CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

domingo, 1 de octubre de 2023

CASCADAS DE ALTUZARRA

Tras el descanso realizado en el mes de agosto, reanudamos de nuevo la actividad senderista en la localidad burgalesa de Santa Cruz del Valle Urbión, desentrañando uno de los mejores paisajes guardados bajo el Pico San Millán y en plena Sierra de la Demanda, las Cascadas de Altuzarra.
Es día 25 de septiembre de 2023, comenzamos la aventura 👇👇

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento y una moderna fuente de bella
factura son el lugar idóneo para iniciar los pasos y la caminata con el siguiente itinerario 👇👇,

siguiendo la cuidada arquitectura serrana y la nobleza señoría que muestra esta pequeña población.
La piedra, el adobe y la teja urden fantásticos entramados de madera, invitándonos a salir por
el Camino de la Lobera que a estas horas de la mañana rezuma y transpira una frescura que
envuelve los punzantes "erizos" de los que muy pronto parirán abundantes castañas, además
un buen número de nogales aportarán conjuntamente una magnífica y copiosa recolección de estos típicos productos otoñales.
La agradable temperatura hace del paseo una gratificante actividad, apareciendo a nuestros
pies espectaculares macrolepiotas que buscan los lugares mas húmedos y oscuros, mientras
algunos endrinos apuntan al sol para madurar y criar futuras mermeladas, jaleas y pacharanes.
La pista progresa de manera tranquila y sosegada la vega del río Urbión hacia su curso alto, 
observando en la distancia los 2132 metros del Pico San Millán (techo de Burgos) y logrando
alcanzar a nuestra izquierda el pequeño y cuidado Refugio de Zarcia, antesala y recibidor del 
área recreativa del mismo nombre con fuente, asientos y barbacoas donde poder disfrutar un buen día de campo.
Cruzamos por un puente la rumorosidad y el canto alegre con el que desciende el río Urbión,
adentrándonos en las exuberancias del hayedo y escoltados por un regimiento de helechos
que nos van a conducir hasta el idílico y encantador paraje de Tres Aguas, donde el Urbión
recoge por su derecha la pacífica y reposada corriente de los ríos Andurla y Valdecabañas y
por su izquierda recauda y recolecta los traviesos y bulliciosos caudales del Arroyo Abanza.
Tras un pequeño tentempié junto a una cabaña iniciamos la Senda de las Cascadas, que de
manera decidida y en varios zigzags sube atravesando el bosque hasta alcanzar un hermoso
balcón y mirador natural en el que poder otear una labrada y esculpida orografía montañosa  
elaborada por la acción del agua y el hielo en medio de un paisaje con panorámicas de ensueño.
El camino continua con claro perfil ascendente por un terreno mucho mas agreste, intentando
eludir y soslayar la abundancia de escobas y retamas que brotan en esta parte de la senda.
Como la subida no da tregua, aprovechamos cualquier espacio para descansar y tomar aire,
continuando por terreno escabroso y sorteando el derroche y exceso de rocas y vegetación.
De repente y en suave descenso, penetramos entre una bonita masa pinariega para avanzar
entre su pintoresco tejido hasta los 1210 metros en los que se sitúa la Majada de las Cabras,
atravesando una gran avalancha pedregosa con fuerte pendiente de bajada y asentándonos
entre la fresca intimidad del hayedo y sobre el leve y delicado bullicio del Arroyo de Altuzarra.
Empezamos a remontar los apretados vericuetos y andurriales de su cauce, siguiendo todos
los hitos y marcas para guiarnos al encuentro de la primera de las cascadas, el Salto Chico.
La cabecera de esta pequeña catarata empieza a dibujar un paraje de grandísima belleza y a
lo largo de su caída, va articulando un particular diseño con varios hilos de agua que se unen
en la pequeña poza de su final, creando un insólito emplazamiento para el gozo y el placer.
Para superar este maravilloso rincón tendremos que trepar un corto y empinado repecho que
nos recalará en la densa espesura del barranco, una especie de jungla por donde el Altuzarra
sigue regalándonos atractivos tesoros acuáticos aliñados con dulces y agradables sintonías.
Las marcas blancas y verdes estampadas en los troncos de los arboles nos ayudan a elegir
el mejor itinerario, ya que hay que cruzar el curso del agua varias veces para poder seguir avanzando.
La intensa y maravillosa luminosidad del hayedo hace olvidarnos del sudor y el esfuerzo realizado,
