CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

viernes, 11 de marzo de 2022

VALLE DE LAS CADERECHAS

POZA DE LA SAL es un hermoso balcón sobre la comarca burgalesa de La Bureba y la puerta de entrada a nuestro viaje de hoy 12 de abril de 2021 entre la floración de cerezos y frutales del Valle de Caderechas. Empezamos.

Desde lo mas alto del CASTILLO DE LOS ROJAS obtenemos una envidiable panorámica de esta hermosa localidad
que nos invita a pasear por sus famosas y célebres salinas que otorgan el apellido al pueblo,
conduciéndonos entre sus estrechas y recias callejuelas hasta el edificio del Ayuntamiento.
El lugar donde nació Felix Rodríguez de la Fuente nos muestra un singular trazado medieval 
que llega a la Plaza Nueva por la Puerta del Conjuradero, escondiendo bajo su balcón y reloj
el arco que cobija la pequeña hornacina con la imagen y efigie de la Virgen de la Concepción.
La Puerta de las Eras nos sumerge entre una arquitectura popular con bellos entramados de madera
y nos ascienden por angostos callejones hasta dar con el Palacio de los Marqueses de Poza.
Bajamos hasta el acueducto romano, una obra relacionada con la explotación de las salinas,
pudiendo disfrutar y regocijarnos entre las frescas y nítidas aguas de la Fuente Buena y el
conjunto de lavaderos donde las mujeres del pueblo acudían a lavar sus prendas y vestuarios.
Listos con el mapa y el itinerario del VALLE DE LAS CADERECHAS, tomamos la dirección a
SALAS DE BUREBA para enfrentar y encarar hasta su esbelta Iglesia Parroquial de Santa María,
detenernos junto a las ruinas de la Casa Rectoral del siglo XVI levantada por Andrés del Castillo Pesquera, abad de Salas
y admirar diferentes blasones y escudos que dotan de hidalguía y sobriedad a la villa.
Bajo el poderoso contrafuerte de la Cercana Sierra de Oña, las tierras de labor empiezan a 
mezclarse con los primeros cerezos y los primeros estigmas de la floración, encontrándolos
diseminados a lo largo del valle e intercalados entre pequeños bosques de encina, pinos y quejigos.
Sin lugares determinados para la observación, la mayor parte de las plantaciones se encuentran en los alrededores de los pueblos,
alcanzando de inmediato la Casa Consistorial situada en la Plaza Mayor de PADRONES DE BUREBA 
que nos deslumbra con un elocuente y conmovedor lienzo proyectado en este hermoso lugar,
animándonos a subir hasta la Iglesia Parroquial dedicada y consagrada a San Mamés Mártir.
Entre los restos de una arquitectura popular que se tambalea nos podemos dar un tranquilo
paseo entre el fabuloso mundo de delicados pétalos y pistilos que adornan su entorno y llegar
hasta la CASCADA DE LA HUEVERA remontando las cristalinas aguas del Arroyo Valdelapelilla.
Volvemos sobre nuestros pasos aspirando los profundos aromas y efluvios que desprende
este magnífico espectáculo floral que acciona todos nuestros sentidos para liberarnos de toda nuestra angustia y ansiedad.
Saludamos al Consistorio de la localidad de AGUAS CÁNDIDAS, intentando subir por un confuso
laberinto de callejuelas hasta los aledaños y arrabales de la Iglesia de San Juan Bautista,
recreándonos entre la vieja y enraizada fisonomía que arrojan alguna de sus casa solariegas.
Entre las piedras asoman coloridos tulipanes que siguen acompañando nuestro avance por la
extraordinaria exposición de color que ha ejecutado las inclemencias y rigores del invierno para
dar la bienvenida a las gamas cromáticas y composiciones tonales de esta excelente  primavera.
Un viejo molino junto al río Vadillo nos evoca y recuerda la música y el murmullo de la rivera
y asciende hasta los muros románicos de la Ermita de San Emeterio y San Celedonio en la 
que los amantes del arte medieval no quedarán defraudados con esta joya del siglo XII.
Los 1081 metros de la Peña de Castilviejo se manifiestan sobre el pueblo de RÍO QUINTANILLA
que conserva la Torre Medieval del Señorío, ejerciendo de fortaleza protectora y defensiva  
junto a la Iglesia de San Martín en un altozano que domina y controla el valle de dicho río.
Remontamos el valle del Arroyo de Hozabejas entre jugosas esencias de manzanas reinetas
y el escarpado paisaje de elevados paredones graníticos para dibujar el sugestivo armazón
que envuelve y cobija el océano de sensaciones al caminar bajo este espectáculo natural.
A los pies de Peña Cironte encontramos la pintoresca localidad de HOZABEJAS sumida en la 
tranquilidad y placidez que rezuma su sencillo legado rural y su discreto y humilde urbanismo
que tiene como principal edificio los finos y elegantes restos góticos y barrocos de su iglesia. 
Por casualidad descubrimos un bello rincón con llamativas tonalidades verdes esmeraldas
