CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

sábado, 22 de febrero de 2020

CAMPIÑA SEGOVIANA DEL RÍO MOROS

Si no recuerdo mal, el 14 de febrero de 2020 elegimos seguir la ruta del curso bajo del río Moros a través de los pueblos y paisajes que se asientan y decoran este atractivo y simpático valle en plena Campiña Segoviana. Pincha en "play" y comenzamos este sugerente viaje.
Las aguas del río Moros afloran en plena Sierra de Guadarrama, deslizándose con suavidad entre la llanuras cerealistas
y tierras de labor de la zona mas occidental de la provincia segoviana.
Marcamos el recorrido por el que vamos a transitar y rubricamos todos los datos de la ruta en: CAMPIÑA DEL RÍO MOROS 
La ABADÍA DE PÁRRACES representa nuestro KM 0 y el inicio de nuestro viaje
entre verdes carrascales y frescos encinares
donde se nutre y deambula una numerosa cabaña vacuna.
Unos pocos kms mas adelante nos espera en su atalaya la ilustre moradora
de la Iglesia de San Pedro en el municipio de Monterrubio, construida parcialmente de ladrillo mudéjar mezclado con mampostería
y dedicada a la patrona de Monterrubio, Nuestra Señora de los Cielos.
El camino se ondula y se extiende por un campo verde, abierto y campechano
que va penetrando entre el encinar para descubrir sólidos paquetes de paja que servirán como complemento a la alimentación de la cuantiosa ganadería del lugar.
Llegamos a la Plaza Mayor del pueblo de Lastras del Pozo en la que destaca la fachada del Palacio Mercado Peñalosa, 
con su maravillosa portada y tejadillo
y su enigmático torreón de finales del siglo XV y comienzos del XVI
donde se adosa su espectacular escudo de linajes y abolengos.
Muy cerca se sitúa la Iglesia de San Juan Bautista desde donde podemos emprender 
un gratificante paseo hasta la confluencia del río Piezga con el río Moros
en un delicioso entorno en el que nuestros ojos son cómplices
de una sensacional convulsión de relajada serenidad.
Nuestra marcha continua por un ilusionado horizonte
que envuelve las ruinas de la Ermita del Cristo de Lumbreras,
en plena vega del río Moros y poblada de numerosos chopos y álamos 
que hacen las delicias de estas cigüeñas blancas que abandonaron sus hábitos montaraces para asociarse al hombre en busca de sustento y protección.
Nuestro invierno va dando paso a nobles días primaverales
que se instalan sin ningún miramiento y sin pudor sobre la meseta segoviana,
alcanzando en estos lares la Ermita de la Virgen de los Remedios
con su estilizado crucero y en mitad de un extenso campo cerealista inundado por un sol embriagador.
Abrimos las puertas de la localidad de Abades
desentrañando y descifrando viejas y vetustas inscripciones 
junto a su potente y principal edificio, que es ni mas ni menos, su Iglesia Parroquial.
Continuamos nuestra ruta jugueteando entre los contrastes que impregna esta primorosa campiña
que se acerca hasta la plaza del pueblo de Martín Miguel
donde emerge la Iglesia de San Bartolomé Apóstol
con sus dos grandes y amplios pórticos y atrios.
Seguimos descubriendo paisajes a medida que vamos avanzando
para llegar hasta el punto mas elevado de la población de Juarros de Riomoros, donde esta sita la Iglesia de la Virgen del Poyo.
De camino hacia el Altozano del Pradillo, nos sorprenden los deslucidos y ajados aperos de labranza que resisten como pueden las duras condiciones del tiempo,
continuando por un espacio adusto, severo y riguroso
hasta tocar el vértice geodésico
pudiendo contemplar en sus alrededores el poderoso perfil del Peñalara.
La Ermita de Santa Catalina nos da la bienvenida 
al pueblo de Marazoleja
entre una grata exhibición de productos etnográficos
y su Iglesia de San Juan Evangelista.
La veleta de la Iglesia nos indica la dirección a seguir
por los extensos campos de labranza que rodean la población de Marazuela
en la que podemos ver la Ermita del Santo Cristo del Humilladero,
sus ilustres personajes,
la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
y recorrer sus tranquilas calles entre la arquitectura popular de la Campiña.
Remontamos el vuelo y batimos alas
para sobrevolar el cauce y las aguas del río Moros
muy cerca de la Ermita de Nuestra Señora de Oñez, en el término municipal de Anaya.
Junto a ella brota y rezuma una fuente de frescas aguas
desde la que se intuye el hechizo y la fascinación de la niebla que rodea a la "Mujer Muerta"
y la pulcritud y delicadeza de las cumbres de Guadarrama.
Un breve paso por la Iglesia Parroquial de Santiago en Anaya
con su pequeña y coqueta espadaña,
para continuar hasta la Iglesia de la Exaltación de la Cruz
con bella portada renacentista en la localidad de Garcillán.
De nuevo volvemos a la llanura y las tierras de labor
para acercarnos hasta el pueblo de Añe
pudiendo disfrutar de su Iglesia Parroquial de San Juan 
y de la Ermita del Santo Cristo de los Afligidos.
Bajamos al soto del río Moros
para descubrir la belleza y hermosura de este magnífico lugar
en el que una adorable y exquisita fresneda
nos envía los mas genuinos aromas y sabores del bosque
aderezados por una explosión de luces y sombras que nos quedan maravillados.
El río Moros se convierte en un río reluciente
en el que la claridad del día enaltece y alaba el paisaje
transformándolo en un valle envidiable que nos quedará grabado en nuestras retinas.
El final de nuestro camino concluye en una solitaria fuente
que rompe el silencio y calma nuestra sed
mientras asistimos, de la manera mas relajada y tranquila,
para escuchar el enorme sigilo y el tremendo misterio
que el río Moros desprende antes de rendir sus aguas al Eresma.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
ÁLBUM DE FOTOS: CAMPIÑA DEL RÍO MOROS 

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