CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

sábado, 31 de julio de 2021

LA BUREBA

En la primavera de 2021 realizamos un hermoso viaje por alguno de los pueblos de la comarca burgalesa de La Bureba, una tierra desconocida y de gran belleza repleta de secretos, iglesias, castillos y páramos en medio de una naturaleza colmada de hermosura. Este es el relato de la travesía. Comenzamos.

Iniciamos esta aventura desde el castillo de la localidad de MONASTERIO DE RODILLA, ubicado en un impresionante promontorio rocoso que contempla amplias vistas de la comarca de La Bureba,
descendiendo entre los matices amarillentos de los abundantes campos de colza
hasta el magnífico románico de la ermita de Nuestra Señora del Valle de finales del siglo XII.
En su portada brillan un triple arco apuntado y columnas con esmerados capiteles
que se adosan a una estrecha nave formada y modelada por altas paredes y cuyo conjunto
se rodea por un apacible paraje con fuentes y merenderos que invitan a pasar un día de campo.
Un poco mas abajo encontramos la Iglesia de Santa Marina, una transición de románico al gótico
con numerosos contrafuertes y una curiosa torre y cabecera poligonal
enmarcada en un estupendo lugar y rodeada por suaves montes y tierras de labor.
Alcanzamos el recio edificio del Ayuntamiento con escudos y soportalado,
a un paso de la Iglesia Parroquial dedicada a Santa María Magdalena
y donde escuchamos el suave rumor de la fuente y sus frescos caños de agua.
Consultamos todos los datos del itinerario en LA BUREBA y tomamos rumbo para visitar las Iglesias de Santa Eulalia en la localidad de Santa Olalla de Bureba
y la Iglesia de Santa María de la Asunción en Quintanavides
para hacer una pequeña parada en la heráldica de la Casa-Palacio de Revillagodos, uno de los escudos mejor labrado del barroco burebano.
La Bureba se inunda con una tersa y agradable oleada de amarillos
que nos llevan hasta el Monumento megalítico del Dolmen de El Pendón, cuya cronología nos remite a los 4000-2500 años antes de Cristo
y desde donde se observa la apretada aldea de Reinoso integrada en el paisaje.
La llanura burebana invadida del frescor del verde y atestada de campos de cereales
nos conduce hasta la población de VALDAZO y su iglesia románico tardía de San Pelayo
con una maravillosa y espectacular portada abocinada de arcos, columnas y capiteles,
mostrando en las casas aledañas una preciosa arquitectura con bellos entramados de madera.
BRIVIESCA, capital de La Bureba, esconde verdaderos secretos como la Iglesia Colegial de Santa María
y está cuajada de vistosas y lucidas casas-palacios como la de Los Salamanca,
a pocos pasos del edificio administrativo del Ayuntamiento y Casa Consistorial
en plena Plaza Mayor en la que sobresalen la Iglesia de San Martín y su clásico e inconfundible Templete.
No abandonamos Briviesca sin caminar por el llamado "PASEO MARÍTIMO", un paseo fluvial junto al río Oca que badea gran parte de su casco urbano.
Salimos de nuevo al campo, a la llanura encerrada por las montañas cercanas,
para ir hasta el municipio de AGUILAR DE BUREBA y visitar la Iglesia de Santa María la Mayor
rodeada de casas con fachadas de mampostería en piedra que suben al encuentro
del promontorio donde se encuentra ubicada la ermita de San Guillermo.
La carretera CL-632 se despliega por el corazón y el paisaje de las tierras de Burgos
y nos sitúa en la robusta y corpulenta Iglesia de San Juan Bautista en Terrazos 
para mas adelante llegar a escuchar las campanas de la Iglesia de San Facundo en LOS BARRIOS DE BUREBA.
A la salida encontramos la magia de la ermita de San Fagún que conserva el ábside central del templo y la espadaña como muro de cierre, 
además de las ventanas con arcos de medio punto con largas columnas 
que buscan los sencillos y discretos canecillos construidos durante el siglo XII. 
No podemos dejar de fotografiar cada rincón y cada recoveco que van apareciendo a lo largo del viaje,
haciendo parada frente a la Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora en Cornudilla
rodeada de un magnífico pelotón de árboles y entre los aromas de claveles y clavelinas. 
Su equilibrada y sencilla portada entre los sillares de piedra nos asoma 
a la serena campechanía y naturalidad de los campos cerealistas burebanos
que tienen continuidad hasta la localidad de Pino de Bureba, pudiendo ver el Torreón del Reloj
y la altiva espadaña de la Iglesia de San Martín Obispo que guarda a sus pies
la espectacular portada románica de entrada al templo.
Los pueblos y aldeas de La Bureba se van integrando y componiendo en un paisaje elegante y escultural,
alejados del mundanal ruido y aposentados en prodigiosos escenarios naturales.