además los colores y tonalidades, claramente otoñales, nos cobijan en una atmósfera casi hogareña.
Continuanos río arriba entre profundos equilibrios que buscan la estabilidad y la firmeza para
seguir sorteando y eludiendo la interminable sucesión de pequeñas cascadas que discurren 
por la enrevesada y escabrosa arquitectura natural creada en el corazón de la Sierra de la Demanda.
La ascensión prosigue bajo los nítidos claroscuros de las hojas del bosque, sintiendo el aura
de frescura que emana del cuenco granítico por donde se deslizan las aguas del Salto Medio.
Este espectacular rincón del valle destapa y desenmascara una sutil y vaporosa cortina de agua 
que cae como un manto blanco sobre la piedra negra entre cordiales armonías y agradable musicalidad.
Tras las fotografías de rigor, el sendero vuelve a elevarse entre los magníficos resplandores
y los cálidos destellos de un bosque que enamora, cuyas luces y sombras nos animan a superar
los desniveles y dificultades que vamos encontrando a lo largo de esta sensacional aventura.
Para alcanzar la última cascada tendremos que atravesar con cuidado un paso algo expuesto, 
buscando en pocos metros el confortable paraje por donde serpentean las aguas del Salto Doble.
Este encantador espacio inspira libertad y naturaleza a raudales, convirtiéndose en un lugar majestuoso,
ideal para disfrutar de una reposada calma entre la relajación que produce el sonido del agua.
Para salir de las fauces de este impresionante bosque hay que subir a la parte alta del salto,
siguiendo las últimas cascadas del arroyo hasta los carteles que señalan la Majada Garrula.
Nuestros pasos retumban entre el silencio del hayedo y poco a poco abandonamos su asilo
para dar paso e inmiscuirnos en un entramado pinariego que nos depositará en un suspiro sobre
la claridad y transparencia de la Majada Garrula, divisoria entre los valles de Abanza y Altuzarra.
Dejamos a nuestra espalda el cordal montañoso entre los picos Trigaza y San Millán, dando
comienzo la bajada por una senda entre matorral con el bosque a nuestra izquierda, en el que
encontraremos el color y el hermoso porte de algún serval de cazadores combinado con los
brillantes matices del azafrán silvestre, tapizando el bosque de intensas y penetrantes tonalidades.
Un profundo giro a nuestra izquierda nos intercala entre un nuevo ejército y batallón de pinos,
un saludable ecosistema forestal que se extiende por las faldas de esta maravillosa sierra 
con ejemplares de gran porte y belleza que van llenando de lozanía y frondosidad nuestro descenso.
Mas abajo vuelven las luces del hayedo y aunque los primeros días del otoño lo visten con su
lienzo verde no nos oponemos a dejarnos atrapar por esta bella naturaleza, ya que su brisa,
su silencio y su magia adquieren ese apasionado y profundo esplendor cromático que tanto nos agrada.
Llegar hasta las idílicas riberas del Arroyo Abanza es un regalo para nuestros sentidos y el
paseo por su solitaria frondosidad nos enmarca en un mundo de ensueño, ilusión y fantasía,
 además esta extraordinaria arquitectura otoñal nos sorprenderá con sus halagos mas hermosos y agraciados.
Atrás quedan momentos inolvidables, esfuerzos, sacrificios y una estupenda aventura que a
buen seguro recordaremos y traeremos a nuestra memoria en futuros viajes y excursiones. 
El escultural anfiteatro del Trigaza y del San Millán arropa nuestros pasos en el Cerro del Escobar,
  descendiendo de manera rápida y apresurada hasta las cercanías de las instalaciones del 
área recreativa de Zarcia, en donde a esta hora ya notamos las protestas y reproches de nuestros estómagos.
"Marzo y septiembre son cual hermanos, uno dice adios al invierno y otro al verano", aunque
por San Miguel, el calor es de gran valor, ayudando a la maduración de escaramujos, moras,higos, castañas y nueces.
El camino de la Lobera abandona la sierra y sabe que una vez aquí ya estamos de nuevo en
las calles de Santa Cruz del Valle Urbión, apareciendo tras el cansancio físico la diversión, las
bromas, los comentarios de lo sucedido y la alegre y distendida reunión en torno a una mesa,
disfrutando de una suculenta comida mientras planeamos y diseñamos el siguiente itinerario.
Burgos es interminable.......
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Galería fotográfica: CASCADAS DE ALTUZARRA
 

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