir el estruendo y la sonoridad de su bravía corriente descendiendo por la garganta.
Mereció la pena llegar hasta este encantador e idílico escondrijo en plena Sierra de Gredos,
bajando hasta el ilustre y señorial Puente de María Justina para despedir desde sus muros
a un Tormes que nos hizo vibrar y palpitar y que acabará entregando sus aguas al Padre Duero.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.

GALERÍA FOTOGRÁFICA: CHORRERAS DEL TORMES

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