CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

miércoles, 14 de julio de 2021

CASCADAS DE VIAÑA

El día 9 de julio de 2021 nos desplazamos hasta la pequeña localidad cántabra de VIAÑA, perteneciente al municipio de Cabuérniga y dentro del Parque Natural Saja-Besaya, para ir al encuentro de las increíbles y maravillosas cascadas que el Arroyo de Viaña traza en este precioso rincón de Cantabria. Pincha en el reproductor y acompaña con buena música este magnífico recorrido.

La ermita de San Andrés y la escultura dedicada a Eustaquio Muela Puebla, maestro nacional y promotor del juego de Los Bolos en Viaña, 
inician nuestra andadura entre una asombrosa arquitectura rural montañesa reflejada en las aguas de su antigüo lavadero en el que las mujeres lavaban la ropa,
además el viajero podrá saborear las esencias mas íntimas y entrañables de esta preciosa comarca del extenso Valle de Cabuérniga.
Repasamos el mapa y todos los datos del itinerario en: CASCADAS DE VIAÑA ,
descendiendo por una pista hormigonada hacia la profundidad y la frescura de un valle 
en el que se respira una enorme tranquilidad y una desmedida calma.
Tomamos aire y respiramos bajo el pintoresco y acogedor tejido del bosque
mientras la charla y el coloquio alcanzan debates con distintos temas de actualidad,
continuando la bajada hasta un amplio "paso canadiense" o "guardaganados"
que nos deja junto al edificio de un reparado y rehabilitado molino al que rodearemos.
Comienza el espectáculo acuático y la música del arroyo de Viaña 
con una sensacional "puesta en escena" y una atractiva representación
y nos entran unas ganas inmensas e irresistibles de seguir avanzando 
en busca de este espléndido camino de agua que se extiende entre la umbría de la arboleda.
Desde el camino, volvemos a recalar para seguir escuchando el rastro del río
que va mostrando con desparpajo la frescura y el relente de los nuevos saltos de agua.
Seguimos la suave ascensión por una amplia trocha abarrotado de exuberante vegetación
que alterna con un fantástico tapiz helechal con numerosos alisos, robles y avellanos
que bajan en busca de los ecos y resonancias de una nueva y solitaria cascada
escondida en las entrañas mas recónditas y secretas de este fabuloso bosque.
Las continuas subidas y bajadas hacia las cascadas van fatigando nuestras piernas por esta plácida campiña
que se engalana con los chispazos de color mas brillantes y resplandecientes,
contrastando con los sutiles y vaporosos hongos que brotan desde el suelo.
Llegamos a una trifurcación cuya señalización nos obliga a coger el ramal derecho
para penetrar en la frescura y el apabullante clamor de un bosque casi inaccesible
que nos conduce a otro aislado e indómito rincón rebosante de hermosura.
Seguimos con el rumbo marcado en el itinerario, sintiendo el cobijo hogareño de este vergel 
que nos escolta con un cuidado y selectivo pelotón de robles y carvallos 
hasta acercarnos al bonito conjunto de cascadas y cataratas del Sel del Cerezo.
Nos hallamos en un relajante lugar que esboza belleza sin límites y describe una prodigiosa letanía
de insólita y misteriosa hermosura con arrebatadoras estampas para enmarcar,
regalándonos y concediéndonos unas intensas y agradables sensaciones de auténtico relax.
Aprisionados y comprimidos por un verde infinito, interminable y perenne 
vamos inhalando los gratificantes aromas y efluvios de esta apasionante selva cantábrica,
descubriendo la serenidad y el sosiego de los diferentes remansos del río
y escuchando las dulces melodías de este intrépido y valeroso Arroyo de Viaña.
El poderoso semblante de la naturaleza va diseñando un enérgico territorio
con agraciadas pozas y charcos que permiten disfrutar de un buen remojón 
y va abriéndose paso con acentuadas cicatrices por las que se precipita esta maravillosa cortina de agua.
Hay que tener mucho cuidado y precaución al caminar por las rocas ya que la fuerte humedad, la verdina y los musgos propician un fácil deslizamiento y aumentan el riesgo de caídas.
Desembarcamos frente a los privilegiados y seductores encantos de una de las cascadas 
cuya imagen quedará esculpida en nuestras retinas en un conmovedor rincón lleno de hechizo y armonía.
Los delicados y sutiles susurros de esta hermosa corriente se desperdigan
entre el brillo y las espinas de varios acebos entremezclados en el bosque
