CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

lunes, 30 de enero de 2023

CASCADA DESGALGADERO Y CAÑÓN DEL TORMES

La localidad salmantina de Villarino de los Aires nos recibe el día 23 de enero de 2023 con unas temperaturas que rozan los -4º centígrados desde donde afrontamos la hermosa ruta de senderismo que descubre la Cascada del Desgalgadero y el entorno del Cañón del Tormes.

Iniciamos el camino junto al gótico tardío de la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor y 
en la pequeña fuente de la Plaza Sagrado, alcanzando la Plaza Mayor y el Consistorio para 
ir disfrutando de la original y llamativa arquitectura popular que embellece sus calles y entre
la enorme placidez y tranquilidad que el paseo nos produce al recorrer sus bonitos rincones.
El itinerario se aleja del pueblo hasta llegar a las Piscinas Municipales, tomando un camino a 

la izquierda que nos deja vistas de la niebla en el Duero y de las cercanas tierras de Portugal.
Un amplio sendero sigue las señales hacia El Desgalgadero entre suaves aromas de olivos,
desvelando un nuevo y hermoso ciclo vital con sorprendentes estímulos y señuelos florales.
Empezamos a descender el arribe apretados entre alargados "cortinales" de piedra que bajan
en busca de los Corrales de Guasalvas, construcciones tradicionales y reducto de pastores
situados en medio de los pastizales y pequeños viñedos que se utilizaban para el refugio de
los animales que se pastoreaban por su entorno y en la actualidad sumidos en el abandono.
El camino convertido en senda sigue descendiendo entre el tibio sol de la mañana, surgiendo
a nuestros pies la gélida y atractiva estampa de la intensa helada sufrida en la noche pasada.
Levantamos la vista para vislumbrar el paraje del Desgalgadero hundido entre la sombras, en
la que su poderoso rumor nos va seduciendo entre una amplia telaraña de musgos que nos 
acercarán hasta la misma base para poder sentir todo su fortaleza, su ímpetu y su vitalidad.
Quedamos totalmente hipnotizados al percibir cómo las aguas de la Rivera de la Pescadera
se precipitan de manera despiadada por una lastra granítica de mas de 60 metros de altura,
escuchando su mágica y seductora melodía en todos los rincones de esta hermosa vaguada.
Un poco mas abajo nos sorprende otra maravillosa cascada, la que produce la corriente del
Arroyo del Rebollar, que con sus prestigiosas cualidades rítmicas crean un efecto sosegador 
cuyo flujo de agua nos aportará distendidas sensaciones y pronósticos de gran tranquilidad.
Atravesamos ahora la decadencia y la devastación de un viejo molino en las inmediaciones
de un pequeño puente de madera que nos ayuda a cruzar y vadear el enérgico caudal del río.
Comenzamos un vertiginoso descenso por la margen derecha de la Rivera de la Pescadera
con vistas de múltiples refugios y corrales que marcan la fisonomía tradicional de la comarca.
Entre las gélidas ilustraciones del hielo hemos logrado penetrar por un estrecho y asombroso
pasadizo salpicado con espléndidos rincones inundados con la frescura del arroyo, bajando
de manera atrevida por la garganta y componiendo escenarios con elocuentes perspectivas.
La inclinación del terreno hace que el flujo de la corriente comience un paso acelerado para
ir saltando y eludiendo todos los obstáculos e impedimentos que va detectando en su cauce.
Cruzamos el tramo de mayor dificultad del itinerario aprisionados entre un alboroto granítico
que en ciertos momentos nos da algún respiro para otear el murallón arribeño del río Tormes,
continuando el descenso con el escrutinio de líquenes y plantas que prosperan en las rocas.
El sol vuelve a encender la fría mañana, calentando los ánimos en esta interminable bajada
tras haber sorteado con mucha precaución la parte mas agreste y salvaje de toda la ruta. 
Alcanzamos el magnífico y prodigioso mirador natural del Pozo de Villarino, una progresión 
de cascadas de mas de 50 m. cuya composición y armonía retumban a través del desfiladero.
Prudencia y cautela es lo que precisamos para afrontar el último trecho de esta bella bajada
que por fin nos causa esa deliciosa sensación de haber conseguido los objetivos marcados.
A nuestra izquierda aparece un nuevo puente de madera que nos permite captar la sorpresa
del idílico rincón en el que las aguas de la Rivera Pescadera rinden su tributo al río Tormes.
Hemos alcanzado el paraje de Vendemoro, una atalaya situada en la profundidad del cañón 
que nos permite contemplar el solitario y desconocido lugar que ha labrado el río Tormes con
