Nuestros pasos comienzan en el pueblo de Retuerta, el día 21 de diciembre de 2017 junto a la Iglesia de San Esteban, que despliega su intenso y maravilloso estilo herrerianoneoclásico.
Situado en el Valle del Arlanza, posee un gran valor etnográfico, puesto que estuvo amenazado por un pantano que nunca se construyó y que posibilitó que muchas de sus viviendas permanecieran sin ninguna variación.
Actualmente sus calles se desenvuelven entre el adobe y la madera, creando una estupenda arquitectura popular en la que se pone de manifiesto la construcción de épocas pasadas
y donde además, podemos disfrutar de un apuesto y gallardo Rollo Jurisdiccional a la entrada del pueblo.
Todos los datos de orientación e itinerario los podeís ver en el siguiente enlace: DESFILADERO DE MATAVIEJAS
Salimos del pueblo hacia el oeste en busca de la Ermita de Santa María o del Amor Hermoso, un edificio del siglo XIV,
buscando los suaves montes de Honduras y echando una mirada a nuestra espalda
para percibir y disfrutar del valle donde se asienta la hermosa localidad de Retuerta.
Entre recién nacidos cereales, pinos y sabinas
alcanzamos Las Cumbres, oteando toda la belleza y el encanto de este atractivo territorio.
Sentimos el placer del paseo
y el deleite de los colores de la naturaleza,
así como la suave y relajante brisa que se desprende y emana de las cercanas montañas, que forman y aglutina, la Sierra de la Demanda.
Abandonamos la paramera para introducirnos por un bosque mixto de pino y encina
cruzando la zona de Las Charcas
y dirigiéndonos hacia un largo descenso por el Camino Bajo de Ura.
En la bajada encontramos pequeñas cuevas y cavidades y aspiramos el fino aroma del sabinar
que se despliega por las fuertes y erosionadas paredes calizas, en el momento que llegamos
a la pequeña localidad de Ura, pedanía de Covarrubias.
Ura es la pequeña y pintoresca aldea donde comienza este espacio natural único llamado Desfiladero de Mataviejas,
en la que su arquitectura popular esta recogida a la sombra de los riscos de la garganta
y donde nos sorprende el gótico de su iglesia de San Martín Obispo
emplazada a las afueras de la localidad.
Atravesamos de nuevo la calle principal de Ura y salimos por un camino a media ladera por su extremo opuesto,
abandonando la estupenda y mágica estampa de este pequeño reducto burgalés.
En plena garganta aprovechamos para encuadrarnos en varias fotografías,
continuando por una senda que nos irá conduciendo
por los tramos mas espectaculares del desfiladero
que sigue el serpenteante curso del río Mataviejas.
El río, nuestro inseparable compañero, nos ofrece su llamativa musicalidad,
nos propone algún que otro remanso de paz
y nos brinda con curiosas y gigantescas formaciones geomorfológicas.
Unicamente el rumor y el susurro de este hermoso Mataviejas, rompe y resquebraja el profundo y penetrante silencio que nos acompaña,
mientras, en las alturas y arracimados en sus posaderos, una inmensa y descomunal colonia de buitres leonados
observan la continuidad y persistencia de nuestros pasos
por este privilegiado entorno natural que muestra la intensa erosión creada por el río con abundantes cuevas y dolinas en la caliza de sus paredones.
Una presa y un viejo molino nos acercan a la localidad de Castrocenizasumida en el abandono, el aislamiento y la desolación.
A la derecha y cruzando el río, llegamos a la Ermita de San Roque
y a la izquierda nos alzamos hasta su iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, del siglo XV.
El descuido y el desamparo campa a sus anchas por sus calles
encontrando alguna vivienda rehabilitada
y la austeridad de la casa y plaza donde vivió Don Pedro Alonso, Abad de Silos durante los años 1918 y 1988.
La amabilidad y la cordialidad la encontramos entre los habitantes de Castroceniza
que no dudan en contarnos su duro y trabajoso pasado, así como la información con todo tipo de detalles para continuar con nuestra ruta.
Partimos de Castroceniza sumida en su dejadez y aislamiento,
dejando impresa en nuestras cámaras fotográficas, un cementerio de corrales y pajares
y un auténtico y poderoso museo etnográfico al aire libre.
El Camino de Retuerta asciende al páramo
por un tupido y exuberante bosque de encinas, enebro y sabinas
en un fuerte repecho que acelera nuestra respiración y nuestros corazones.
Estamos sobre el Monte Majadal, en la zona de Las Escalerillas y Cuatro Encinas para empezar a descender por Los Carriles hasta La Ondola
entre un agradable y precioso pinar.
Se abre el espacio y van apareciendo colores, perfiles y horizontes,
tonos, matices y paisajes
que van construyendo gradualmente una amplia sensación de armonía.
El camino de regreso a Retuerta es ameno, bello y variopinto, precipitándonos hacia su interior entre una grata y placentera charla,
descubriendo a su entrada las bodegas del pueblo
y la prestigiosa ermita por la que pasamos esta mañana.
Las viejas piedras, las desgastadas tejas y las ajadas maderas vuelven a conformar
el paisaje urbano de Retuerta que luce, al mismo tiempo, una belleza decadente y una hermosura impresionante,
finalizando esta ruta junto a su iglesia parroquial,
entre la calma y la tranquilidad
y en un idílico ambiente que rezuma un imperturbable sosiego y placidez.
El río Mataviejas forma, entre los pequeños pueblos de Ura y Castroceniza, un magnífico rincón que constituye uno de los parajes mas interesantes del espacio natural de los Sabinares del Arlanza.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. Hasta una nueva aventura.
ÁLBUM DE FOTOS: DESFILADERO DE MATAVIEJAS
cada día escribes la prosa como si fuera poesía y las fotos las haces como si fueran postales
ResponderEliminarGracias Anónimo.
ResponderEliminarMuy chula la hicimos nosotros ayer pero de Ura a castroceniza y vuelta a Ura
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