Comenzamos un fantástico viaje por varios pueblos burgaleses asentados sobre el Valle del río Esgueva, así como sus iglesias y ermitas románicas que podemos encontrar en ellos. Es día 18 de abril de 2022, un día muy bonito para acometer esta aventura.
Los campos primaverales que rodean el Arroyo de Nebreda nos acercan hasta la localidad de
CASTRILLO SOLARANA que luce un lujoso románico en su Iglesia de San Pedro de los siglos XII y
XIII y cuyo ábside presenta una maravillosa joya de doble arcada que recorre su perímetro.
Nuestra aproximación al Valle del Esgueva continúa por un desnudo territorio cerealista que
atrapa el hermoso y fresco manantial de Fuente Untierma a las afueras del pueblo de SOLARANA,
sin perder la visita del Rollo de Justicia del siglo XVII con claro sabor renacentista, además de
recorrer los ornamentos góticos de su Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora
que se pierden entre los bellos rincones y recovecos de su extraordinaria arquitectura popular.
Nos damos un respiro para consultar los datos del itinerario por este ESGUEVA BURGALÉS
que empieza a perfilar unos maravillosos destellos naturales en las cercanías del pueblo de
TEJADA, apresado entre las esculturales areniscas y calizas del Pico de la Sierra en las que
emergen primorosas figuras y apolíneas siluetas para desatar toda nuestra fantasía e imaginación.
Rodeamos las preciosas vistas de la Peña Valdosa para irnos acercando hasta la localidad
de CIRUELOS DE CERVERA donde saludamos a la coqueta ermita de Nuestra Señora del Carmen
y donde dos cigüeñas representan la creación artística de los buenos canteros de la zona,
siguiendo el tranquilo paseo por su interesante arquitectura serrana para transitar y desplazarnos
hasta la robusta y vigorosa sillería de la Iglesia Parroquial dedicada y consagrada a San Sebastíán.
El nacimiento y el origen del río Esgueva tiene su sede en un afloramiento estacional de agua
rodeado por las tonalidades y colores de una contundente floración de varios frutales de la
localidad de ESPINOSA DE CERVERA, muy cerca de la Iglesia de San Millán fechada en el siglo XII.
Su torre y su bonito ábside nos animan a caminar hasta la cercana Fuente Romana y nos estimulan
para deambular entre piedras centenarias, maderas deslucidas y un sinuoso océano de tejas.
Alargamos la caminata entre las decoloraciones y pigmentos rojizos que suben en busca de
la sencillez y austeridad que rezuma la pequeña Ermita de San Ginés, un mirador natural de
los Sabinares del Arlanza entre robledales, encinas, pastizales y varios cultivos de secano.
Tras pasar CALERUEGA, el ojo del viajero sigue entretenido por los matices de una comarca
en la que surgen y brotan varias fuentes y frescos manantiales como ésta de las Rendelucas.
Avanzamos hasta las inmediaciones de la Ermita del Santo Cristo del Consuelo en el pueblo
de BAÑOS DE VALDEARADOS para disfrutar de un arte marcado por un estilo gótico isabelino y
las fenomenales vistas de un mar de casas y tejados asentados en el suave umbral del valle.
Nos arropa el velo verde de esta magnífica vega cerealista cuyo encaje envuelve y acorrala
la modesta y cándida Ermita de Santa María Magdalena, con una portada de arco de medio
punto apuntado y una vasta espadaña rematada por dos huecos campaniles y diminuta cruz.
Seguimos consumiendo kilómetros y admirando un alentador horizonte paisajístico que nos recala
en el municipio de OQUILLAS y en su esbelta Iglesia de San Cipriano que acumula y atesora
un amplio y bello catálogo de capiteles y canecillos con diversas escenas y motivos del s-XII.
Navegamos por el cauce del Esgueva que discurre escondido entre eneas, cañizos y espadañas,
atravesando la localidad de BAHABÓN DE ESGUEVA y ofreciendo al viajero la iglesia de origen
románico dedicada a Nuestra Señora de la Asunción con majestuosas ventanas ajimezadas
y varios elementos decorativos que nutren de historia y monumentalidad a este conjunto.
El paisaje sigue vistiéndose con el atuendo de primavera y sin perder la huella del Esgueva
vamos cruzando diferentes choperas y alamedas hasta dar con una herbosa senda que llega
hasta las ruinas y vestigios de un viejo molino harinero situado en el llano de Terrera Vieja.
La carretera BU-113 abandona los exquisitos aromas de la harina para trasladarnos hasta los
bálsamos y esencias que desprende el numeroso rebaño de ovejas y corderos apostadas en
las laderas vinícolas y bodegueras de la sugestiva localidad de SANTIBÁÑEZ DE ESGUEVA.
En la parte baja del pueblo volvemos a tropezar con un románico prodigioso en la interesante
Ermita de San Salvador, orgullosa de sus arquillos lombardos y de sus sirenas de doble cola.
Su bellísima portada se resuelve con arcos de medio punto sustentados por columnas y capiteles
que otean las mejores vistas y panorámicas del lozano valle por el que discurre este bello río.
