CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

viernes, 27 de mayo de 2022

PASEO DEL OCA

Un cómodo paseo, cercano a los tres kilómetros, nos permite ingresar en el espectacular desfiladero que el río Oca ha labrado en la extensa comarca burgalesa de La Bureba, antes de alcanzar la histórica y monumental villa de OÑA. Es día 19 de mayo de 2021 y ésta la crónica de la ruta.

La Iglesia y Torre de San Juan y su impresionante portada marcan el lugar de inicio del paseo
continuando entre los soportales del Ayuntamiento que divisan la enorme disposición y las
abultadas proporciones de la altiva torre cilíndrica del reloj del Monasterio de San Salvador.
Una gran escalinata de piedra nos eleva hasta su Iglesia Abacial, donde su atrio representa a
todos los reyes enterrados en su interior y cuya puerta de acceso luce un lujoso juego de cenefas.
El Conde Sancho García nos concede y otorga el permiso para abandonar la villa por el Arco
de la Estrella en busca del puente que cruza el río Oca, trasladándonos a la zona recreativa
del Parque Tamayo en donde examinamos los datos del itinerario por el PASEO DEL OCA.
Antes de continuar, podemos abastecernos de agua en los caños de la fuente del parque
mientras admiramos los fantásticos colores con los que la primavera hace acto de presencia.
La remodelada Estación de Oña nos lanza entre las paredes rocosas de un abrupto cañón en
el que el río Oca empleó miles de años en modelar este desafiante y hermoso desfiladero por
el que discurren la carretera N-232 y la olvidada línea ferroviaria Santander-Mediterráneo.
Con el cauce del río a nuestra izquierda, la senda aspira la fresca humedad y el relente de 
una variada y exuberante vegetación que ha colonizado sus riberas y asciende con fuerza
entre los ásperos e infranqueables cortados que se agolpan y hacinan cerca de sus dominios.
Muy pronto abordamos la Fuente de las Escaleras sita en el Área Recreativa de Soscastillo,
donde un puente y pasarela nos propone cruzar a la orilla contraria, permitiéndonos saborear
una fabulosa estampa en la que el color verde se erige protagonista en este tramo del Oca.
Seguimos asaltando la profunda y penetrante intimidad de esta interminable torrentera por 
una senda protegida por una rústica empalizada de madera que culebrea entre la espesura,
acercándonos al trazado de la vía verde por donde antaño transitaban las viejas locomotoras.
El itinerario sencillo y sin apenas desnivel, vuelve a cruzar otro bonito pontón de madera en
el que paramos a escuchar el suave rumor del río y las dulces melodías de aves y pajarillos.
Nos acercamos al Túnel de la Blanca y aunque la senda parece sin solución de continuidad,
el lugar nos asombra con uno de los mejores escenarios de este suntuoso paraje burebano.
En el estrecho pasillo habilitado por las gigantescas moles calcáreas que bajan hasta el río
se aposta el majestuoso Puente de la Blanca, hechizándonos con el sosiego y la calma de sus aguas.
Encinas, enebros y quejigos constituyen un fabuloso bosque de ribera que amparan sus orillas
y alcanzan una caseta abandonada, imaginando que fue una antigüa estación o apeadero.
Nos quedamos totalmente engullidos entre las paredes verticales de la espléndida garganta
que pone a nuestra disposición una coqueta área de descanso rodeada de frondosos árboles
desde la que podemos enloquecer oteando el profundo tajo y hendidura cavada por el río.
Entre el alboroto armonioso de los pájaros encontramos unas escaleras metálicas que bajan
al encuentro del río y nos permiten cruzar por debajo de la carretera nacional y llegar al otro
margen de la calzada, mientras disfrutamos la disparidad y contrastes de esta llamativa vegetación.
Aparece una espectacular pasarela anclada a la roca para volvernos a dejar con la boca abierta,
sintiendo desde ella, la total plenitud e integridad de este flamante curso fluvial cuya amistad  
y simpatía nos ha guiado y conducido en una intensa, embelesada y apasionada relación.
Nuestro afán por seguir explorando nuevos lugares y territorios nos lleva a caminar unos 
metros mas, llegando hasta una rampa escalonada entre mil flores que nos emplaza  y nos 
alberga sobre el puente de la pista que sube a la pequeña aldea de Villanueva de los Montes.
La Vía Verde continua hacia el norte persiguiendo el cercano Desfiladero de la Horadada y
