Iniciamos nuestro recorrido en la monumental villa de Palenzuela, junto a los restos de viejos palomares y las ruinas del Convento de San Francisco,
utilizando sus inmediaciones para consignar todos los datos del itinerario en el siguiente mapa 👇👇👇
erguida entre una bella arquitectura popular, la Torre del Reloj convertida en Museo Local y el edificio del ayuntamiento.
Su antigüa muralla de mampostería conserva el denominado Arco de la Paz, que mira con atrevimiento
la insinuante perspectiva de un Puente Medieval con nueve arcos por los que transcurren las aguas del río Arlanza
y que alcanza los extramuros de la Ermita de la Virgen de Allende el Río a las afueras de la localidad.
Por último visitamos lo que queda de su Castillo, unas cuantas torres de barro rematadas con pequeñas piedras de sillería
que mantienen al mismo tiempo ese aspecto de gallardía y fragilidad entre los bellos horizontes que le rodean.
La carretera P-131 abandona la Ribera del Arlanza entre pequeños oteros y fincas cerealistas
para acercarnos hasta la deliciosa estampa rural del pueblo de Villahán, alcanzando la Plaza
Mayor y la Iglesia de San Andrés, su edificio mas significativo, aunque una sencilla caminata
por sus calles nos mostrará el contrapunto ideal entre la nobleza de sus antigüas casonas y
la sencillez y naturalidad de un legado tradicional realizado por sus habitantes y antepasados.
La ruta sigue paralela al Arroyo Madre, encontrando en su camino la Ermita de la Virgen del Remedio,
antes de cruzar la pintura mural que nos anuncia la llegada al pueblo de Tabanera de Cerrato,
ordenado y organizado entorno a la Plaza de España, donde sobresalen la Iglesia Parroquial de San Esteban
y un solitario arco decorado con escudo y volutas pétreas cernidas en sus dovelas e intradós.
Entre trigos y cebadas nos vamos espoleando y estimulando en la busqueda y persecución
de la horizontalidad del páramo que en esta época se atavia y "trajea" con sus mejores galas,
alcanzando la curiosa estampa del Monumento a los Aviadores Españoles, donde la autenticidad
de un McDonnell Douglas F-4 Phantom resalta sobre los tejados y calles del pueblo de Antigüedad.
Su Monumento al Pastor delata la vetusta arquitectura tradicional para resguardo y refugio de los pastores en el cuidado de su ganado
y nos acerca en pocos kilómetros hasta la frondosa y densa alameda que arropa la Fuente Garón,
hallando la ermita que custodia y protege a la patrona de Antigüedad y en cuyos pies brota su
caudalosa Fuente, llenando de musicalidad un magnifico entorno dispuesto para recargar energías.
Repuestos y descansados, intentamos dar caza y rastrear las coloridas riberas del Arroyo de Fuentehorno,
donde un pequeño altozano nos señala el lugar donde se asienta la Ermita Virgen de Villella,
dejándonos una maravillosa panorámica de la frescura y el verdor con el que se viste el valle.
De nuevo en la horizontalidad y rectitud de un páramo soberbio y admirable que nos conduce
hasta el Monumento a Lance Armstrong, un reconocimiento a la vida personal y deportiva del corredor estadounidense,
continuando por los entresijos de una hermosa floración de finales de la primavera que crece
con inusitada energía junto a los muros del Monasterio de San Pelayo de Cerrato, una gigantesca obra del siglo X.
El itinerario por el que discurre la Cañada Real Burgalesa nos va a dejar a las puertas de la
localidad de Cevico Navero, donde podremos admirar la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Paz,
un estupendo templo románico de los siglos XII y XIII con portada realzada de bella factura.
En la Plaza del Palacio se yergue un elaborado Rollo Jurisdiccional de estilo plateresco datado en el siglo XV,
además el paseo por la Calle Real nos dejará el sabor rural de una vieja arquitectura intercalada
entre los edificios mas modernos, engalanados y decorados con multitud de geranios y plantas.
Sus fragancias y aromas alcanzarán las dos puertas del lienzo mural que circundaba la población,
la Puerta del Arco de las Eras hacia occidente y la Puerta del Arco Norte con un asombroso pasadizo,
abandonando la localidad entre el reciente y rehabilitado Lavadero Municipal que conserva 24 puestos de lavado.
Imitaciones y sucedáneos de madroños nos esperan a nuestra llegada a la población de Hérmedes de Cerrato,
en el que la Ermita de Santa María de las Eras conserva ciertos aires mozárabes del siglo X,
en contraste con la nueva modernidad de su Iglesia Parroquial dedicada a San Juan Bautista
y donde las casas y viviendas típicas del pueblo se tienden por su curvilíneo trazado urbano.
