CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

lunes, 14 de octubre de 2024

PASEO DE LOS MOLINOS (FOLGOSO DE LA RIBERA)

Creo no estar confundido, pero los itinerarios donde el protagonista es el agua tienen un encanto especial. Así es este delicioso paseo fluvial a orillas del río Boeza y sus molinos, una ruta que iniciamos el día 25 de agosto de 2024. Comenzamos 👇👇👇

La Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación en el pueblo leones de Folgoso de la Ribera

es el inicio de una andadura que pasa junto al Colegio Publico Manuel Nicolás y atraviesa el
intenso laberinto urbano de grandes casonas de piedra y pizarra que conforman sus calles y
plazas, apreciando y valorando su atractiva arquitectura rural y el devenir de sus tradiciones.
Una vez examinados todos los datos del recorrido en 👇👇👇, salimos hacia el norte para

buscar el Grafiti de la Montaña plasmado en su Pabellón Municipal y la Acequia del Reguerón
junto a la presa de la antigüa Central Hidroeléctrica de Corvera que fija las aguas del Boeza.
Emprendemos el Paseo de los Molinos y el Reguerón entre una exuberante vegetación y la
frescura del canal del agua, cruzando mas adelante bajo el escarpado roquedo de La Peñota.
La senda es bastante evidente e incuestionable y solamente tendremos que seguir el curso 
del agua, mientras su relajante y distendido sonido será lo único que escuche el caminante.
El espectacular ambiente y su prodigioso entorno siguen atrapándonos de forma agradable y
encantadora, intentando al mismo tiempo contemplar, de principio a fin y con paciencia, esta
soberbia "puesta en escena" cuya luminosidad y penumbra brillan con destacados centelleos.
En la totalidad de la ruta el agua va marcando el camino, a nuestra derecha discurre el canal
y a nuestra izquierda la purísima y cristalina corriente del río Boeza encajonado entre la roca.
Sin darnos cuenta, la senda alcanza los aledaños y cercanías del primer molino hidráulico, 
una reformada construcción asentada sobre el cauce del agua para exprimir toda su fuerza.
Mas adelante volvemos a bajar al río para sentir su portentoso halo de frescura, buscar toda
su incontestable belleza y observar su inigualable naturaleza, abriendo los ojos de par en par
para descifrar y captar esa armoniosa poesía del agua y el delicado sermón de su corriente.
Retomamos el paseo asfaltado hasta el siguiente molino que se encuentra a pocos metros y
cuya rehabilitada fisonomía regurgita y arroja por su cárcavo el vigor y la fortaleza del canal,
contemplando en sus proximidades los restos de las piedras usadas para moler los cereales.
Casi una hora de agradable paseo y ya nos sentimos como si estuviéramos en nuestra casa,
además de un lugar tan escogido y evocador, el espacio nos brinda la posibilidad de algunos
entretenimientos con la corriente y la oportunidad de disfrutar de las sensibilidades del agua.
Un cautivador paraje abraza y rodea el tercer y último molino, siendo el mas grande y el mas 
deteriorado, en el que el poderoso flujo del canal atraviesa sus entrañas con fuerza inusitada
y donde podremos ver el amplio catálogo de enseres y material inédito de cuando estaba en funcionamiento.
Robles, castaños y avellanos nos acompañaran en el siguiente tramo del camino, cruzando 
un trecho mucho mas claro y luminoso que permite y concede la entrada de los rayos solares,
alcanzando el puente metálico de Vasallán sobre el río Boeza y concluyendo el Paseo de los Molinos.
A partir de ahora y sin cambiar de margen, seguiremos las indicaciones "Ruta de los Canales"
envueltos entre los negros y encarnados colores de las zarzamoras (muy dulces, por cierto),
algunos endrinos, conocidos como "arañones" o ciruelos silvestres y diversos escaramujos.
Antes habremos bajado hasta el mismo corazón del Boeza para escuchar su tenaz murmullo,
recuperando después la frondosidad del Paseo del Reguerón y redirigiendo nuestros pasos.
Mientras caminamos, intentamos escuchar la esponjosa brisa que conversa con los árboles,
la mayoría de las veces ahogada por la frenética y enloquecida corriente de la reguera, cuya
letanía y locución en este segmento del bosque, acapara y monopoliza el ambiente de este lugar.
Aunque en algunos tramos del recorrido el sol penetra con valentía y atrevimiento, la mayor
parte de la ruta discurre bajo las sombras, siendo perfecta e inmejorable en la época estival.
Altos y jóvenes rebollos adquieren el impulso y la energía necesaria para buscar la claridad y
la luz, mientras otras especies mas cercanas al suelo compiten en inferioridad de condiciones
para intentar progresar en cada uno de los resquicios que les permite la densa cúpula vegetal.
La unión del Canal del Reguerón y el río Boeza generan un idílico y fantástico paraje del que
surgen los llamados Pozos de las Fervientes, un hermosísimo lugar y un rincón de ensueño
cuyo espectáculo hará que te quedes sorprendido, perplejo y maravillado, además sentirás la
gran comunión y el exacerbado vínculo para conectar con lo mas profundo de la naturaleza.
Ampliamos la ruta a través de un repentino repecho que baja seguidamente hasta un rústico
puente de madera y hasta la inmediaciones de las decrépitas ruinas de la Fabrica de Arriba, 
(antigüa Central Hidroeléctrica de San Juan) cuyos motores, bombas y tuberías apoderadas
por la vegetación suministraron electricidad a Astorga hasta mediada década de los años 70.
El itinerario podría seguir hasta la pequeña localidad de Boeza, aunque nosotros decidimos
regresar desandando lo andado para descubrir detalles que pasamos por alto en la venida.
El perfecto y relajante placer del retorno vuelve a dibujar los magníficos contrastes y brillos
que se van sucediendo por estas delicadas y solitarias estancias al abrigo del sol, sabedores
de que en cualquier momento podrán irrumpir, junto a nuestro derrotero, ciertos "bellezones"
que con sus destacadas tonalidades y enigmáticos colores alegrarán y animarán la travesía.
Reemprendemos la marcha procurando empaparnos del acogedor ambiente que brinda esta
fragosidad boscosa, tocando de nuevo los muros y paredes de estas típicas aceñas harineras.
Los insistentes y perseverantes "verdes" nos siguen imponiendo gradualmente una atractiva
sensación de armonía que junto al sonido del agua crean una atmósfera de gran musicalidad.
En la parte final de la ruta podemos hacer un alto, descalzarnos y relajar nuestros pies sobre 
el lecho del canal mientras miramos los escarpados resaltes rocosos que acometen el paseo,
continuando hasta el núcleo urbano de Folgoso de la Ribera para sumergirnos a los pies de 
las distintas arquitecturas tradicionales de piedra, madera y pizarra que pueblan estas tierras.
Terminamos recorriendo en coche los 4 kms que nos separan hasta la localidad de La Ribera
del Folgoso, mitigando el calor en la bella playa fluvial junto al Puente de Gumersindo García.
Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.
Todas las fotos de la ruta en: MOLINOS DE FOLGOSO DE LA RIBERA

No hay comentarios:

Publicar un comentario