nosotros decidimos regresar a Oña para acabar de visitar todo sus maravillosos rincones. 
Determinamos que la vuelta la haríamos sobre el virtual y aparente "camino de hierro" que 
atraviesa el primer Túnel del Pastorcillo, aunque antes nos hemos vuelto a asomar y a echar
una última ojeada a la portentosa e increíble pasarela colgada y suspendida sobre el río Oca.
El gran proyecto de unir Santander con el Mediterráneo se quedó en "agua de borrajas" y la
infraestructura realizada para semejante propósito es utilizada en la actualidad para atraer a
un turismo verde y comprometido con los valores naturales y culturales de esta tierras burgalesas.
Tras cruzar el Túnel del Buitre, nos encontramos con los restos de las vías y traviesas del 
viejo trazado ferroviario que saltan y retozan sobre las rápidas y ruidosas aguas del río Oca.
Encauzados por los raíles, tomamos un suave desvío y cambio de agujas para acometer e
irrumpir la galería del Túnel del Caballón, decorado y ornamentado con innumerables grafitis,
dejándonos abandonados en un entrañable callejón repleto de innumerables motivos arbóreos.
Vamos consumiendo varias balizas y mojones kilométricos a lo largo del recorrido y entre 
medias, vamos realizando paradas para conocer y percatarnos de los maravillosos colores
y las estupendas fragancias que imparten las diferentes flores que aparecen en su entorno.
Continuamos este asombroso pasadizo acompañados ahora por un inquietante silencio que 
recorre este escultural y modelado paseo con una sensación de encarcelamiento y captura,
desvaneciéndose en el momento que vuelve a brotar la esperada musicalidad de este hermoso río.
Emprendemos el paso por el último de los túneles, denominado y apellidado de La Rasa,
notando en su interior la suave corriente y las diferencias térmicas a lo largo de su trecho.
Salimos a un paisaje embrujado por altivas cárcavas y gigantescos farallones que se arrojan
sobre un camino limpio como el agua del río y embriagador como un fino y exquisito poema.
El aire, la luz, los aromas se van conjugando en una feliz armonía que flirtea entre las rocas
y coquetea con el apabullante y abrumador glamour que desencadena esta bella naturaleza.
El viaje termina y finaliza haciendo acto de presencia en los andenes de la Estación de Oña,
ojeando el espléndido perfil de la localidad recortado sobre el muro natural de los Montes Obarenes.
Entregamos una calurosa ovación de despedida a este impetuoso y disparatado río Oca
mientras nos sumergimos entre los escudos y heráldicas de la Calle del Agua, alcanzando
la Plaza del Padre Cereceda en un marco incomparable listo para el romance y la aventura.
Una vez visitado los Lavaderos y la Fuente-Pilón de la Calle del Campo, nos trasladamos 
entre el rumor de las fuentes de la Calle Barruso, invitándonos a entrar en la Judería de OÑA
donde vamos a encontrar los exiguos recuerdos judíos que se mantienen desde el siglo XII
y la sencilla y discreta decoración con la que adornan y hermosean las fachadas de sus casas.
Terminamos la ruta en la parte mas alta del municipio, visitando la frescura y lozanía de las
aguas del Estanque Real por el que paseaban los monjes del monasterio en sus momentos 
de ocio y descanso para recrearse con la soberbia belleza que atesora este reservado jardín.
Entre sus exposiciones artísticas decimos "adiós", aunque esperamos que sea un "hasta pronto".
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.

ÁLBUM FOTOGRÁFICO: PASEO DEL OCA

4 comentarios:

  1. Precioso paseo y maravillosa propuesta. Estuvimos hace poco en Oña, es un pueblo realmente bonito. Enhorabuena por el reportaje. Un abrazo. Irene y Edu.

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    1. Histórica y monumental, la villa burgalesa de Oña nos introduce en las raíces y orígenes de Castilla y nos abre la puerta a un marivilloso paseo por el Desfiladero del río Oca. Muchas gracias por la atención a este relato y recibid un afectuoso saludo.

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  2. Muy chulo el cañón y el reportaje, seguro que lo disfrutasteis mucho, un abrazo

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    1. Pues la verdad es que es un lugar excepcional, tanto por su naturaleza como por el patrimonio histórico de la villa de Oña. Muchas gracias "Anónimo", un saludo cordial.

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