Es día 14 de febrero de 2025, iniciamos la andadura por un bello itinerario marcado en la siguiente ruta 👇👇👇
y alcanzando a la entrada del pueblo la bonita y agradable Iglesia y Parroquia de San Miguel.
Tazones, pueblo marinero con encanto, en cuyo "Mirador de les Muyeres" hasta finales de los años setenta, se juntaban las mujeres para ver llegar de faenar los pescadores.
Las casas de colores de su calle principal separan los barrios de San Roque y San Miguel,
alcanzando la Plaza del Riveru, que conserva su viejo "Palanque" utilizado para "sabordar" y "botar" las embarcaciones, además de lugar de despiece de las ballenas capturadas.
Desde su peculiar y fotogénica Casa de las Conchas bajamos hasta la zona portuaria, donde
en 1517 tuvo lugar el desembarco de la flota de Carlos V desviada por una fuerte tormenta.
Abandonamos este tranquilo y maravilloso puerto pesquero para asomarnos y aparecer en el
magnífico ambiente que presenta el estuario formado por la Ría de Villaviciosa, un humedal
de gran valor ambiental que dispone del pequeño puerto deportivo de El Puntal, dando salida
en su desembocadura a la espléndida Playa de Rodiles, uno de los mayores arenales de Asturias.
Aterrizamos en Villaviciosa, capital manzanera de España, comenzando una caminata junto
al románico de la Iglesia de Santa María de la Oliva y "La Manzanera" apostada delante del
Teatro Riera, continuando hasta el bello conjunto palaciego de la Casa Palacio de los Valdés.
Escudos y blasones nobiliarios vinculados con el barroco palacial nos llevarán en volandas
hasta el mercado de la Plaza de Abastos, un edificio muy atractivo y bien conservado cuyos
puestos de venta ofrecen productos típicos y tradicionales, además de pescados, carnes, frutas y otras curiosidades.
La Plaza del Ayuntamiento nos sorprende con su ilustre edificio, en cuya parte trasera cuenta
con el Parque Ballina, un parterre de descanso con varios estanques, fuentes y esculturas.
Seguimos esta tierra de pomaradas y manzanos camino hacia la paz y el sosiego de la aldea
de Lloroñi, un pequeño pueblo de sabor asturiano que nos empuja hacia la vertiginosa subida
que aborda el espectacular Mirador del Fito, acomodado a 580 metros sobre el nivel del mar.
Sin pestañear, podremos disfrutar de extraordinarias vistas panorámicas del mar Cantábrico,
la poderosa visión de los límites del Parque Natural de Ponga y sus verdes valles, admirar la
belleza y naturaleza salvaje del Parque Nacional de los Picos de Europa y por supuesto otear
los bosques que rodean y abrazan los picos y cimas de la amplia Reserva Natural del Sueve.
Los aromas de manzana también se combinan con esencias de naranjas y mandarinas en el
momento que tomamos la localidad señorial de Colunga, visitando el palacio renacentista de los Alonso Covián,
la majestuosidad, la elegancia y el precioso estilo colonial que despide el Chalet Francés y el
carácter neorrománico e historicista de su altiva Iglesia Parroquial de San Cristóbal el Real.
Terminamos la jornada entre las primeras flores que intentan anunciar el final del invierno, de
camino a las frescas praderías del entorno y cercanías al Mirador y Faro del Cabo de Lastres,
cuya blanca torre guiará a los navegantes a lo largo de la costa entre Tazones y Ribadesella,
pudiendo deleitarnos de preciosos horizontes que nos dejarán sin duda, con la boca abierta.
Sábado 15 de febrero de 2025, tras el desayuno emprendemos una nueva ruta por 👇👇👇Juan de Amandi, una de las muestras mas notables del románico asturiano con incomparable
geometría circular y bella portada abocinada de cuatro arquivoltas, la interior con estupendos
zigzags y las demás sobre columnas con capiteles ricamente decorados de enorme belleza.
Perfectas tonalidades y colores nos marcan el camino que hay que recorrer para llegar hasta
el Monasterio de San Salvador de Valdediós, un excelente y exquisito templo prerrománico
situado en un luminoso prado formando parte de un monasterio cisterciense que se construyó
con posterioridad. En sus alrededores podemos aspirar la pureza del aire y sentir la frescura
del riachuelo, apuntes complementarios que adornan el bonito paraje en el que se acomoda.
Remontamos el Arroyo Viacaba a través de la carretera AS-255 hasta el concejo de Cabranes
donde nos sorprende el "Pueblo Ejemplar" de Torazo, una pequeña localidad entre montañas
que ha sabido guardar y custodiar intactas sus costumbres, sus tradiciones y su arquitectura.
Nuestro paseo arranca junto al barroco de la Iglesia Parroquial de San Martín el Real, para
seguidamente darnos cuenta de la espectacularidad y vistosidad de su llamativa arquitectura
típica y tradicional combinada con la deslumbrante gama de colores de sus casas y galerías.
Hasta el siglo XVIII se construyeron hórreos de planta cuadrada, pequeños y rústicos donde
guardaban algunos cereales y avanzando la caminata, cruzamos viejas casonas infundiendo
su contrastada belleza entre los muchos miradores que otean los verdes paisajes asturianos.
Finalizamos este entretenido sendero urbano junto a la Capilla de Nuestra Señora de Sienra,
vadeando las fachadas de azulejos y el perfil colonial de extraordinarias casonas de indianos
mientras queda esculpida en nuestra mente la visión y percepción de las Escuelas de Torazo.
