Al norte de la provincia soriana y en pleno corazón de la Sierra de Urbión, llegamos a la localidad de Covaleda para visitar la espectacular ruta de sus cascadas. Es día 25 de marzo de 2021, comenzamos esta apasionante aventura.
En la Plaza Mayor donde se sitúa el edificio del Ayuntamiento, damos el primer impulso para iniciar nuestros pasos, atravesando por la Ermita Virgen del Campo
que se asoma a las verdes y frescas laderas por donde corre el Arroyo de la Tejera.
Podemos ahorrarnos unos cuantos kilómetros desplazándonos en coche por el itinerario marcado en verde, dejándonos en el aparcamiento cercano a las cascadas y donde comenzará nuestra ruta de hoy: CASCADAS DE COVALEDA
Una pista forestal que nace junto al Puente de Soria nos conduce hasta el "Parking de la Cascada Paso Peñoncito y Fuente el Pico"
donde comienza un sendero en claro ascenso y rebosante de luminosidad
en medio de un fabuloso bosque mixto de robles, pinos silvestres, hayas y algún que otro acebo.
La lozanía y el frescor de los musgos que tapizan algunos berruecos
se cuelan en un camino que continua ganando altura y que nos envía de manera rápida hacia las grandes estrellas de la jornada.
Como las tres cascadas están muy próximas y cercanas, lo que hacemos es subir hasta la mas alta para visitarlas a medida que vamos descendiendo.
El tren de cataratas empieza con la foto de grupo en la bella "Cascada Río la Ojeda"
extendiendo un atractivo manto de agua sobre las obscuras y sombrías rocas
y donde el caudal de agua irá buscando con insistencia los numerosos recovecos
para seguir fraguando nuevas y maravillosas estampas en su bajada.
Los cortos desvíos hacia las cascadas están indicados perfectamente y debemos extremar
todas las precauciones en la bajada, sobretodo en épocas de lluvia y nieve.
La segunda cascada que visitamos es "La Chorrera" y posee gran belleza y unas aguas cristalinas
que suponen un magnífico escenario para el retrato y la fotografía en un indómito paraje.
Nos vamos descolgando hasta el indicador de la "Cascada Paso Peñoncito"
que despliega belleza y hermosura a raudales en un entorno evocador
y donde no podemos resistirnos a firmar y refrendar el lugar con nuestra presencia.
Lugar idílico y de encanto sublime, esta cascada nos posibilita un paseo por sus entrañas,
mostrándonos la magia y el hechizo que atesora este recóndito emplazamiento.
Desde el rústico puente de madera se observan las nítidas e inmaculadas aguas
que el torrente arroja en el lugar mas soberbio y prodigioso de toda la ruta.
Con pena nos despedimos de este bucólico rincón
para ascender por unos escalones con fuerte pendiente en dirección a la Fuente El Pico
rodeados por un espectacular ejército de pino silvestre que va tamizando el flujo solar
para hacer del paseo una pura delicia por esta cautivadora comarca pinariega.
Una pequeña y verde pradería protege y resguarda en su seno
la impasible frescura del chorro de agua que mana en la Fuente El Pico,
utilizándolo para renovar el almacenamiento y las existencias hídricas
y para regar nuestros gaznates en el pequeño almuerzo y tentempié.
Cruzamos por pequeños, burdos y toscos pontones,
dirigidos siempre por las marcas y señas del itinerario
que nos introduce por una amplia y dilatada pista forestal
que deja a nuestra derecha el "Refugio Fuente El Pico"
entre enormes y gigantescas moles rocosas con diversas apariencias.
Caminamos con la distancia de seguridad que se impone en estos tiempos de pandemia,
saliéndonos de la pista junto a un labajo o pequeña charca
para seguidamente cruzar un claro del pinar
y tomar entre hielos la pista que nos conducirá hasta la "Cascada Mina del Médico"
La llamativa y sensacional avenida pinariega nos llevará hasta encontrar
un pequeño desvío que salta el Arroyo del Paso de las Cabras
y se presenta en el "Horno de Pez el Acebuchal", testigo de una tradición maderera en la que la pez se obtenía por la cocción de las raíces de los pinos
y que utilizaban para impermeabilizar botas de vino, marcar a las ovejas y curar las enfermedades de la piel del ganado, entre otros muchos usos.
