CAMINANDO, AL VIAJERO LE BROTAN DE SUBITO ALAS EN EL ALMA Y DESCONOCIDOS MUNDOS EN EL MIRAR

lunes, 28 de marzo de 2022

TUBILLA DEL AGUA

El día 20 de diciembre de 2021 nos fuimos hasta la localidad burgalesa de TUBILLA DEL AGUA para disfrutar de su notable patrimonio civil, su herencia civil y religiosa y de la enorme escultura y monumentalidad de sus ríos y arroyos. 

Comenzamos junto a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, analizando su 
bonita portada y contemplando la fila y sucesión de canecillos incrustados bajo sus aleros.
El Ayuntamiento también forma parte de los edificios e inmuebles situados en la plaza, así
como su imponente Arco Medieval que pudo pertenecer a la antigüa Muralla de Tubilla y que 
dicho conjunto constructivo formó parte del Castillo cuya finalidad y propósito sería disuadir
al enemigo y tener el control de todas las mercancías y géneros que entraban a la localidad.
Podemos obtener todos los datos y referencias del itinerario en TUBILLA DEL AGUA, para
seguidamente bajar al encuentro de la Fuente y Ermita de San Roque, tomando la Calle de San Miguel 
que nos acerca a los restos, ruinas y decadencia en la que se encuentra la Iglesia del mismo nombre
y donde la vegetación va invadiendo y asediando la pequeña portada de este deslucido templo.
Calle abajo se manifiestan varias casas que destapan una tremenda desolación y abandono,
alcanzando en la Calle del Pozo algunos domicilios con rústicos balcones y galerías, mientras
en otros ya rehabilitados y restaurados, percibimos sus espaciosos y cuidados corredores.
Continuamos el agradable paseo entre una estupenda arquitectura popular que nos deja 
apuntes y notas acuñadas y troqueladas en las piedras y sillares de sus vetustas moradas,
contrastando con la pasarela metálica del molino que atraviesa la corriente del río Hornillos.
Seguimos desgranando su viejo y desvencijado patrimonio que en suave y ligero descenso
nos aposentará entre la miseria y reliquias de la Iglesia cuya advocación es la de San Juan,
pudiendo distinguir junto a sus muros un pequeño eremitorio empotrado entre las rocas.
Con las hermosas vistas y panorámicas que nos ofrece el sinuoso Valle del río Rudrón, nos
volvemos a introducir entre el deleite arquitectónico de sus aristocráticos palacetes cuyos
escudos y blasones adosados en sus fachadas reflejan su pasado noble, ilustre y señorial.
Hacemos sonar campanillas y picaportes y nadie acude a nuestra llamada, revelando una clara, 
aguda y manifiesta sensación de soledad y melancolía que pasa descuidada y desapercibida 
entre los vestigios que un día brillaron y destacaron con cuotas de enorme primor y belleza.
Desembarcamos sobre la fría y gélida imaginería acuática y fluvial de la CASCADA DE TUBILLA, también llamada de Santa Olalla,
que nos va conquistando y seduciendo con entrañables y armónicos susurros para verter
y desaguar estrepitosamente en un fabuloso escenario lleno de un profuso encanto y fascinación.
Escuchamos y prestamos atención a los hermosos acordes que despliega en su despeño,
quedándonos prendados y hechizados con su inédita, fresca y original "puesta en escena".
Acompañamos y seguimos su dulce estrofa de agua y nos colamos por los íntimos vericuetos
que su magnífico cauce va describiendo en busca y caza de su destino final en el río Rudron.
La exuberante vegetación nos expulsa de sus márgenes, bajando por una preciosa cárcava
decorada y embellecida con lustrosos y bruñidos arbustos que regalan ese toque de lindeza.
La senda encauza y dirige nuestros pasos hacia los aledaños y cercanías de un puente que
salva el enérgico flujo y torbellino con que resbalan las aguas de esta indómita torrentera. 
Hemos alcanzado el bravío y montaraz curso del río Rudrón envuelto en su indumentaria mas
agreste y salvaje, remontando unos pocos metros desde el pontón para regocijarnos con la 
pacífica y reposada desembocadura que el río Hornillos remata en el ahora tranquilo Rudrón.
Abandonamos el idílico y encantador paisaje que dibuja el enternecedor Puente Medieval
para volver a las maravillosas estampas que exhibe la extraordinaria CASCADA DE TUBILLA,
apostando por las vistas y perspectivas que el salto nos deja por sus márgenes izquierdas.
El suave y plácido rumor de la catarata nos sigue encandilando y embobando, asistiendo con
muchísima atención y curiosidad a esta interesante y enriquecedora maravilla de la naturaleza.
Entre los distinguidos y destacados colores de los escaramujos, iniciamos regreso al pueblo
por un camino apretado por el gigantesco muro calizo que desciende del Alto de la Cubilla
cuya umbría guarda y conserva una atmósfera y entorno con aspectos gélidos y entumecidos
y desde donde oteamos la soleada vega invernal por donde corren las aguas del Hornillo.
Tras un pequeño respiro y descanso junto a la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora
nos acercamos hasta un mirador metálico de reciente construcción que nos emplazará justo
en la parte mas alta y elevada de la Cascada de los Torcos entre un estruendo ensordecedor.
Enfundados y rodeados por el universo de piedra, teja y madera, nos disponemos al asalto
de una nueva y desconocida ornamentación que surge y florece en el Barrio de la Solana, 
pespunteando entre sus viviendas un admirable y espléndido carrusel de balcones y galerías. 
Fijamos nuestra atención en el inmejorable aspecto que ofrecen sus viviendas tradicionales y
en seguida percibimos la diversidad y riqueza que supone este agradable paseo, conformando
y armonizando una certera disposición para aumentar y engrandecer la belleza creada en el pueblo.
Una sobriedad y sencillez construida con materiales tan simples como la piedra, la madera y la teja
y unos detalles discretos y campechanos para acabar de rematar esta espléndida configuración.
Nos disponemos a remontar la corriente del Hornillo entre centenarios molinos y aceñas, 
saliendo de la localidad por la carretera en dirección a Burgos y quedando a nuestra espalda
la hilera de domicilios y residencias que se hacinan y agolpan a ambos lados de la calzada.
A unos 150 metros de la última casa de la localidad vamos a encontrar el cartel indicador de
la CASCADA DE LA FUENTONA, siguiendo un cómodo y coqueto sendero que en apenas un 
kilómetro nos transportará hasta las inmediaciones y proximidades de dicho salto de agua.
El paraje de la CASCADA DE LA FUENTONA aparece en un soberbio rincón rodeado de peñas,
deslizándose con atrevido donaire entre la elástica y esponjosa roca calcárea y enseñando
los fríos y glaciales testimonios que aun conserva y mantiene a esta hora del mediodía.
Solamente nos queda admirar y divertirnos entre esta dramática y escarpada geografía, 
estar atentos a su tersa y delicada banda sonora y contemplar impertérritos como se precipita
la cortina de agua serpenteando y zigzagueando entre las exclusivas cicatrices de la roca.
Solamente nos queda regresar por la senda a TUBILLA DEL AGUA tras haber disfrutado de una fabulosa escultura del agua que moldeó esta desbordante naturaleza. Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminantes.

ÁLBUM DE FOTOS: TUBILLA DEL AGUA

2 comentarios:

  1. Sin duda, otro destino que hemos añadido a nuestra lista gracias a ti. El reportaje está estupendo, enhorabuena 👌

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    1. Es un agradable paseo que mezcla una interesante arquitectura popular y un patrimonio natural envidiable. Gracias por vuestras palabras, recibid un cordial saludo.

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