CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

sábado, 27 de febrero de 2021

ERMITAS DE CHURRIÓN

En la provincia de Burgos y en plena comarca del Arlanza nos acercamos hasta la pequeña localidad de Quintanilla del Coco para disfrutar del magnífico sendero PRC-BU 120 Sendero de las Ermitas, en un recorrido con bellos parajes y suficientes puntos de interés para pasar un fenomenal día de senderismo. Es día 23 de febrero de 2021, comenzamos la aventura.

Aparcamos el coche en la bonita plaza de QUINTANILLA DEL COCO donde podemos ver una espléndida fuente-abrevadero
rodeada por una atractiva arquitectura popular que nos va seduciendo a cada paso que damos,
elaborando una enorme sensación de placer estético y conmovedor
para seguir sintiendo un dilatado regocijo visual por las calles que se arremolinan 
sobre el entorno de la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel.
Siendo conocedores de todos los datos del itinerario de esta ruta de las ERMITAS DE CHURRIÓN
abandonamos el pueblo en dirección sur por un altiplano lleno de luminosidad
que enmarca el extenso y abundante Sabinar de Arlanza entre pequeñas parcelas cerealistas.
La mañana resulta radiante y generosa para el noble oficio de caminar
entre el frescor de musgos y las cálidas fragancias de las numerosas sabinas que atestan el lugar.
Cruzamos el Arroyo Grande procedente del manantial de la Fuente de Suso,
abriéndose espectaculares vistas nevadas de las cercanas Peñas de Cervera
cuyo seno acogen y refugian la Ermita de Nuestra Señora de las Naves.
Desde su alargada y prolongada fachada bajamos por el entorno de sus prados
en busca del camino que entre "barbechos" y tierras de labor
nos conducirán hasta la garganta donde se ubica la Cascada del Churrión.
La senda se abre por un estrecho barranco que transcurre junto al Arroyo de los Molinos
desembocando en una preciosa y espectacular cascada 
que nace entre la exigua garganta horadada entre las peñas y la caliza. 
Abandonamos la misteriosa belleza de este aislado prodigio natural 
regresando sobre nuestros pasos hasta el área recreativa de la Ermita para dar buena cuenta de sabrosas viandas y manjares en un pequeño almuerzo.
Continuamos ruta paralelos al Arroyo de los Molinos
entrelazados por los enebros y sabinas que se van adueñando de un paisaje
cuyo camino, lleno de barros y fango, se vuelve casi impracticable.
De hecho en alguna zona, tenemos enormes problemas para franquear
la gran cantidad de agua que invade e inunda el trayecto por el que caminamos.
Con la mirada puesta en los Picos de Santa Bárbara y Peñacoba, nos asentamos sobre el Camino Real de las Carretas
dejando atrás la enorme belleza y serenidad del Monte Valdosa
y la frescura y el verdor de los campos cerealistas de este hermoso Valle de Tabladillo.
Una suave brisa golpea nuestros rostros y cimbrea los detalles de un itinerario
en el que aparecen enormes y desmesurados montones de paja que servirán de menú a las diversas explotaciones ganaderas de la zona.
Vamos consumiendo kilómetros entre agradable charla y grandes zancadas
por la serenidad de un paisaje de ensueño que nos causa una gran sensación de tranquilidad,
observando el profundo tajo entre las peñas que ocultan el pueblo de Barriosuso.
Acostumbrados al trasiego de gentes y viajeros, una pareja de buitres leonados se apostan a la solana del monte
y un poco mas adelante disfrutamos del poderoso perfil y la notable silueta de estos magníficos animales vigilantes en sus atalayas.
A lo lejos divisamos el mayor tesoro de este estupendo viaje por los sabinares del Arlanza,
apareciendo con gran calidad escénica la ermita mozárabe de SANTA CECILIA.
Esta joya se asienta en un espectacular y recóndito paraje a la vera del río Mataviejas,
encontrando en su fachada un presumido ventanal en forma de cruz griega ornamentada con cinco círculos.