Volvemos a la pista por un encantador puentecito de madera
siguiendo la rutina de viaje por este agradable y frondoso bulevar
que nos deja interesantes y perturbadores destellos
bajo la exuberante milicia de estos erectos y erguidos ejemplares.
Tras unos dos kilómetros de pista alcanzamos una variante para subir a abrazar el "Roble Curioso",
un longevo y anciano roblón que brota con equilibrio inestable entre el voladizo de unas rocas.
Justo debajo comienza el inicio de la senda a la "Cascada Mina del Médico"
que atraviesa los llamativos y encandilados matices boscosos
por una senda perfectamente acondicionada con barandillas de madera,
llegando al corazón de la hermosa cascada para disfrutar y gozar
de la explosión de sonido y la espectacularidad de este espléndido salto de agua.
Toca remontada para regresar sobre nuestros pasos
sobre el lecho de este trepidante Arroyo del Congosto,
recorriendo de nuevo los aproximadamente dos mil metros de pista
que nos acercan hasta un altar que simboliza la unión y el encuentro de peregrinos a la Virgen y Señora de Lomo de Orios de Villoslada de Cameros.
Parte de los recursos económicos de los pueblos de la Sierra de Urbión provienen de la explotación de la madera
y de un turismo impulsado por los interesantes espacios naturales de sus alrededores.
Apaciguamos nuestra sed en las gélidas aguas de la fuente que se sitúa
en el resplandeciente pastizal y Refugio de Bocalprado,
iniciando el camino de regreso perfectamente señalizado y en claro descenso
entre los "sol y sombras" del tranquilo y agradable pinar.
Cruzamos las aguas del Río de la Ojeda, promotor e impulsor del trío de cascadas visitadas la pasada mañana
en cuyas riberas asoman los primeros destellos primaverales
que buscan con ahínco y perseverancia los cálidos rayos del sol.
Las últimas indicaciones nos someterán a través de varios túneles arbustivos
para alcanzar la senda por la que emprendimos la ruta y llevarnos hasta el aparcamiento donde dejamos el coche.
Para completar esta atractiva ruta bajamos por la pista forestal hasta el indicador de la "Cascada Arroyo Lechoso",
abriéndonos paso con las vistas en el océano de pinares que rodea el municipio de Covaleda.
Un joven y adolescente robledal nos va encaminando
hasta los pequeños saltos de agua de la parte alta de la cascada,
cruzando un peculiar puente de madera que nos da el acceso
para la inspección y entrevista de la cascada que el Arroyo Lechoso
esparce por este pequeño y coqueto acantilado.
El silencio queda roto por el estruendo y la precipitación del agua
cuya cortina pespuntea ese toque salvaje y bravío a nuestras instantáneas.
El cansancio va haciendo mella en nuestras piernas
que tienen que ascender de nuevo los 200 metros de subida
para saludar a un tierno y jovencísimo Duero
en el preciado y sugestivo Puente de Soria, construido en el siglo XVII con un bello arco apuntado.
No quiero terminar sin proponeros una nueva ruta por la SENDA DE LOS PUENTES DEL DUERO que recorre los hermosos parajes del curso alto del Duero.
Dicho esto, finalizamos esta aventura entrando de nuevo a Covaleda para degustar un elaborado "menú del día" en el Restaurante GB-4
y concluir el paseo junto a la Iglesia Parroquial de San Quirico Y Santa Julita.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes. ÁLBUM DE FOTOS: CASCADAS DE COVALEDA y también en Facebook: CASCADAS DE COVALEDA
Preciosa ruta siempre en muy buena compañia y felicitar a mi hermano por el gran trabajo de organización, documentación y por supuesto la fotografía.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesús por esas palabras que nos siguen dando fuerzas para seguir caminando por los estupendos rincones de esta Península maravillosa.
EliminarQue ruta tan bonita y que reportaje tan espectacular. Tanto las fotografías como el texto son una auténtica maravilla. Un abrazo y enhorabuena por el artículo.
ResponderEliminarGracias Eduardo por tu atentísima valoración de la ruta, esperando con muchas ganas la realización de un nuevo recorrido por nuestra comunidad. Un saludo cordial.
EliminarPreciosos paisajes. Cuanto tiene que ver este país con este inmenso patrimonio natural y paisajístico.
ResponderEliminarUn saludo.
Efectivamente Ángel Rodríguez, creo que no me voy a cansar de disfrutar de estos auténticos tesoros peninsulares. Muchas gracias por tu comentario y te mando un saludo cordial.
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