Atrapados entre la suave hermosura de las Sierras del Sellón y del Abedular, aparecemos en
las orillas del río del Infierno que cruza resuelto y atrevido la plácida localidad de Espinaredo.
La Iglesia Nuestra Señora de las Nieves abre un viaje en el tiempo por el "pueblin" con mas
hórreos y paneras de todo el Principado, cuyos cuerpos de madera de castaño, cubiertas de teja árabe y aupados por sus "pegollos" preservan las cosechas de humedades y roedores.
Su maravillosa arquitectura popular se sustenta con grandes casas de corredor, una vivienda
que consta de dos plantas en el que la galería se sitúa en la parte superior mientras en planta
inferior se deja un espacio cubierto y protegido de la lluvia y viento para realizar quehaceres.
A nuestros ojos llegan deliciosas estampas domésticas y hogareñas que siguen descubriendo
relajantes y tranquilizadores rincones colmados de una serenidad y sosiego imperturbable,
además de cruzarnos con uno de los hórreos mas viejos y vetustos datado en el año 1548.
Valle arriba, en busca de la pequeña aldehuela de Riofabar, asistiremos a una fabulosa vista
de verdes prados salpicados de avellanos y manzanos, descubriendo el corazón de algunas
viviendas típicas con corredores, espacio para el ganado y almacenamiento de paja y hierba.
La estrecha carretera rebasa la exótica umbría de un compacto bosque de pinos de Oregón,
alcanzando la intimidad y la frescura del río Infierno en plena Área Recreativa de la Pesanca.
Abre los ojos y respira profundamente, siente como la exorbitante montaña lo envuelve todo,
escucha con atención la maravillosa y extraordinaria melodía del agua y no olvides de prestar
atención a la agradable sinfonía emitida sin interferencias por todos los sonidos del bosque.
La última parada del día la dedicamos a la villa y capital del concejo de Piloña, Infiesto, una
pequeña urbe donde podremos realizar un agradable paseo entorno a la Plaza e Iglesia de
San Antonio de Padua, recorrer su céntrica Calle del Quesu con varios restaurantes y llegar
hasta la Plaza Mayor, donde tiene lugar el arte religioso del Oratorio y Capilla del Marqués de Vista Alegre.
Desde el Puente de la Pialla y remontando las aguas del río Piloña alcanzaremos el cercano
Santuario de la Virgen de la Cueva, un hermoso rincón en el que confluyen la historia, el arte
religioso y la naturaleza, cuyas instalaciones acogen un enorme escenario para las distintas
fiestas y romerías que se celebran en el entorno de un paraje erosionado por la fuerza del río.
El domingo día 16 de febrero lo vamos a dedicar a conocer Lastres, empezando por el templo
de Santa María de Sábada para seguidamente subir hasta el Mirador y Ermita de San Roque,
un magnífico lugar que invita a divisar las sensacionales panorámicas de la villa y su bahía,
así como su naturaleza indómita con enormes acantilados y sus gratos entornos montañosos.
Entre sus callejuelas vamos a poder visitar sus lavaderos públicos, donde la gente se reunía
para lavar la ropa y para enterarse de todas las noticias y cotilleos que surgían en el pueblo.
Descendemos por el empedrado de la Calle Real entre un laberinto de intrincadas callejuelas
que nos van mostrando la bellísima arquitectura tradicional de la localidad, logrando llegar en
pocos metros hasta la Torre del Reloj, un honesto vestigio protector de su pasado defensivo.
El paseo no da tregua, calles hacia abajo, a derechas y a izquierdas, nos van sorprendiendo
con su marcado carácter marinero, encontrando la Capilla del Buen Suceso del siglo XVI muy
bien conservada y construida en la parte baja del denominado barrio de los balleneros 😲😲.
Desde el pequeño rellano que forma La Plaza seguimos descubriendo nuevos rincones entre
la estrechez y la pendiente de sus calles, calles que descienden con endiablados desniveles
con numerosas cuestas y largas escalinatas entre multitud de casitas con animados colores.
El ambiente se inunda de agradables aromas y fragancias, llenando el espacio con alegres
tonalidades mientras seguimos el garbeo entre ilustres y vetustas casonas que nos acercan
hasta el Mirador de la Fragua, otro enigmático balcón que nos vuelve a presentar el hermoso
caserío de la localidad, la bonita y resguardada Playa del Escanu y las portentosas imágenes
que la atrayente luminosidad del día nos deja con los perfiles afilados de los Picos de Europa.
Seguimos la fotogenia de esta fantástica localidad, recalando en su pulcro Puerto Deportivo
y sus cuidadas embarcaciones para seguidamente pasear por el plácido arenal de su playa.
Este coqueto puerto de pescadores atesora y ostenta dos cañones que protegían la bahía y
desde su emplazamiento obtendremos las mejores y las mas encantadoras vistas de Lastres.Los "claroscuros" del sol centellean sobre un pacífico y sosegado mar Cantábrico que nos va
a conducir hasta la desembocadura y estuario de las aguas del río Liberdón que vierte caudal
a la brava y salvaje Playa de la Griega, un rincón perfecto para desconectar y disfrutar de un
sendero con huellas de dinosaurios, una increíble experiencia que añade toque de aventura.
Aunque la lluvia empieza a aparecer, el color de la flores nos animan para ir finalizando esta
andanza que alcanza la sencilla Iglesia de Santa María de Tona, en la pequeña localidad de
La Isla, apurando los últimos momentos de un gran fin de semana por estos bellos territorios.
Las playas El Barrigón y La Espasa ponen el punto final a un viaje por el corazón de Asturias,
tras haber disfrutado de un conjunto de pueblos, su entorno natural y sus nobles tradiciones.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
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