Tras volver a Briviesca, tomamos rumbo noreste hacia la localidad de Calzada de Bureba para admirar la Iglesia Parroquial de San Martín Obispo 
y disfrutar de una maravillosa arquitectura popular en piedra, madera y tejas.
La primavera dibuja un gratificante y complaciente plató para rodear y circundar  
a la iglesia de Fuentebureba dedicada a San Miguel Arcángel,
continuando a los pies de las estribaciones mas suaves de los Montes Obarenes.
En los confines de esta bella comarca accedemos a la soberbia localidad de PANCORBO
cruzando las aguas y el cauce del río Oroncillo que irriga con sus aguas
los magníficos soportales y porches de la kilométrica Calle Real
que nos deposita y entrega en la Plaza Mayor y frente al Ayuntamiento.
Sus viviendas se enfilan a lo largo de la rambla del Oroncillo entre puentes, escaleras y lavaderos
y cruzan la vía férrea para descubrir la presumida portada de la Iglesia de San Nicolás
que luce magestuosa entre las hiedras y el roquedal.
Pancorbo se asienta en un envidiable entorno de indiscutible belleza
y ha sabido conservar ese fabuloso aire medieval que se respira entre su interesante arquitectura popular.
Al fondo del pueblo encontramos la imponente Iglesia de Santiago con trazas góticas del XVI
y con un poco de esfuerzo alcanzaremos, sobre la cresta rocosa, el Castillo de Santa Marta
construido en el siglo IX con vistas excepcionales del Desfiladero de Pancorbo
y unas estupendas panorámicas de la mayor parte de la localidad.
Aprovechamos la Fuente de los Tres Caños en CUBO DE BUREBA para hacer una pequeña parada y calmar nuestra sed,
reanudando la marcha junto a la esbelta Iglesia de San Millán Abad 
para ir saliendo de nuevo a los luminosos y radiantes campos cerealistas
que nos llevarán hasta QUINTANABUREBA y su Iglesia de San Julián y Santa Basílica.
Consideración y respeto se unen al silencio sepulcral que recorre el cementerio
cuyas vistas se alargan y prolongan por este sereno y despejado valle
y donde la tranquilidad es solo quebrada por los "quiquiriquís" de pollos y gallinas.
En el pueblo de PIÉRNIGAS salen a saludarnos su coqueta ermita de la Vera Cruz
y su inusual edificio de la Iglesia de San Cosme y San Damián,
todo ello aderezado entre el adobe, la madera y la piedra.
Las tierras se vuelven ocres y marrones y se convierten en maravillas para nuestras retinas
en el momento de atravesar el templo de San Andrés en la pequeña aldea de Rojas
en la que se inhala la calma y el sosiego propio de estos pueblos castellanos.
La gente mayor continua con sus labores y trabajos agrícolas en QUINTANA-URRIA,
mientras nos paramos a observar la espadaña de la Ermita de San Adrián
y su asombroso pórtico que resguarda la espléndida y suntuosa portada
cuyos aledaños se adornan con los espectaculares colores de un sinfín de flores.
Cualquier camino de La Bureba nos incita a detenernos para mirar, fotografiar
y descubrir la armoniosa belleza de los restos y retales de estos estupendos pueblos,
como este de RUBLACEDO DE ABAJO con su robusta iglesia de San Andrés Apóstol
que se asoma a la comprometedora pureza y sencillez de los campos burgaleses.
Comarca excepcional y casi desconocida en pleno corazón de Burgos
que nos deja detalles familiares y domésticos de delicada ternura
y nos enseña con orgullo y avaricia el legado de sus piedras mas antigüas y longevas.
Nos vamos aproximando al final del viaje ante la proporcionada y bella portada 
de la Iglesia de San Esteban de la localidad de REVILLALCÓN,
siguiendo la carretera hasta el Mirador de Santa Casilda con fenomenales vistas de los campos y pueblos diseminados por el valle.
La tenue musicalidad de un amplio rebaño de ovejas con sus "tintineos"
se extiende hasta la protuberancia rocosa que consolida y sostiene el SANTUARIO DE SANTA CASILDA
construido en el siglo XVI y perteneciente al municipio de Salinillas de Bureba.
Entre sus arcos y sus piedras se respira uno de los aires mas purificados de la provincia de Burgos
y podrás sumergirte en las entrañas de este territorio visitando la Gruta de San Vicente.
Un sendero nos baja hasta los caños de agua de la Fuente Lago San Vicente
y nos introduce entre los mitos, tradiciones y leyendas del Pozo Negro, en la que si mojas una prenda y se la pones a una persona enferma, esta sanará.
En el Pozo Blanco y para las mujeres que buscan retoño, si tiras una piedra y consigues introducirla serás madre en el próximo año.
Mas allá de creencias y presunciones, es un agradable lugar para pasar un día de campo con amigos o familiares.
Al regreso disfrutamos del suave atardecer tras haber recorrido esta pequeña y singular Castilla que con seguridad nos volverá a esperar en un próximo viaje.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todas las fotos en: LA BUREBA

1 comentario:

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