CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

martes, 4 de marzo de 2025

SENDA DEL FRAILE

Existe un bonito lugar perteneciente a la segoviana Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda que descubre un profundo valle excavado por el Arroyo del Valle que alimenta las aguas del río Duratón. Nos referimos, sin lugar a dudas, a la Senda del Fraile, un pequeño cañón calizo entre las localidades de Valle de Tabladillo y Castroserracín. Es día 26 de febrero de 2025 y ésta la historia de nuestra aventura 👇👇👇

La Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Valle de Tabladillo es el inicio de nuestros
pasos, cuya Casa Consistorial nos lanzará a través de las grandes casonas de sus calles, en

donde podremos contemplar también, una vieja y vetusta arquitectura tradicional segoviana.
Al calor del tibio sol matinal, nos despide este simpático elenco de gatitos cuya tranquilidad e
indiferencia hace que aprovechemos para consultar todos los datos del itinerario 👇👇👇

La senda transcurre por un estrecho camino entre algunos corrales y gallineros, dando paso
mas adelante a añejas cuadras y molinos que resisten dóciles y sumisos el paso del tiempo.
Los drásticos efectos de la helada caída la noche pasada se asientan en multitud de zarzas y
espinos, siguiendo curso arriba hasta la señalización del paraje donde se encuentra la Fuente
de Maraminguel, un precioso y umbrío rincón que recoge y filtra las aguas entre los vistosos
soportales y paramentos calizos de los escarpados rocosos que crean este bello desfiladero.
A medida que avanza la mañana, la temperatura empieza a reconfortar un agradable paseo
que se desliza entre los grandes paredones del cañón y que en pocos metros circunvala los
decrépitos restos y las decadentes ruinas de la Ermita de San Cristóbal apostada en un pequeño otero.
Desde aquí nos desviamos hacia una prominente alineación rocosa donde se encuentra uno 
de los parajes emblemáticos de la localidad, conduciéndonos a las proximidades y cercanías
de la Fuente y Cascada de El Buquerón, una minúscula corriente de agua procedente de los
acuíferos y manantiales de "La Pecilga" que se abren paso entre afilados perfiles cársticos y
junto a la tenada que descansa en los cimientos y pies de un gigantesco y colosal paredón.
Retrocedemos para atravesar el asfalto de la carretera a la altura de las Casas de la Peña y
sus tenadas en solapa, adentrándonos en la Senda del Fraile que conduce a Castroserracín.
Posicionados en el interior del cañón y por el margen derecho del arroyo, el camino discurre
junto a un muro de piedras que nos separa de pequeños huertos y algunos árboles frutales, 
desechando una vereda que asciende hasta las huellas y rastros de las antigüas minas de yeso.
Sin darnos cuenta, nuestro sentido del olfato empieza a percibir el dulce y el sabroso aroma
de algunos ciruelos, y sobre todo las agradables fragancias de una multitud de almendros en
flor, destacando y contrastando con los encarnadas tonalidades de una maraña de arbustos.
El desfiladero empieza a encerrarnos y a oprimirnos entre sus altivos y encrestados cortados,
difundiendo un aspecto agresivo y acometedor con espectaculares contornos de roca caliza. 
Proseguimos la tranquila y plácida marcha encajonados entre enormes farallones calcáreos
y donde el valle se vuelve mas abrupto e intrincado, apareciendo numerosas concavidades 
en desuso talladas en roca y utilizados como abrigos y refugios para pastores y su ganado. 
Tampoco podemos obviar y eludir los penetrantes efluvios de tomillos, romeros y cantuesos 
que inundan esta vasta naturaleza para regalar un bello recuerdo y un sinfín de sensaciones.
La luminosidad de este fantástico día realza y acentúa el áspero entorno por el que viajamos,
disfrutando al unísono de toda una variedad de contrastes y una intensa disparidad de color
que tiñe y pigmenta la rugosa y fruncida superficie de los tenaces colosos que nos rodean.
Sobre las peñas y cortados los buitres lanzan el vuelo sin esfuerzo en las cálidas corrientes
de aire, mientras tanto bajo sus dominios, avistamos algunas curiosas  formaciones rocosas
para mas adelante y tras un recodo, admirar la aislada y la imponente silueta de "El Fraile".
Leyendas, mitos y tradiciones se unen al inventario de personajes e historias de los pueblos,
aunque estos torreones rocosos seguirán guardando y vigilando el bello entramado del valle.
A partir de aquí el valle se abre y las paredes se serenan perdiendo altura hasta alcanzar una
indicación con el final de la ruta, ahora bien, nuestro afán conquistador nos impulsa a seguir
valle arriba dilucidando y esclareciendo nuevos escarpes rocosos con apriscos para ganado
ovino en cuyos páramos hallaban los pastos necesarios para la obtención del cordero lechal.
El camino termina junto a una abundante chopera en las inmediaciones del puente de piedra,
ascendiendo por la carretera asfaltada hasta la cercana localidad de Castroserracín, ornada
en todo momento con los maravillosos colores y los profundos efluvios de varios almendros.
En lo mas alto del pueblo encontramos la Iglesia Parroquial de Santo Tomás, presentada por
por un antigüo crucero a juego con su sencilla fachada de elaborada y cuidada mampostería. 
El notable silencio que pulula por sus calles nos expulsan hacia el Pago de las Carreras por
un camino lleno de pinos con algunos nidos de orugas procesionarias, descendiendo en plan
tranquilo hasta alcanzar de nuevo las márgenes y riberas del Arroyo del Valle, acomodado e
instalado entre las choperas y los campos de labor que rodean las inmediaciones del pueblo.
El regreso pasa obligatoriamente bajo el otero de El Cabezuelo entre un placentero camino
herboso desde el que alcanzamos a ver los claros estímulos de algunos almendros, a juego 
con los matices blancos y azulados de la estela producida por la trayectoria de los aviones.
Nosotros a lo nuestro, ya que el itinerario de vuelta se convierte en un entretenido y ameno
paseo entre las casi difuminadas paredes del cañón, alcanzando de nuevo y sin casi darnos
cuenta los crestones y peñascos que nos facilitan el análisis de estos distinguidos carroñeros.
Reanudamos la marcha al mismo tiempo que seguimos disfrutando de nuevas perspectivas
de este recio y vigoroso desfiladero, progresando hasta el sugerente y provocativo roquedo
de monolitos cilíndricos y diferentes formas moldeadas durante muchos años por la erosión.
Desde lo mas profundo de esta montuosa garganta avistamos las correrías y peripecias de
algunas cabras, auténticas acróbatas y funanbulistas de estos bravíos riscos y promontorios,
además de seguir sintiendo sobre nuestras cabezas a los grandes maestros del vuelo y del planeo.
Los pasos se aceleran y los estómagos empiezan a protestar en el momento que entramos 
en el Barrio de Arriba, un conglomerado de casas y un deleite de arquitectura tradicional de 
estos viejos pueblos segovianos, cuyo descubrimiento quedará grabado en nuestras retinas.
Un "adiós" para este gratificante sendero por el "Corazón de las Pedrizas" que nos arrastró a
conocer un prodigioso paraje muy cercano al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. Hasta pronto ✋✋
Todas las fotos en: SENDA DEL FRAILE