FLORACIÓN ALMENDROS POZA DE LA SAL

Dependiendo de las condiciones climatológicas de cada año, la floración de almendros en la localidad burgalesa de Poza de la Sal varía entre la segunda quincena de febrero y mediados del mes de marzo, mostrando uno de los espectáculos vegetales mas hermosos de esta localidad. Es día 20 de marzo de 2023, comenzamos....

La iglesia Parroquial de San Cosme y San Damián supone el arranque de nuestro pasos para

el disfrute de un delicioso paseo entre los bellos soportales que alcanzan el inspirador Arco 

de la Concepción y Puerta del Conjuradero, acceso crucial de la Villa que comunica la Plaza

Vieja y la Plaza Nueva y donde podemos chequear los datos del itinerario para la ruta de hoy.

Ya bajando por la Calle la Calzada podemos percibir los profundos aromas de los almendros,

tomando a nuestra izquierda el hermoso Camino de San Roque que entre las últimas casas 

del pueblo, nos va a ir destapando agradables rincones para el "postureo" en redes sociales.

Nadie puede negar el placer que supone un tranquilo y sosegado paseo entre la majestuosa

belleza que atesoran estos árboles, infundiéndonos un resuelto coraje y una pertinaz osadía

para apreciar con todos nuestros sentidos el deleite, la satisfacción y el sabor que nos dejan.

Seguimos rodeando las cercanías de la localidad entre una austeridad jaspeada de blancos

y entre un escenario que rezuma esa paz necesaria para fortalecer el gusto por lo auténtico. 

Nuestras retinas van captando y sintonizando provocadores y sugestivos contrastes de color

entre un suave escenario que despide reposadas dosis de organizada y equilibrada belleza. 

A lo largo del tiempo, generaciones de "pozanos" se han dedicado al cultivo y recolección de 

 almendros, complementando así las precarias haciendas que asolaban en épocas pasadas.

La maravillosa luz del mediodía impregna todos los rincones de este Camino de San Roque

que cruza la carretera para dar paso a un amplio horizonte enmarcado por la Sierra de Oña.

Rodeados del exuberante verdor que aflora en los campos cerealistas, tomamos el Camino 

de las Eras para en muy pocos metros desviarnos hacia el este y seguir empapándonos de 

un nuevo festival de luz y de color protagonizado por los apuestos intérpretes del día de hoy.

Esta senda se convierte en un distinguido y exclusivo balcón sobre los campos de almendros,

encajando con resuelta elegancia sobre un escultural mosaico de pequeñas  tierras de labor.

Solamente tendremos que esperar, pacientes, a que el curso de nuestros pasos avance entre

esos leves toques de admiración que resuenan en nuestro interior, disfrutando de un insólito

encuadre con los detalles mas importantes y esenciales de estos extraordinarios parajes.

Damos media vuelta entre la concurrencia de colores y combinaciones para perfilar un nuevo

enfoque con nuevas y renovadas imágenes del sendero, pudiendo aprovechar la incursión en

las sendas adyacentes para encontrar y localizar diferentes puntos de vista e ilustraciones.

No dejamos de saborear esta naturaleza portentosa, la cual seguimos degustando de manera

íntegra y meticulosa, inhalando todos y cada uno de los aromas y fragancias que desprende.

Enmarcados totalmente en un paisaje bruñido de verdes y blancos, efectuamos una parada

para tomar unos minutos de descanso junto a una pequeña caseta de piedra, sirviendo para

efectuar unas instantáneas fotográficas que dibujan un considerable, meritorio e idílico lugar.

Entre los diferentes aperos de labranza existentes en las eras, cruzamos la carretera CL-663,

tomando el Camino de las Huertas Bajeras que nos va a seducir con impecables tonalidades

de margaritas y acebos, cambiando por momentos el discurso blanquecino de los almendros.

La fuente Torca Salada nos invita a girar a la derecha para indagar y explorar las inmediatas

ruinas del acueducto que llevaba el agua de Fuente Buena a la urbe romana de Flaviagusta,

abandonando Poza de la Sal por un camino escoltado con un larguísimo vallado de piedra.

