CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

miércoles, 2 de agosto de 2023

COSTA DE PRELLEZO

De nuevo en Cantabria, de nuevo sobre la alfombra verde que tapiza valles y montañas y la primera vez que hacemos parada en la localidad de Prellezo con el fin de descubrir su hermoso litoral repleto de playas y acantilados. Es día 27 de julio de 2023, comenzamos.....

Prellezo es una tranquila  localidad que pertenece al municipio de Val de San Vicente y desde su Iglesia de Santa Eulalia 
iniciamos una ruta entre una cuidada y exquisita arquitectura urbana con profundos aromas de hortensias y "malamadres" 
que determinarán un agradable momento para verificar todos los datos del itinerario 👇👇

Ansiosos por conocer nuevos derroteros, salimos hacia el este entre las duras labores de la siega con guadaña, 
impregnándonos rápidamente con una extraña mezcla de efluvios entre el heno recién cortado y los estiércoles que fertilizan los prados.
Decididamente, las nubes han ganado la batalla al sol, mientras nuestros pasos se dirigen en
busca de la recóndita y maravillosa Playa de Fuentes que pertenece a San Vicente de la Barquera,
en donde podremos disfrutar de su naturaleza espectacular, su finísima arena y su envidiable entorno.
Tomamos una estrecha senda hacia el oeste para emprender un estudio minucioso y sistemático
de esta preciosa Ensenada de Fuentes, cerrada a oriente por la robusta y vigorosa Punta del Fraile
y batida por el intenso oleaje del mar que martillea sin descanso e interrupción su magnífico litoral. 
Las praderas y pastizales de Sonríos nos van aportando una serena y tranquila caminata a través de un alargado mirador
que descubre y destapa las intimidades, los secretos y el carácter confidencial de una escarpada costa
jaspeada por los intensos y penetrantes verdes que alcanzan y revisten la aguzada Punta de África. 
El contoneo de la senda nos reporta espléndidas y agradables sensaciones, irrumpiendo por
los cercanos dominios y hábitat de una enorme cabaña ganadera que pasta con tranquilidad
y en los que algún miembro del grupo aprovecha para llenar de contenidos sus "facebooks", "instagrams" y "tick tocks".
Cantabria es una tierra con rincones impresionantes y la Ensenada de Berellín se merece un
"me gusta" atronador que retumbe entre su colosal cadena de acantilados, siendo el fruto de
la fuerte erosión del mar y del viento a lo largo de millones de años y los responsables de un
caótico y desordenado escenario granítico cuya maravilla natural nos dejó con los pelos de punta.
Comenzamos a rodear toda la vertiente oriental de las playas y calas que conforman esta Bahía de Berellín, 
denominada también Ensenada de Barnejo, disfrutando de unas emocionantes panorámicas 
y de los bonitos contrastes azules y verdes, todo ello entre la dulce melodía y los sonidos del suave oleaje del Cantábrico.
Sin imperfecciones y sin deficiencias, al contrario, todo un acierto ahondar entre los tonos y matices florales
que despuntan en esta exótica y paradisiaca Playa de Berellín, un lugar que sin viajar al otro extremo del mundo,
bien puede parecerse a las playas y costas del sudeste asiático con imágenes que se pueden
trasladar a países como Vietnam y Camboya, de ahí su sobrenombre de la "Tailandia de Cantabria".
Abandonamos su impresionante arco natural fabricado entre la laboriosidad de la naturaleza,
tomando un amplio camino que cruza los prados de Peñaforada en un paseo cómodo y distendido,
donde el ganado sestea despreocupado con la única misión de guardar y proteger a su prole.
Exuberancia, grandiosidad y espléndidas panorámicas nos acompañan en el tenue ascenso
a los prados y herbazales de La Boriza que nos acercarán y aproximarán al discreto balcón
de la Ensenada de Guadán, custodiada y guardada por la Punta del Morro y la Punta de Sobrecuera,
llegando hasta nosotros los ligeros ecos de los motores de algún pesquero faenando en sus aguas. 
Aunque el día está nublado, la sensación de "bochorno" y la humedad pegajosa va haciendo mella en nuestros cuerpos,
aunque seguimos decididos para continuar el trayecto marcado hasta un nuevo mirador entre
Punta de Cabriteras y Sobrecuera, escuchando los nítidos acordes del mar arremetiendo contra el litoral.
En este hermoso emplazamiento vamos a divisar hacia occidente Punta Garita, Punta Morro
y acercando el objetivo de nuestra cámara, la fusión y la simbiosis de la Comunidad de Cantabria y el Principado de Asturias.
La mirada hacia el interior aparece repleta de abundantes rulos de henos y pajas, en cambio
hacia el mar, la vista se recrea entre la sugerente y provocativa Garganta de Job, invitando a
un enredado descenso hasta las mismas fauces y tragaderas de este áspero y escabroso cañón.
El paraje rezuma una absoluta y caprichosa hermosura y genera una enorme expectación y
un gran entusiasmo socavado por una gigantesca gruta anegada e inundada por las agua del mar.
Después de un sonriente posado entre los acantilados de esta preciosa Ensenada de la Ballena,
iniciamos un empinado repecho por la suave y fresca moqueta que forra esta prodigiosa garganta,
 donde un simpático grupo de equinos nos saludan con sus altaneros y arrogantes relinchos.