Dorados, verdes y rojizos tiznan y jaspean las distinguidas tierras de esta comarca palentina
que escudriñan y abrazan la sobriedad rural castellana en un combinado modélico de adobey piedra. Estamos en el municipio de Villaconancio, en la Iglesia dedicada a San Julíán y Santa Basilisa
con un acentuado estilo románico del siglo XII en el que brilla sus dos ábsides con elementos lombardos,
unos cuantos ventanales abocinados y una cornisa sustentada mediante arquillos ciegos, todo un espectáculo!!!
Nos despedimos entre decrépitas "traseras" que a duras penas impiden el paso a solitarios corrales
y cuyo silencio y mutismo se propaga a lo largo y ancho del extraordinario valle del Arroyo de Cerrato.
En nuestro camino vamos recolectando los higos que no maduraron (brevas), antes de irrumpir
e invadir los aledaños de la Ermita Nuestra Señora Virgen de Revilla en el municipio de Baltanás.
Historia, arquitectura y tradiciones salen a relucir en el Museo del Cerrato Castellano, cuya
visita incluye la entrada al seductor y antigüo Hospital de Santo Tomás, un asombroso palacio barroco del siglo XVIII.
La Calle del Carmen nos acerca hasta la Plaza de España en la que se sitúa el Monumento a sus Mujeres,
transitando mas arriba por algunas callejas que desembocan en el enorme atrio de la Iglesia de San Millán,
a la misma altura del Lagar Municipal y del Conjunto Etnológico de Bodegas excavadas en el Cerro del Castillo.
Abandonamos las lías y las madres del vino para sentir la acción del viento entre algunos colosos eólicos,
cuya brisa penetra entre destartalados y desvencijados palomares junto a la Ermita de Nuestra Señora de Belvis.
Hemos aterrizado en la localidad de Hornillos de Cerrato, divisando su pequeño núcleo urbano
en el que sobresalen los edificios de la Iglesia de San Miguel Arcángel y las ruinas del Castillo de los Enríquez,
una fortificación artillera del siglo XVI que conserva dos de sus cuatro torreones y dos paños murales.
No podemos olvidar uno de los rincones mas fotogénicos de la población, sus Minas de Yeso
que serán un nuevo atractivo en la provincia de Palencia. Sus paredes blanquecinas y sus laberínticas cavernas recrearán un escenario caprichoso, alucinante y casi fantástico.
Descendemos despacio, casi sin prisas, la lozanía del Valle del Arroyo de las Calzadas para
confluir con las abundantes aguas del río Pisuerga y el majestuoso puente de la localidad de Torquemada.
La Iglesia de Santa Eulalia atesora el nacimiento de la reina Catalina de Austria, hija de la reina Juana I de Castilla,
bautizada y acristianada a manos del Cardenal Cisneros en la hermosa pila bautismal del templo.
Tras la visita de su legado patrimonial, volvemos al ondulado paisaje de valles y páramos que
predominan en este bello territorio palentino, alternando cultivos de secano y de regadío con
un mosaico de cuestas y oteros en los que prosperan multitud de tomillos, lavandas y genistas.
El pueblo de Reinoso de Cerrato saluda y aplaude nuestra llegada al espacio donde se erige su Torre del Reloj y Campanil,
difuminando sus toques horarios a lo largo y ancho de su amplia Plaza Mayor y procediendo
como un faro para guiarnos hasta la reliquia monumental de su Puente Medieval a través de
las frondosas y exuberantes riberas del Pisuerga y de las agradables playas fluviales de su entorno.
Atrás quedan las aldeas de Soto y Valle de Cerrato, volviendo a olfatear los buenos caldos de
las bodegas de Cevico de la Torre, en cuya plaza da comienzo un nuevo recorrido y andadura
por los soportales de la Calle Pedro Monedero, que alcanza en pocos metros la alargada y
prolongada escalinata de acceso a la recia y poderosa Iglesia de San Martín, con aires renacentistas, barrocos y herrerianos.
Su entramado urbanístico resalta los escudos y blasones colgados en algunas casas de la nobleza
y a la entrada del pueblo sorprende la escultural Fuente de Don Pedro Monedero, acaudalado benefactor de la localidad.
El último destino del itinerario se abre entre encendidos colores, un presagio y augurio para
descubrir una de las iglesias mas antigüas de España declarada Monumento Nacional en el año 1897
La localidad de Baños de Cerrato enseña orgullosa su joya visigoda del año 661 dedicada a San Juan Bautista (San Juan de Baños)
y junto a la de San Pedro de la Nave en Zamora, representan la obra cumbre del arte visigodo en la Península.
Hemos maridado una coctelera en la que caben todos los ingredientes arquitectónicos, culturales y naturales, invitando a nuestros seguidores a realizar un pormenorizado paseo por sus municipios. Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s viajeros y caminantes, hasta una próxima aventura.
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