Ya en su casco urbano, las aguas de su fuente se sacralizan con un pequeño crucero que
ensalza y pondera este maravilloso y monumental conjunto que aplacó la sed a personas y animales.
En mitad de la Plaza Mayor se levanta un imperioso y autoritario Rollo Jurisdiccional que da
paso al sano y voluminoso perfil de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Mercedes.
Los placenteros y delicados silbidos de las golondrinas nos acompañan y nos escoltan entre
la encantadora estampa que diseña y dibuja este exquisito vergel del Esgueva, perfumado
con los mejores aromas y esencias de cosechas y moliendas de trigos, cebadas y centenos.
El adobe surge con armónicas pinceladas, retratando la fisonomía y el semblante castellano
complementado con la eterna soledad de cementerios y camposantos, alcanzando los recios
muros que rodean la Iglesia de San Martín de Tours de la localidad de CABAÑES DE ESGUEVA,
con una ajada y erosionada imagen del pasaje bíblico protagonizado por el león y Sansón.
Abandonamos el pueblo entre desvencijados palomares que se adhieren a un paisaje que
sobrevuela los vanos, los contrafuertes y la magnífica sillería del puente romano por donde
discurren tranquilas y sosegadas las aguas y la corriente de nuestro principal protagonista.
Las riberas del Esgueva siguen ofreciéndonos una abundante variedad de panorámicas que
engendran auténticos corredores vegetales con grandes manchas de pinos y algunas vides,
en cuyas bodegas, con tiempo y paciencia, germinaban los rudos, toscos y ásperos morapios.
La Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora se alza en la localidad de PINILLOS DE ESGUEVA
con una interpretación protocolaria de diseños y formas que descifran el mas puro estilo románico.
Siguiendo con este románico serrano, entramos en el municipio de TERRADILLOS DE ESGUEVA a
través de la Iglesia de Santa Eufemia y su soberbia portada de ocho arquivoltas aboceladas,
visitando sus ancestrales construcciones de piedra, adobe y madera que contrastan con los
renovados sillares y ladrillos de la Ermita situada en las afueras, en el Camino de los Pajares.
Continúa el curso del viaje por estas placenteras riberas que escuchan el trinar de pájaros y
la melancolía de los viejos inmuebles, que desperdigados y aislados van componiendo el
mejor broche a esta sobria y moderada belleza natural que atesora esta comarca burgalesa.
Nuestra siguiente parada es la Iglesia Parroquial de San Mamés en la localidad de VILLATUELDA
cuyo conjunto es una obra perfecta de transición del románico hacia el gótico del siglo XIII.
En sus cercanías podemos observar las ruinas de algún palomar desmoronado y aniquilado
por el paso del tiempo y un refrescante y atractivo remanso del río Esgueva que engendra un
efusivo y afectuoso rincón para tomarnos unos momentos de relajada calma y tranquilidad.
Llegamos a la villa de TORRESANDINO para disfrutar de la monumental portada de la Iglesia de
San Martín que se eleva y sobresale por encima de los tejados y casas de su casco urbano,
brindándonos un apacible y reposado paseo por su cuidada arquitectura rural castellana.
Seguimos cursando el valle y la estela del río a través de un recorrido de sencilla y modesta
belleza que nos conduce hasta los murales reivindicativos de VILLOVELA DE ESGUEVA, en el que
su caserío nos acerca hasta la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel, con fachada norte
de estilo románico y con un excelente gusto tardogótico en la hermosa fachada situada al sur.
Sus casas construidas en su mayoría al modo tradicional, con tierra, arcilla y paja se sustentan
con cimientos de piedra y preciosos entramados de madera que van conformando una típica
tradición arquitectónica que alcanza nuestros días, con un encanto y beldad difícil de superar.
Mas adelante, junto al Arroyo Vallejo, nos topamos con la austera Ermita de San Isidro que
obtiene envidiables panorámicas de una verde y primaveral campiña de la vega del Esgueva,
antes de aterrizar delante de la Iglesia-Fortaleza de San Esteban en TÓRTOLES DE ESGUEVA.
En la parte alta de la localidad encontramos el precioso y poco conocido Monasterio de Santa
María la Real, recientemente restaurado y convertido en Posada Real de Castilla y León.
Además, el edificio monacal originario del siglo XII, alberga en la actualidad una quesería
artesanal y una residencia de la tercera edad en un entorno natural de excelencia paisajística.
Los colores y tonalidades de los renovados chopos nos hacen cruzar la frontera palentina y
llegar a la Ermita de San Antonio de Padua en la localidad de Castrillo de Don Juan, entrando
hasta la Plaza Mayor donde se encuentra situada la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción.
Nuestro periplo viajero termina en la provincia vallisoletana, consumiendo borceguíes por los
alrededores del EMBALSE DE ENCINAS DE ESGUEVA y disfrutando de su bello y hermoso entorno. Hasta aquí llega la ruta del ESGUEVA VALLISOLETANO
Saludos de COMAMDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
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