formada por la escasa y exigua corriente que ha modelado esta ruda Cascada de Hozabejas.
La primavera nos sigue seduciendo con sus brillantes ilustraciones y su fenomenal colorido
hasta la Vaguada de Mangarrida, en donde volvemos a tropezar con la magia y el hechizo
de los cerezos en una exhibición portentosa de cientos de ejemplares que engendran un
emocionante paisaje y una estampa campechana que no deja indiferente a ningún visitante.
La localidad de RUCANDIO nos da la bienvenida con su monumental fuente y abrevadero y nos
transporta por una sobria y escueta arquitectura tradicional con marcada fisonomía en piedra,
ascendiendo a lo mas alto del pueblo para conquistar la Iglesia de Santa María Magdalena.
Algunas de sus atractivas ruinas nos despiertan esas sensaciones de abandono y soledad
y aunque la vida sigue avanzando, sus pocos habitantes siguen luchando por sus tierras y
resistiendo con sus rebaños y animales en este grato e idílico rincón de la geografía burgalesa.
La riqueza y fertilidad de estas tierras muestran el apabullante escenario floral que cada 
mes de abril adorna y embellece la totalidad del valle, convirtiéndole en una bella pasarela 
en la que se desarrolla una fantástica y maravillosa ceremonia que quedará gravada en nuestra memoria.
HUÉSPEDA se sitúa en el extremo mas noroccidental del valle y nos recibe con su Fuente del Sagrado Corazón
y su Iglesia Parroquial de la Asunción que manifiesta acentuadas y evidentes notas renacentistas.
Paseamos entre varias casas rehabilitadas mientras el silencio y la soledad nos va rodeando
y otras en ruinas, nos dejan esa sensación a mitad de camino entre la tristeza y la hermosura.
Vestigios y reliquias que la vegetación va invadiendo progresivamente, sumiendo en el olvido
la vida y los quehaceres de los que aquí vivieron, intentando al menos, que la memoria quede.
Entre hermosos colores lanzados al cielo seguimos buscando el placer y la sorpresa de esta aventura
que nos lanza hasta la aldea que comparte nombre con la capital de España, MADRID DE LAS CADERECHAS.
Las casas de esta pequeña población quedan reflejadas en sus antigüos lavaderos y por
sus calles se escuchan los suaves murmullos y el "cuchicheo" de la Fuente de los Corrales. 
El Valle de las Caderechas nos sigue ofreciendo ritos y cultos difícilmente comparables y su 
gran manto blanco muestra sus mejores galas y tesoros entre la luz del sol y la brisa del aire.
Mas abajo, en la pequeña aldea de Ojeda, observamos un mosaico con la estampa virtual del pueblo,
aunque la realidad es bien distinta al merodear la decadencia de la Iglesia de San Lorenzo.
La inspiradora carretera se descuelga suavemente a la vera de El Mazo y del Castilviejo,
alcanzando QUINTANAOPIO y su Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora con apuntes y registros de un flamante gótico florido.
Una discreta y atractiva arquitectura rural vuelve a aparecer en la Plaza del Sol, que se sigue
complementando con fuentes y abrevaderos que aprovechan un bien escaso y necesario como es el agua.
A las afueras y en dirección a Río Quintanilla encontraremos, apretada entre montañas, los restos y reliquias de la Ermita de San Roque.
Seguimos gozando la naturaleza, su entorno y la belleza de estos sugestivos árboles en flor,
apareciendo en lontananza y a las faldas de El Cueto el acogedor caserío de CANTABRANA 
que aloja y alberga en su parte mas alta el templo dedicado a Santiago Apóstol, una atalaya
desde la que podemos divisar la majestuosa vaguada en la que se cría su afamada manzana reineta.
Atravesamos los serenos campos de Bentretea para subir al encuentro de la Ermita de San Martín,
un precioso lugar sumido en el abandono donde se advierte y aprecia una soledad desgarradora. 
Terminamos el espectáculo paisajístico de los cerezos en flor en las cercanías del pueblo de
TERMINÓN, una pequeña población que nos ofrece el arte románico de la Iglesia de la Natividad.
La Vía Verde Santander-Mediterráneo junto al cauce del Río Homino nos conducirán hasta 
las casonas solariegas de la localidad de CASTELLANOS DE BUREBA, subiendo la travesía mayor
al encuentro del pequeño cementerio y de su Iglesia entre el fondo montañoso de la Mesa de Oña.
Este ha sido el secreto desvelado del soberbio rincón escondido al norte de la provincia burgalesa
y desde la Ermita del Ecce Homo ponemos el punto y final a este carrusel de belleza desenfrenada que logró despertar todos y cada uno de nuestros sentidos.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. 

Todas las fotografías en: VALLE DE LAS CADERECHAS

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