CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

martes, 13 de diciembre de 2022

HAZA

La villa de HAZA se enarbola en un espectacular emplazamiento sobre la hermosa vega del río Riaza y se convierte en un privilegiado mirador sobre las dilatadas tierras burgalesas. Es día 6 de junio de 2022, comenzamos un emocionante paseo por esta insigne localidad.

En las faldas de los Picos de la Buitrera podemos inhalar los suaves aromas de cereales y 
barbechos, así como las fragancias de una prometedora cosecha de los viñedos de la zona. 

Admiramos su posición dominante y su excelso valor estratégico mientras vamos subiendo
hasta las inmediaciones de la Ermita del Cementerio, desde la cual podemos sorprendernos
con unas panorámicas de lujo del sinuoso discurrir y las fértiles riberas del Riaza, además de
proponernos una serena bajada hasta las cercanías de la Fuente y Ermita de Santa Juana.
Es una satisfacción pasear entre sus edificaciones con gran interés vernáculo y patrimonial,
aunque la conservación y la protección de esta herencia histórica deja mucho que desear.
A través de intrincadas callejuelas vamos conociendo distinguidos rincones y recovecos que
muestran la fisonomía y los aspectos mas detallados y precisos de su arquitectura doméstica.
Por otro lado, también nos vamos fijando en esos pequeños detalles que brotan en muros y
paredes, confiriendo magníficos rasgos ornamentales que embellecen y adornan el conjunto.
Para que los turistas y viajeros no accedan con su coche al recinto amurallado se encuentra
disponible un aparcamiento junto a la Torre del Homenaje transformada en un MUSEO VIVO
que nos ofrece un cálido paseo por su crónica histórica y por un apacible relato mediante un
sencillo registro en su web, enviándonos claves de acceso y horarios para una futura visita.
A nuestra derecha se perfila una pequeña terraza que otea las tierras del Pago El Barquillo,
continuando el garbeo hacia el corazón de la localidad por un alargado rastro de envejecidos
y decrépitos inmuebles que aguantan a duras penas los recios paramentos de sus fachadas,
tratando de albergar y estabular a muchos animales en exiguas cuadras y humildes corrales.
En esta portentosa ciudadela fortificada son destacables las imponentes ruinas de su castillo
construido entre los siglos X y XV, traduciéndose en un importante bastión para detener los 
impetuosos avances musulmanes en la defensa, protección y resguardo del curso del Duero.
Nos introducimos entre su acicalado debacle y su aderezada devastación, consolidando uno
de los lugares destacados en la expansión cristiana comandada y liderada por los linajes de 
los Condes de Lara que incorporaron a sus dominios estas tierras fronterizas con Al-Andalus.
Nos gusta callejear para ir descifrando todos y cada uno de los rincones que muestra la villa,
nos fascina el gratificante alarde de decoración y embellecimiento de sus elegantes fachadas
y nos abruma la profusa simbología iconográfica del poder y la jerarquía de la iglesia católica.
Atravesamos un alargado sumario de viejos edificios que expresan una sobriedad castellana
con la que se cubren y guarnecen los muros y ábsides de la Iglesia de San Miguel Arcángel.
El austero edificio se presenta con bellas trazas de estilo gótico y reminiscencias románicas,
una torre con espadaña achatada y rematada con tres huecos y tres campanas de diferentes
tamaños que permanece incluida en el lienzo mural que recorre cierta parte de la población.
Entrando en detalles, podemos observar el arco occidental cegado de su primitivo pórtico y la
espectacular portada con arquivoltas apuntadas rodeadas por una bonita moldura conopial
que llega a abrazar los fantásticos capiteles ornamentados con varias elementos vegetales.
El pequeño balcón de su iglesia sigue abriendo sus puertas a todas las miradas y reanuda 
nuestros pasos entre las placenteras fragancias de muchas de las rosas que encontramos
en nuestro camino hacia la Plaza Mayor. En ella podemos focalizar la inspección y el examen
de una estricta y rigurosa arquitectura popular en la que no pasan desapercibidos algunos
palacios y casonas cuyos escudos y distintivos lucen con exquisitez en sus amplias fachadas.
Respiramos el apenado lamento de una localidad sumida en la nostalgia y la soledad que     
se asoma al espléndido y escultural balcón de una extensa y dilatada Ribera del Duero,
alcanzando la parte occidental de la población en la que aparecen los retales de una historia
que hunde sus raíces en la cuna y nacimiento de célebres personajes, entre los que destaca
santo Domingo de Guzmán, cuya estirpe tiene su origen a través de su madre Juana de Aza.
Siguiendo el recorrido amurallado en dirección norte, vamos descubriendo algunos corrales y
cobertizos en una espaciosa avenida con multitud de flores y jardineras, dejándonos unas
fenomenales panorámicas de estas tierras que sudan y destilan los sabores de un buen vino.
Seguimos callejeando entre esa arquitectura engendrada por las gentes del pueblo a través
de los patrones y de las formas aprendidas de sus antepasados, repitiendo y reiterando esa
inspiración adquirida y condicionada por los valores históricos y ambientales de la comarca y
en el que la piedra, la madera, el barro y la teja se unen para crear estas rurales estructuras. 
Escuchamos las variadas sinfonías y el amplio repertorio musical del mirlo común que con
sus suaves silbidos nos conducen hasta la Fuente de la Plaza para seguir un pormenorizado
escrutinio por el flujo de casas y viviendas con dinteles de piedra y forjas en sus balcones.
Viejos establos, apriscos y rediles que no han podido resistir los avatares del tiempo, siguen
combinándose con varias moradas lucidas con cementos y hormigones, cambiando la cara
y el semblante de un importante número de inmuebles en la zona mas céntrica del pueblo,
aunque en Haza cada día, se nota la pujanza y el apego para seguir con su tomo mas añejo.
Por último y tras habernos enamorado de esta magnífica localidad burgalesa y del profundo
sentimiento que inspira, recorremos la situación de dominio y autoridad ejercida por la franja
meridional de la muralla, atravesando la estrechez de una callejuela entre altivos torreones,
algunas viviendas campesinas y una poderosa atalaya coronada con numerosos matacanes. 
Decimos "adiós" a un lugar que suscitó y conmovió nuestros corazones, descendiendo muy
lentamente entre un solemne horizonte moteado con suaves cerros y oteros que observarán
futuras cosechas de cereales y la meticulosa recolección de los viñedos en una tierra en que
sus esforzadas gentes han sabido arrancar sus frutos con anhelo y voluntad inquebrantable.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. 

Mas fotos en: HAZA y muy cerca podeis visitar ARANDA DE DUERO y la localidad de HONTANGAS

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