CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

martes, 26 de diciembre de 2023

CASCADA DE LOS LITUEROS

Este año terminamos visitando la Cascada y Chorrera de los Litueros, uno de los saltos de agua mas altos de la Comunidad de Madrid y un emblemático rincón donde surge el nacimiento del río Duratón. Es día 19 de diciembre de 2023 y éste el relato de nuestra aventura 👇👇👇

Nuestros pasos comienzan en la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, en la localidad de Somosierra con un abnegado y generoso homenaje a los camioneros,
cruzando la Casa Museo donde se guarda toda la información de la batalla acaecida en 1808
y visitando la austera y acogedora Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, un cordial lugar
para recopilar todos y cada uno de los datos que utilizaremos en el siguiente itinerario 👇👇

Para llegar a la cascada hemos elegido un circuito intrépido y atrevido, empezando una subida a
través de una pronunciada vía pecuaria que alcanza las aguas de la Fuente del Prado Antón,
muy cerca del Cordel de los Cambronales y donde disfrutaremos de los primeros horizontes
que se forman en las planicies y llanuras mesetarias de gran parte de la provincia segoviana.
A nuestro encuentro salen algunos caballos que tratan de interactuar y relacionarse a medida
que avanzamos, convirtiéndonos por momentos en distinguidos guías e ilustres ganaderos 😀😀
Mas arriba nos vamos a encontrar un precioso mirador natural de la Chorrera de los Litueros,
cuyos ecos y resonancias se propagan por las desabridas laderas del Barranco de la Pedriza.
Descubrimos las primeras dosis de calma y tranquilidad paseando por el Monte de la Majada
y Castillejos, notando la deliciosa sensación de caminar entre un ejército de pinos silvestres y
logrando rebasar las instalaciones de un observatorio forestal  de vigilancia contra incendios
desde donde tendremos unas estupendas y magníficas visuales de la Sierra de Guadarrama
y del Embalse de Riosequillo en el lejano y distante pueblo madrileño de Buitrago de Lozoya.
Un ligero descenso nos conduce en busca del Reajo del Hoyo, escoltados en algún momento
por el sedoso rumor de los riachuelos que engrosan el cercano Arroyo de los Cambronales.
Entre un entretenido coloquio y la agradable temperatura de la mañana prospera el privilegio
de admirar, con delicada atención, los bellos enfoques que delinea la Dehesa de Somosierra
y los profundos contrastes esbozados sobre la extensa y tupida amalgama arbórea del lugar.
Iniciamos un tramo de fuerte subida donde es aconsejable seguir al milímetro la ruta del GPS
ya que apenas hay evidencias y claridad en la senda, eligiendo en todo momento el camino 
mas despejado y realizando un breve paréntesis para tomar un justo y merecido tentempié.
Algunas quejas y protestas sobrevuelan nuestros pasos por estos pindios derroteros, aunque 
nada mas cruzar los últimos obstáculos y dificultades nos invadirá esa sensación de culminar
con éxito la batalla, regresando al estado de placidez y bienestar que ofrece un buen paseo.
Recibimos la justa recompensa de disfrutar unos horizontes y unas panorámicas de ensueño
en el preciso momento que atravesamos los restos y ruinas existentes bajo los 2045 metros
del Cuchar Quemado, conformando un extraordinario mirador natural de la llanura segoviana
y un asombroso balcón que se asoma a la localidad de Somosierra hundida en el abismo del valle.
Seguimos nuestro avance al ritmo de esta hermosa y soleada mañana, iniciando una bajada
hacia el Valle del Arroyo de las Pedrizas en medio de un paraje en el que prolifera el matorral
y las inmaculadas fragancias que emanan del alma y corazón del bosque de pinos silvestres.
Las sombrías laderas de la Peña Belesar abren las puertas a juguetones "arroyuelos" que se
precipitan raudos y feroces, construyendo en sus márgenes bellas y primorosas estampas de hielo.
Con las Peñas Cebolleras a nuestro frente nos dejamos caer hasta el aliento y el resuello que
desprende la vertiginosa corriente del Arroyo de las Pedrizas, dedicándonos sus orquestas y
armonías sobre la placentera subida hacia el Cerro de las Yeguas, volviendo al disfrute y al

deleite de las sinuosas y serpenteantes montañas que conforman la Sierra de Guadarrama.
Arrancamos un distendido y tranquilizador descenso en busca de la Chorrera de los Litueros
para buscar una estrechísima senda ganadera entre el abundante matorral y algunos pinos y
donde vuelven las condenas y las disconformidades por el trayecto elegido en este descenso.
La bajada se anima entre brezos, escobas y retamas, apareciendo entre ellas algunas vacas
que impasibles, observan nuestra sesión de acupuntura sin costes y de manera gratuita 😅.
Por supuesto que no es fácil llegar hasta el prodigioso Mirador de la Cascada de los Litueros,
aunque una vez en el lugar se olvidan todas las penurias y sufrimientos ocurridos en la ruta.
La Chorrera de los Litueros está considerada como la cascada mas alta de la Comunidad de Madrid
y cuenta con un salto de agua de mas 50 metros de altura rodeada de paredes verticales de piedra
por las que desciende, desenfrenado e impetuoso, el caudal y la corriente del Arroyo del Caño
y donde podremos materializar un nuevo alto e interrupción para dejar nuestro mejor posado
como premio y recompensa en uno de los parajes mas sorprendentes de esta bonita sierra.
Una vez alcanzada la base de la catarata, alzamos las miradas hacia las Peñas del Chorro
para percatarnos de la energía y el poderío con la que se precipitan sus aguas a través de un
caótico y desordenado muro rocoso que amplifica su espectacular y atronador sonido para ir
rellenando de vitalidad y dinamismo el mágico escenario que se ha creado en este hermoso paraje.
Es una auténtica maravilla lo que allí presenciamos, ya que su despliegue y puesta en escena
se podría traducir en un hermoso poema que la naturaleza concede y regala a nuestras miradas,
mientras su potente fortaleza, su delicado aura y su ligera brisa impactarán sobre nuestros rostros en un magnífico espectáculo 😎😎
Vamos finiquitando este maravilloso recorrido acompañando al divertido caudal de desagüe,
dejando a nuestras espaldas el fornido y corpulento murallón rocoso que alberga la cascada,
para cruzar con mucho cuidado el punto de encuentro de las aguas del Arroyo de la Pedriza
con la corriente del Arroyo del Caño o de la Peña, dando lugar al nacimiento del río Duratón
que culminará su recorrido entregándose al Duero, aguas abajo de la localidad vallisoletana de Peñafiel.
Alcanzamos la antigüa carretera nacional N-1 después de cruzar un portón metálico ganadero,
ascendiendo por el asfaltado junto a los Prados Nuevos y entrando de nuevo a Somosierra
entre aromas y perfumes de manzanas y los lindos matices coloristas de cuantiosos acebos.
La localidad de Somosierra es la de mayor altitud y la mas septentrional de la Comunidad de Madrid
y sus huertos y corrales se asoman a la vieja Cañada Real Segoviana, apareciendo añejos
utensilios forjados a mano en su fragua. Sus vecinos acudían a arreglar arados, rastrillos y
carros, además de fabricar herraduras y clavos para herrar a los animales en el potro cercano.
Los dulces susurros del agua de sus lavaderos nos escoltarán hasta la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves,
poniendo el punto y final a una ruta para el disfrute de amplios paisajes y el regocijo de la magna silueta de su cascada.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todas las fotos de la ruta en: CASCADA DE LOS LITUEROS

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