El perfil de la Sierra de Oña se reaviva entre los tiznes y contrastes de las hojas, realizando

un nuevo paréntesis para calmar nuestra sed en un día de altas temperaturas y observando

relajadamente el afloramiento rocoso que cierra al este el "diapiro" de salinas de El Castelar.

Iremos tomando todos los caminos que salen a nuestra izquierda mientras vamos explorando

los humildes restos y vestigios de "majuelos" y viñedos que nos embargan con sus esencias.

Las orugas se preparan para descender a tierra en largas hileras de procesionaria, siguiendo

la actividad senderista con la confianza y la certeza de seguir encontrando nuevos estímulos y alicientes.

Durante el itinerario nos cruzaremos con algunos manzanos y cerezos, aunque este género

lo podremos disfrutar en fechas próximas en el colindante y maravilloso Valle de Caderechas.

El carácter y la variedad del camino no permite ni un solo segundo de aburrimiento y hastío,

por el contrario, las ágiles y ligeras contorsiones de la senda nos producen una excitante y

divertida sensación para mantener nuestro interés en el panorama dibujado en el horizonte.

Los almendros en flor siguen siendo la escusa perfecta para girar 360º hacia el Camino de 

San Blas, encontrando mas adelante el remansado abrevadero de la Fuente de los Molinos,

desde el que se puede divisar la espléndida y luminosa floración en este sorprendente valle.

Impregnados en esta magnífica vereda, alcanzamos el equilibrio y la belleza floral que rodea

la decadencia y destrucción de la Ermita de San Blas, un viejo santuario de altiva espadaña

cuyas piedras adolecen el paso del tiempo, escuchando el acentuado silencio de su entorno.

Tras haber disfrutado de un selectivo menú de colores y matices, accedemos al entramado

urbano de Poza de la Sal, brindándonos su asombrosa estampa hasta llegar a los lavaderos,

un conjunto formado por la Fuente Vieja, Fuente Buena y  Fuente de Allá, y posiblemente el

espacio etnográfico mas representativo de la expresión cultural y las costumbres del pueblo.

No podía faltar el monumento en honor a Félix Rodríguez de la Fuente, dedicado a su pasión por la naturaleza y al mundo animal,

ni podemos dejar de visitar sus famosas Salinas, un registro necesario para conocer los trabajos y labores de esta villa castellana.

Continuamos por la parte mas alta de la Salinas hasta vadear el Puente de la Torca Salada,

alcanzando el antigüo Depósito de Sal que capta y observa la totalidad del conjunto salinero.

Vamos terminando con un gratificante paseo urbano desde el Centro de Interpretación de las

Salinas, pasando junto a la Casa Natal de Félix Rodríguez de la Fuente y admirando muchos

de los preciosos rincones y recovecos capaces de sorprendernos con su bonita arquitectura.

Cruzaremos bajo el arco de la Puerta de las Eras y a través del entorno medieval de la Villa

llegaremos al Palacio de los Marqueses de Poza con la vista brutal de las ruinas del Castillo.

La guinda a este fantástico recorrido termina con una pindia escalada al Castillo de los Rojas,

una de las fortalezas mas impresionantes y sorprendentes de toda la provincia burgalesa en

la que después de subir por una empinada escalera tallada en la roca, se accede primero al

cuerpo principal del castillo, siguiendo la ascensión hasta sus desgastados muros y torreones.

Este desafiante emplazamiento fue el guardián y vigilante del entramado salinero de Poza de

la Sal, constituyendo un orgulloso balcón sobre la deslumbrante y soberbia cuenca Burebana.

Nos sentimos totalmente encantados y satisfechos al haber asistido a este show alucinante y

a esta fantástica exhibición que nos brinda la naturaleza para marcar el inicio de la primavera.

Saludos de COMANDO SENDERISTA a tod@s caminates.

Toda la ruta en fotos: ALMENDROS EN FLOR