Terminamos esta primera parte regresando a la frescura que desprende el pueblo de Prellezo,
repostando nuestras cantimploras y apaciguando nuestra sed en la Fuente del Lugar y junto 
al lavadero, donde antigüamente las mujeres del pueblo venían a lavar la ropa y a realizar la colada.
La expresión tranquila de Prellezo nos conduce por una etnográfica exposición de ruedas de carruajes,
atravesando su agradable y solitario núcleo urbano aderezado con notables aromas de flores
e incidiendo con nuestra presencia en las moradas mas vetustas y tradicionales de este bello caserío.
Comenzamos la segunda parte del recorrido precipitados entre el suculento maremágnum y
la bella perplejidad de flores y capullos que decoran las calles en busca de las señales del PR-S 252,
saliendo en dirección oeste hacia los horizontes que se deslizan por la parte meridional del Monte Jerra.
Un tranquilo grupo de "frisonas" dibuja un nostálgico cuadro de sosiego e imperturbabilidad 
en el momento que giramos a nuestra derecha para lanzarnos a las sombras de un bosque de eucaliptos
y a la profunda espesura y frondosidad de una copia y reproducción de una jungla casi selvática.
Una abundante colonia de helechos secunda el fantástico y extraordinario camino del litoral
que va bordeando la vertiente norte del Monte Jerra entre un bosque, mayormente de pinos,
y desde donde tendremos el privilegio de otear una de las mejores panorámicas de todas las
playas, puntas, bahías y ensenadas surgidas en la parte litoral mas occidental de Cantabria.
A través de este impetuoso sendero vamos combinando las discordancias y las armonías de
un territorio diseñado por la incesante y permanente acción de un Mar Cantábrico que con su
hechizo y seducción nos obliga a mantener los ojos bien abiertos para no perdernos ninguno de sus detalles y pormenores.
La sinuosa vereda sigue acomodándose a la geografía del terreno, alcanzando mas adelante
el Mirador del Litoral, un majestuoso balcón donde experimentamos el placer de divisar la preciosa Ensenada de Morro,
los pequeños Islotes de Pesués, curiosos sermones de piedra que crean poesía en el paisaje
y el encanto y esplendor de la desembocadura del río Nansa a través de la ría de Tina Menor.
A partir de ahora nos espera el tramo mas duro de la jornada, donde nuestras piernas y corazones
asumirán todo el esfuerzo necesario para ascender la denominada subida a "los Picos" entre
la penumbra y umbría de un denso y compacto pinar pavimentado por un distendido helechal.
A media subida recuperamos el resuello vislumbrando la cercana Punta de la Vigía o de la Garita,
volviendo rápidamente al sufrimiento de la ascensión ayudados por los interminables escalones
y la inacabable barandilla de madera que nos van a escoltar hasta alcanzar los 211 metros del Pico Jorca.
Desde lo mas alto de la Sierra de Jerra nos asomamos a la Playa del Sable en plena ría de Tina Menor,
continuando entre aromas de mentol y hierbabuenas desprendidos por el apretado eucaliptal.
Solamente nos queda descender esta prominente colina de manera serena y pausada hasta
los últimos estímulos boscosos que llegarán a las mismas puertas de la localidad de Prellezo.
Ya en el pueblo se nos va abriendo un voraz apetito al ver el magnífico lustre de algunas manzanas,
aunque antes disfrutaremos de la reconfortante hermosura con las que se adornan sus calles
y de las enrevesadas hiedras y enredaderas que corren a cubrir los muros de piedra de sus casas.
Cervezas y menú del día en el Restaurante QuintAna. Después bajamos hasta la radiante
Playa de Berellín para retozar y sentirnos como niños en su primer día de playa, disfrutando
de una formidable temperatura y de un fantástico baño en un prodigioso entorno natural que 
nos devolverá, a buen seguro, esa maravillosa, increíble y extraordinaria sensación de libertad.
Gracias a todos los participantes, en especial a NÓMADAS OCASIONALES por la publicación de su libro 101 LUGARES de CASTILLA Y LEÓN SORPRENDENTES 
 Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.                                                     Toda la ruta en fotos: COSTA DE PRELLEZO

4 comentarios:

  1. Es estupendo poner en valor estos rincones...envidia sana.

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    1. Muchas gracias Juan Carlos por tu reseña y valoración, mientras podamos vamos a seguir dando a conocer y a disfrutar de estos hermosos lugares que nos brinda la Península. Un saludo cordial.

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  2. El plan fue de 10 y la compañía aún mejor, gracias por este día Lanche, a ti y a todo el Comando Senderista. Mucho porcentaje de ese libro es gracias a este grupo maravilloso. Un abrazo.

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    1. Intentaremos seguir el mismo plan para futuras rutas, bien sabes lo bien que lo pasamos y lo mucho que disfrutamos.
      Personalmente y en nombre del grupo, agradecemos vuestro trabajo por habernos hecho partícipes y protagonistas en las páginas del libro y os deseamos mucha suerte y muchísimas ventas para el futuro.
      Un saludo cordial, Eduardo e Irene.
      Nos vemos caminando.

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