La espléndida y sensacional galería románica formada por sus cinco arcos
recibe la intensa claridad y los enormes matices paisajísticos que la rodean 
iluminando los labrados ribetes y cenefas de su atractiva portada.
No podíamos dejar de retratar nuestra huella por una de las veinte iglesias mozárabes repartidas por toda la Península
abandonando su imponente figura entre el hechizo y el encanto de viajar a las inmediaciones de los siglos X y XII, e incluso a pretéritas épocas prerrómánicas.
A escasos metros podemos deleitarnos con la frescura del agua en la Fuente de los Caños.
Una estupenda área recreativa se extiende bajo la chopera y junto al Puente de Tabladillo
por el que desfilan los suaves susurros y el agradable "cotilleo" de la corriente del Mataviejas
hasta una provocadora playita que embellece y adorna este suntuoso rincón.
Seguimos nuestra marcha admirando los destellos de un paisaje
cuya mezcolanza de imágenes increpan y agudizan todos nuestros sentidos
aspirando la pureza del aire y saboreando las formas y matices que nos abrazan.
La localidad de SANTIBAÑEZ DEL VAL aparece en la lejanía asentada bajo el monte,
mientras seguimos junto al tránsito y la corriente del Mataviejas
alcanzando un delicioso represamiento junto a las cárcavas que protegen el río.
Los rugidos y las voces de esta exuberante cascada
se deslizan entre el entramado de viviendas de Santibañez del Val,
llegando hasta su sencilla y austera Iglesia de San Juan.
Sus calles nos han recibido con silencio y discreción, 
mientras la desolación y el desamparo nos acorrala y nos rodea
con la belleza inusitada del profundo abandono que se despliega con todas sus fuerzas.
Atrás quedan los ecos y vestigios de un pasado que perdura hasta nuestros días,
siguiendo el exquisito trazado por la zona de los Morollos
entre tierras de labranza y abundantes choperas.
No nos separamos de la prolongada hilera de álamos que nos marca el Mataviejas,
ni nos libramos del cieno y el barro que contiene el camino,
aunque mas adelante la situación se modera y tranquiliza 
para volver a percibir los apacibles y sosegados horizontes
que buscan con insistencia los detalles mas insignificantes y remotos.
Nos damos de bruces con el precioso Cañón del río Mataviejas 
tomando su margen derecho en dirección a Castroceniza por el denominado "carre molino"
que nos conducirá entre sus apretados escarpes rocosos
entre las preciosas y sugestivas riberas 
hasta el remodelado Molino de Valperhondo.
Tras la inspección y la visita por sus alrededores
desandamos lo andado por el interior de este fabuloso cañón
con la vista y cuidados a tener en cuenta por un sendero totalmente anegado
pero rebosante de encanto y hermosura.
Una vez cruzado el puente y tras un fuerte repecho
contemplamos la cercanía del final de esta maravillosa aventura en Quintanilla del Coco.
Terminamos con las encantadoras y delicadas estampas de las Peñas de Cervera,
las evocadoras e insinuantes ruinas entre los montes nevados,
el humo de las chimeneas que se aspira en sus calles
y la soberbia arquitectura serrana que atesora esta estupenda localidad.
Quintanilla del Coco es el colofón a nuestro recorrido que nos llevó hasta las recónditas tierras del Valle de Tabladillo y los Sabinares del Arlanza.
Mañana y en los días posteriores tenemos mucho que recordar para seguir planeando y diseñando nuevos itinerarios por esta asombrosa provincia. Burgos es interminable.
Muy cerca de aquí podeis visitar el DESFILADERO DE LA YECLA                                             Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.                                                     ÁLBUM DE FOTOS: ERMITAS DE CHURRIÓN y en facebook: ERMITAS DE CHURRIÓN

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