el paso del tiempo, admirando las esencias naturales y rincones casi perdidos de sus Arribes.
Plantaciones de olivos, encinas y choperas van acompañando estas extraordinarias riberas 
hasta las ruinas de la Casa del Molinero, adivinando el modo de vida de nuestros ancestros.
Traspasamos la amplia explanada del Arenal despojada de árboles y de vegetación, mientras
vamos acercándonos al influjo y la inspiración que desprende la lozana Garganta del Tormes
que impresiona con los cortados del Encuentro y donde casi se tocan Zamora y Salamanca.
Dedicamos unos momentos para el ocio, la holganza y el posado fotográfico, poniéndonos en
marcha para afrontar el repecho y las duras rampas que tendremos que sortear en la subida.
Sin prisas y prestando atención a los hitos de piedra abandonamos el entorno del Arenal y  
tras el esfuerzo, merece la pena alcanzar a media altura, el precioso balcón que nos muestra 
la escultural e incomparable Catarata de la Escalá, con la caída directa sobre el río Tormes.
Continua el acenso entre el suave frescor de la brisa, intuyendo un breve y corto pasillo que 
nos aproxima y se asoma a la pequeña Collada del Pasil, un dilatado palco sobre el arribe
que sobrecoge por su altura y en el que volvemos a escuchar los agradables susurros del río.
Sentimos soledad y aislamiento mientras vamos salvando intrincadas y escarpadas trochas,
llegando a otro de los valores etnográficos y patrimoniales de las Arribes, el chozo pastoril.
Atrás queda la paciencia, el esmero y el trabajo de estos cuidadosos apilamientos de piedra
que nos invitan a recorrer el tramo mas aéreo del itinerario a través de un largo pasillo por el
que podremos divisar la profunda hendidura del Tormes a los pies de la Cuesta del Cordero
y la curva que traza en las lóbregas y sombrías laderas que forman el farallón del Carrascal.
El último y definitivo empujón, después de cruzar bajo el cableado de la línea de alta tensión, 
nos aloja entre las sensacionales panorámicas que presenta el Meandro del Tormes, bajando
con el "zoom" de nuestra cámara hasta las profundas intimidades de este portentoso valle.
Vamos poniendo fin a esta velada entre las pendientes de Chiquerinos y el Quejigal, cerrando
el perímetro de la ruta en las inmediaciones y en el mágico entorno del Puente del Molino.
Agua y vegetación son las evidencias y argumentos suficientes para motivar una inspección 
pormenorizada de este seductor escondrijo en el que se infiltran diversas tonalidades para
terminar de completar una estupenda escena que marca el verdadero rostro de la naturaleza.
La subida nos sorprende con el homogéneo y pintoresco tejido boscoso propio del invierno y
con los armoniosos flujos del agua precipitándose por este grandioso y deslumbrante valle.
Decimos "hasta la próxima" por un territorio tan dispar, después de haber aprovechado uno 
de los mejores paseos para conocer estas hermosas tierras fronterizas y que gracias a su
lejanía, se ha preservado un original y auténtico oasis para poder disfrutarlo y perderse en él.
Desde Villarino y con el coche, no podíamos dejar de visitar el bello paraje de Ambasaguas, 
un maravilloso lugar donde el río Tormes, tras recorrer 284 kms. desde su nacimiento en el
Prado Tormejón en plena Sierra de Gredos, entrega sus aguas al "Padre Duero" en plenas
Arribes, muy cerca de la vistosa y colorida central hidroeléctrica de Bemposta en Portugal.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. 
GALERÍA FOTOGRÁFICA: DESGALGADERO Y EL TORMES
Y muy cerca la localidad de TRABANCA
 

4 comentarios:

  1. Genial plan y estupendo reportaje, una verdadera pasada. Un abrazo. Irene y Edu

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    1. Muchas gracias, fue un magnífico día para disfrutar de las Arribes salmantinas. Saludos, hasta la próxima.

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  2. Me gustaría saber si habéis subido el track, para poder hacerlo. Las fotos están geniales, pero no siempre ayudan para realizar la ruta. Gracias

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    1. Buenas tardes, soy el administrador del blog y en todas las entradas siempre hay un enlace a wikiloc con el itinerario de la ruta. Esta en concreto, esta hecho sobre el mapa con pequeños márgenes de error. La bajada hasta el río Tormes transcurre por una senda evidente y en los tramos más dudosos siempre hay algún hito de piedra y cintas rojas y blancas en algunos árboles y arbustos. Espero haber resuelto tus dudas. Un saludo y a caminar.

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