CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

jueves, 9 de marzo de 2017

FAEDO DE CIÑERA

El viernes 17 de febrero de 2017 nos acercamos hasta la provincia de León para conocer el Hayedo de Ciñera de Gordón, conocido por todos como "El Faedo", situado en plena montaña central leonesa y constituyendo un paraje único y emblemático dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga. Pincha en "play" y empezamos esta aventura.
Se llega a Ciñera a través de la N-630, empezando a caminar paralelos al río Bernesga. Atravesamos el pueblo entre agradables tonos vegetales, hasta llegar a su plaza donde ya vemos la señalización para el hayedo.
Visualizamos el mapa de aproximación y obtenemos todos los datos del paseo en: FAEDO DE CIÑERA 
Nos dirigimos por el Paseo del Faedo,
comenzando un agradable camino de tierra junto a hermosas praderías
que lucen e iluminan este hermoso valle.
La pista discurre plácidamente en dirección Este con el Pico Casetones como referencia,
 entre el frescor y el hielo que aun mantiene la diferente vegetación situada en la umbría.
La senda es entretenida y sin darnos cuenta
nos tropezamos con varios enseres y utensilios mineros
delante de una "bocamina", una antigüa entrada a una mina de carbón abandonada y que se ha acondicionado como un pequeño museo donde se pueden ver los aperos y herramientas que utilizaban los mineros en su trabajo.
Su patrona Santa Bárbara preside este nostálgico lugar ante la representación de la principal subsistencia de las gentes de la comarca.
Posamos entre varias vagonetas utilizadas para le extracción del mineral,
"Carras" para el transporte de los mineros y varios calderines diseminados por su entorno..
Dejamos atrás el valle siguiendo nuestro camino hacia el Faedo,
alcanzando varias casas abandonadas
en un ligero y suave repecho
para inmediatamente girar a la izquierda,
parándonos a contemplar la deliciosa y hermosa cuenca por donde hemos subido y que cierra el Cueto Munín con sus 1351 metros.
La sensación es que nuestro camino termina sin solución de continuidad
aunque un pequeño puente elaborado con un "cuadro" de una mina
nos permite el cruce sobre las cristalinas y resplandecientes aguas del Arroyo de la Ciñera.
La angostura del pequeño desfiladero la realizamos por una cuidada pasarela de madera, que nos introduce paralelos al río,
a través de un perfecto cañón tamizado de robles y "escobas".
Jugamos una partida de "parchís", de un puente
hasta otro puente y sigo la corriente, en un precioso lugar habilitado con mesas y bancos para descansar y comer algo.
Seguimos nuestra plácida y agradable ascensión
remontando el estrepitoso arroyo
que nos brinda fotografías de una belleza sensacional
en un entorno de frescura y atrevimiento.
El siguiente puente nos sumerge
de lleno en el Faedo.
Ante nuestros ojos se despliega un mundo mágico, idílico y paradisiaco
salpicado y rociado por el frescor
de este intrépido caudal que recorre sus entrañas y su alma,
mientras aprovechamos para grabar e inculcar nuestra imagen
ante semejante exhibición de grandiosidad
y  hermosura.
Atrapados en su delicado interior
llegamos hasta la presencia imponente de la gran "Fagus", un haya con nombre propio que ronda los 500 años de supervivencia.
La corriente del arroyo,
el musgo, las hojas
y en general todo este fantástico bosque 
se puede sentir, viéndole, oliéndole, escuchándole, tocándole y probándole con nuestros cinco sentidos.
Terminamos el paseo por el hayedo tras pasar un largo rato disfrutando del mismo,
siguiendo la ruta que nos dirige a un nuevo puente donde comienza
la Foz de Villar.
Escaleras y pasamanos nos conducen hasta otra pasarela de madera
que nos introduce por la abrupta arteria del estrecho desfiladero y sin correr peligro alguno,
alcanzamos una atronadora cascada
que retumba entre las verticales paredes del cañón donde nos encontramos.
Nosotros lo dejamos aquí. Se puede continuar hasta el pueblo de Villar del Puerto en el siguiente reportaje: VALLE DEL CIÑERA Y VILLAR
Iniciamos el regreso engullidos entre la roca,
embarcados sobre las aguas del arroyo
y efectuando una fácil y amena trepada
que nos ayuda a vadear
y atravesar el río hasta la otra margen,
dejando a nuestras espaldas la punzante y penetrante hendidura que el arroyo ha esculpido con el paso del tiempo.
El maravilloso torrente de agua
nos va revelando y enseñando, todos los matices,
todas las tonalidades,
todas las gamas de colores que este prodigioso y espectacular bosque nos muestra 
a ambas orillas de su cauce.
El viso y los pigmentos de sus laderas
se mezclan entre  solanas y umbrías,
al mismo tiempo que hojuelas y pétalos despuntan el final del invierno y el comienzo de la primavera.
El placentero descenso nos devuelve a un entorno de robledal,
divisando entre sus laberínticas ramas, curiosos refugios habilitados para las pequeñas aves de la zona que habitan y residen
 en estos formidables y poderosos escenarios.
Seguimos el relente y la brisa que emana del arroyo
y traspasando el puente
chocamos con los impetuosos muros pétreos de la Sierra del Sadornal.
Hemos disfrutado del placer de la compañía y de las risas del camino,
jugando con los reflejos, refracciones  
y brillos que nos brinda la senda.
Vamos abandonando y renunciando a este hermosísimo valle,
que entre sus soleadas vertientes,
nos conducen hasta la Iglesia Parroquial de Ciñera
junto a las inquietas aguas del Bernesga, que riegan esta hermosa y accidentada tierra de la minería leonesa.
"A todos los mineros, a los que se llevó la mina y a quienes les dió otra oportunidad" 
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Álbum de fotos en: FAEDO DE CIÑERA

1 comentario:

  1. enhorabuena por el reportaje fotográfico, que hermoso lugar!!! cada año que puedo me escapo a correr por ahí y es una verdadera gozada. Lástima de las minas a cielo abierto y escombreras cercanas. Aún asi, es un espectaculo!

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