CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

viernes, 27 de julio de 2018

SENDA FLUVIAL DEL NANSA

El río Nansa es un río cien por cien cántabro que surge entre las sierras de Peña Labra y Peña Sagra y en unos 50 kms de accidentados vericuetos se va haciendo mayor, hasta rendir sus aguas al Cantábrico en el magnífico estuario de Tina Menor en la localidad de Pesués. Es 23 de julio de 2018 y esta es la historia de este maravilloso río entre las localidades de Muñorrodero y la Central Hidraúlica de Herrerías. Pincha en "play" y comenzamos.
Nuestros primeros pasos brotan en el poblado de Muñorrodero, entre las intensas y coloridas fragancias de multitud de hortensias desperdigadas entre las casonas de sus calles
hasta llegar a su Iglesia de la Natividad
donde repasamos todos los datos para realizar nuestro itinerario: SENDA FLUVIAL DEL NANSA 
Nada mas cruzar la carretera CA-181
nos sumergimos entre sus "fauces" con los ojos bien pegados al río
para ir remontando sus aguas y descubriendo sus fabulosos y legendarios rincones. 
Tras embadurnar y embarrar los "borceguíes" al principio de la ruta, en los metros siguientes las pasarelas de madera, nos van introduciendo paulatinamente por un intenso y frondoso bosque de ribera
en los que podemos ver castaños, abedules, hayedos, acebos, alisos, sauces y avellanos, entre otras variedades.
El armonioso y afinado rumor del Nansa
acompaña y escolta nuestro caminar
con agudos y penetrantes destellos
y toques de profunda y entusiasmada belleza.
Seguimos nuestra peregrinación entre la serenidad y el ensimismamiento de estos "andurriales" fluviales, con continuos contrastes entre la umbría
y la cegadora luminosidad de la vegetación que nos rodea, 
y donde el río persiste en exhibir su delicada belleza natural.
El relajado paseo continua por pasos elevados
y rústicas barandillas que crean espacios que rozan lo idílico en un apabullante delirio visual,
sintiéndonos amparados y protegidos entre sus hermosas márgenes.
El Nansa sigue su camino
y nosotros el nuestro,
oteando en la orilla contraria un pequeño rebaño de cabras
en el tramo mas exuberante y de mayor verticalidad, 
pudiendo ver a numerosos escaladores disfrutar de su afición 
y poder contemplar una pequeña gruta, que es conocida por los lugareños como la "Cueva de los Murciélagos".
Experimentamos la sensación de ser cómplices de este espectacular río
que nos asoma desde sus atalayas
a observar sus curvos meandros
y admirar su sensible y suave frescura
La senda nos entretiene subiendo escaleras,
atravesando pasarelas y puentes
que desembocan en verdes y primorosas praderías por las que da gusto caminar.
Mas adelante encontramos unas carretillas metálicas
que tiradas por poleas permitían a los pescadores cambiar de orilla sin mojarse.
Imprimimos y registramos nuestra imagen en la senda
transitando por espacios mas abiertos
en los que la fertilidad de la vega
permite el cultivo de abundantes maizales.
El itinerario se agranda y dilata entre la flora 
junto al precioso escenario del río,
dirigiendo nuestros pasos
entre el radiante y luminoso bosque que conduce al tramo mas ameno y entretenido,
discurriendo por las viejas trochas que los pescadores han abierto a fuerza del uso con escaleras talladas en la propia roca
y pasos y pasarelas de madera.
El epílogo y el broche de oro llega al final del recorrido
con la hermosa y sensacional cascada que nos renovará las ganas de seguir caminando.
La Central Hidraúlica de Herrerías (Trascudia), es el principio de nuestro regreso,
subiendo un gran repecho que nos dibuja una cristalina y diáfana estampa cántabra
entre perfumes y aromas de heno
y pequeños corrales con huertos.
Atravesamos el poblado de Trascudia, con sus casas montañesas
bien cuidadas y custodiadas con el rigor, la seriedad y el celo de alguno de sus moradores
y divisando en la lejanía el mar Cantábrico entre los pliegues montañosos de la Tina Menor.
En el tramo de la carretera aplicaremos todas las normas de seguridad y precaución que conocemos,
disfrutando, en la medida de lo posible, de un atrayente entorno natural
que nos trasladará hasta el Mirador de Cofría,
un balcón natural con amplias vistas de los cercanos Picos de Europa.
Entre rebaños de vacas
y el dulzón ambiente de numerosas higueras
alcanzamos la Iglesia Parroquial de Luey,
introduciéndonos entre su arquitectura popular en un encuentro con el pasado
y la esencia ancestral de sus casonas montañesas,
formando un pequeño oasis de delicada fragancia etnográfica.
El cariño de estos maravillosos equinos,
el perfume de hortensias
y los sencillos matices
colaboran en la finalización de nuestro itinerario de nuevo en Muñorrodero.
Puedes continuar la 2ª parte de la Senda Fluvial del Nansa en: SENDA FLUVIAL DEL NANSA II 
Después de "endiñarnos" un cocido montañes y unas carrilleras estofadas en el restaurante de Muñorrodero, nos vamos hasta la cercana Asturias navegando por el río Cabra
para darnos un merecido y gratificante baño
en la paradisiaca Playa de La Franca, terminando esta maravillosa y trepidante aventura.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
ÁLBUM DE FOTOS: SENDA FLUVIAL DEL NANSA 

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