CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

jueves, 29 de agosto de 2024

FAROS Y PLAYAS DE CABO HOME

En el extremo mas occidental de la Península del Morrazo, concretamente en la localidad pontevedresa de Cangas, existe un lugar rodeado de acantilados de infarto, playas idílicas y preciosos faros que a buen seguro constituyen una de las rutas costeras mas bonitas de las Rías Baixas. Es día 5 de agosto de 2024, comenzamos esta aventura 👇👇👇

La senda tiene su inicio en la Caracola de Donón, conocida popularmente como "A buguiña",
un espectacular mirador que otea los escarpados acantilados de la Costa da Vela con bellas
vistas y panorámicas del Faro de Cabo Home y las brutales perspectivas de las Islas Cíes. 
Nos tomamos unos minutos para almacenar todos los datos del itinerario de la ruta en 👇👇,

dando comienzo una estupenda y entretenida senda costera entre aromas de helechos y chumberas
y entre la brisa y el sabor salado que desencadena el atrayente y luminoso Océano Atlántico.
En todo momento el camino nos va ofreciendo un espectacular panorama y una desmedida
belleza, alcanzando sobre la superficie azul del mar el Parque Nacional de las Illas Atlánticas
formado por las Islas Cíes y la Isla de Ons y escuchando las fuertes acometidas del oleaje sobre la costa.
Con el extraordinario perfil de la Isla de Monte Agudo en lontananza, la cómoda pista, amplia
y sin asfaltar, nos introduce entre una verde y exuberante masa pinariega que nos resguarda 
del acalorado ambiente de humedad, sumergiéndonos en un bosque que baja hasta el mar.
Nada mas salir de la espesura se abre el asombroso escenario protagonizado por las Cíes,
la tranquila y relajada contemplación del Faro de Cabo Home, vigía de la Ría de Pontevedra,
y la visualización del Faro de Punta Robaleira, una ayuda por mar a la entrada de la Ría de Vigo.
A nuestra derecha, entre la colorida vegetación, aparecen los suaves relieves de Isla de Ons,
siguiendo caminos y sendas que progresivamente se van estrechando y comprimiendo para
disfrutar de las hermosas tonalidades y matices de una pequeña selva en miniatura, cuyos
bálsamos y aromas van a inundar un tentador y sugestivo ecosistema costero de numerosas 
plantas que constituyen un verdadero universo de biodiversidad en un amplio hábitat marino.
La espera y la demora de algún carguero para efectuar su entrada al Puerto de Vigo nos acompaña
en la bajada hasta las inmediaciones del Faro de Cabo Home, una experiencia que mezcla la
naturaleza en estado puro y una invitación a apreciar la fuerza del mar contra los acantilados.
Blanco y esbelto, es una de las torres baliza mas altas de todo el litoral gallego y su situación
permite escuchar el fuerte oleaje de la zona que sacude sin piedad esta preciosa Costa da Vela.
Los marineros siempre han respetado este lugar porque los naufragios eran muy frecuentes,
sin embargo el día de hoy, nos ha deparado la placidez y serenidad necesaria para disfrutar
de la inmensa belleza y la magnífica luminosidad de un caluroso día de principios de agosto.
A pocos metros encontramos el achaparrado Faro de Punta de Robaleira, vestido con su rojo
impactante para alertar del peligro en la zona y señalizar la bravura y ferocidad de las aguas,
hallando una cruz con la inscripción "A Pepe Ruiz" en homenaje a un marinero desaparecido.
Con su singular porte, el Faro Punta Robaleira se convierte en un amplísimo mirador y balcón
para atisbar el tramo de abrupta y escabrosa costa hasta el Faro de Cabo Home, siendo uno
de los lugares preferidos para divisar y percibir las cercanas costas de las Islas Cíes, dando
la majestuosa sensación e impresión de que casi pudiéramos tocarlas con nuestras manos.
Siguiendo el paseo por sus alrededores, la Isla Ciense de San Martiño da paso a la entrada 
de la Ría de Vigo por su parte norte, observando en la lejanía la entrada sur del Cabo Silleiro.
El sendero continua entre preciosas calas y pequeñas ensenadas, guiándonos en muy pocos
metros hasta la paradisiaca Playa de Melide, un arenal de aguas cristalinas situado junto a un
 frondoso bosque de pino marítimo en un paraje inmejorable y con unas vistas que quitan el sentido.  
Para alcanzar el último de los faros, Faro de Punta Subrido, bordearemos la Playa de Melide
ascendiendo por una pequeña cuesta y repecho entre adorables perfumes de las piñas y las
brillantes tonalidades que ofrecen el sinfín de arbustos de los que penden ricas zarzamoras.
Un largo corredor entre pinos nos asienta junto al Faro de Punta Subrido, desde donde nace
una estrecha vereda que desciende de manera discreta junto a las aguas de la extraordinaria
Ensenada de Barra, cuya entorno se llena con el ajetreo de varias embarcaciones de recreo
y con los formidables y portentosos perfiles que delinean las cumbres y cimas de Islas Cíes.
Decidimos irrumpir en las finas y blancas arenas de la Playa de Barra, una de las mas bonitas
y bellas de la Ría de Vigo, enclavada por un largo muro dunar y un gran bosque de pináceas.
Una vez sorteado el resalte rocoso de Punta Promontorio, accedemos a la Playa de Viñó, un
precioso arenal conocido también con el sobrenombre de "Areameán" y compartida entre textiles y nudistas.
Por último, descubrimos el placer y la satisfacción de un tranquilizador paseo por un paraíso
de aguas turquesas, sol radiante y naturaleza de ensueño en el espacio de Playa de Nerga,
brindándonos un descanso placentero entre aguas limpias y cristalinas y cuya lectura puede
hacer incrementar tus ansias para atender y percibir el murmullo del mar como banda sonora.
Iniciamos el regreso con la vista puesta en la alargada Punta de Fuxiño y entre las soberbias
estampas que nos proporciona la apacible y sosegada Ensenada de Barra, atravesando de
nuevo sus magníficos arenales, considerados por muchos las mejores playas naturistas de Galicia.
Para no perdernos, lo ideal es subir hasta el aparcamiento público de la Playa de Melide por
una senda repleta de vegetación con cautivadores aromas y estimulantes colores y matices.
El sendero a través del Monte de Melide nos devolverá inequívocamente al itinerario principal
hacia Donón, disfrutando del encantador cariz que sustenta la agradable Ría de Pontevedra.
Pista y sendero se unifican para volver a la costa, al mar, a los acantilados y a la profundidad
del Bosque de Basaduriños y que una vez traspasado nos devolverá a la inmensidad del océano
y a las afiladas rocas de la Costa da Vela que arañan el océano desde el hito paisajístico de Monte Facho.
Los últimos pasos se tiñen de blanquísimos retazos de espuma y los ecos del vigoroso oleaje
viajarán por este indómito territorio para poner la banda sonora y la melodía a un privilegiado lugar 
lejos del mundanal ruido, permitiéndonos gozar de la naturaleza salvaje de las Rías Baixas. 
El día llega a su fin, la luz de la tarde empieza a sangrar y la cercanía de la noche nos ofrece
ese momento mágico y maravilloso que debemos aprovechar y disfrutarlo como se merece.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todo el reportaje fotográfico en: CABO HOME
Y la maravillosa PLAYA DE LIMÉNS

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