y el estilo "pret a porter" de muchas flores que crecen en las pequeñas praderas aledañas.
Las riberas de este impresionante espacio natural bajan a mirarse a las nítidas aguas del río
y en sus alrededores se reúnen y se aglomeran un exquisito feudo de robles y hayas
que crean una estupenda masa forestal y originan un lugar lleno de magia.
Alcanzamos el enésimo rincón de excepción y de sobresaliente coquetería
que se suma a un portentoso emplazamiento de naturaleza casi virgen
y con innumerables arroyos que van añadiendo sus pequeños y austeros caudales al río principal.
Unas rústicas escaleras con barandillas nos dejan en el mejor sitio para disfrutar
de la preciosa cascada del Vado de las Torcas que escenifica el enorme poder de la madre naturaleza.
Transitamos parajes y territorios que pudieran pertenecer a la selva amazónica
entre la pletórica y abundante frondosidad de esta tupida masa arbórea
cuyas formas y perfiles engendran figuras fantasmales y donde podrían aparecer seres mitológicos como elfos, duendes y gnomos.
Continuamos por esta admirable y soberbia cúpula vegetal que se eleva al cielo,
salpicada por el continuo  murmullo de sedosas y sosegadas cataratas,
vestidas en sus alrededores, con los hábitos propios de la época veraniega
y los colores de moda que se asocian a esta magnífica estación.
La delgada senda nos enmarca entre helechos, alisos y avellanos para tomar rumbo
hasta el arrullo y aleteo de un nuevo y apasionante evento fluvial lleno de ímpetu y tenacidad.
El camino se empina, se encumbra y se encarama entre un verde que lo invade todo,
además el agua irrumpe y conquista el espacio para nuestros pasos
y algunos animales se deleitan en estos ámbitos llenos de rocío y humedad.
Los estruendos de las caudalosas caídas ejercen su poder de atracción, 
animándonos a recorrer con numerosas idas y venidas el camino entre la senda y las cascadas.
Nuestros corazones se sienten aliviados contemplando la bella sintonía de este recinto boscoso
por el que siguen germinando una infinidad y multitud de cautivadoras torrenteras
y experimentando la tranquilidad de un reposado paseo bajo el sombrío de las hojas.
Seguimos el trayecto por embarradas travesías que persiguen las bonitas estelas del riachuelo,
rastreando los lugares mas inverosímiles y fabulosos y permitiéndonos recrearnos 
en un impresionante conjunto acuoso integrado en este extraordinario paisaje.
Un nuevo impulso para superar cercas, alambradas y pasos estrechos
en busca de un nuevo conglomerado de maravillas encubiertas y disimuladas
que desprenden un genuino sabor que roza lo idílico y paradisiaco.
El cuerpo nos sigue pidiendo excursión y vagabundeo y solo necesitamos un estímulo mas
para alcanzar la altanería y la arrogancia del magestuoso Pozo del Infierno.
Para regresar al punto de partida desandamos el camino hasta un poco antes del Vado de las Torcas,
ascendiendo por las herbosas laderas y vertientes de Vocedrón
que nos dan una visión despejada de los suaves promontorios de Los Ordeñaderos, Mazaredonda y Zarzamorosa.
Tras dejar atrás el vado y los invernales de Picoldorro, volvemos a abrazar 
los intensos matices aspirando el grato aroma de esos árboles innumerables.
Un simpático, jovial y campechano mastín saluda nuestros pasos,
prorrogando el entretenido descenso por estos placenteros caminos forestales.
En el horizonte ya divisamos las casas y edificios de la pequeña población de Viaña,
despidiéndonos del frescor y el eterno rumor de este río fascinante 
que tiene su epílogo y colofón en el místico Arroyo del Vado del Monte.
Solo nos queda un fuerte y recio repecho para llegar hasta 
las primeras casas del pueblo rodeadas del frescor del praderío,
finalizando el paseo entre admirables fachadas con solanas y galerías.
Calle arriba, calle abajo, piedra, madera y tejas conforman una escultural arquitectura montañesa
que unida al alto nivel paisajístico de sus cascadas hemos tenido la suerte de disfrutarlo para quedarnos profundamente hipnotizados.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. Todas las fotos en: CASCADAS DE VIAÑA y en facebook: CASCADAS DE VIAÑA 

2 comentarios:

  1. Nos encanta! Las fotos son geniales y el lugar una auténtica maravilla! Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por vuestra valoración y la verdad es que el sitio esta pleno de encanto y lleno de espectacularidad. Saludos cordiales.

      Eliminar